SONIA GARTNER TOBÓN
Alfredo
Cardona Tobón
Enero 22 de 2024
Ayer murió Sonia Gartner Tobón en la ciudad de Medellín. Ya no está entre nosotros la sobrina más querida del clan de los
tobones. Mamá la llamaba Sonita y Ojos de gato junto con otros apelativos que testimoniaban su afecto.
En su
juventud fue una mujer de extraordinaria belleza y en los años otoñales
conservaba el garbo y la gracia que la
hizo la mujer más hermosa de la familia
Tobón oriunda de Rionegro Antioquia..
Pero además de su presencia, fueron los valores espirituales los que
marcaron la existencia de Sonia Gartner
que conjugó la empatía, el desprendimiento y el amor a través de su vida.
Recuerdo
a mi prima al lado de mi lecho velando
al muchachito agobiado por la fiebre en unas vacaciones en la casa de la tía
Ester, y la recuerdo sirviendo un
desayuno parveado a don Inocencio, un campesino
amigo de la familia que lo primero que hacía los domingos era ir a la casa de Sonia a llevarle frutas y
flores.
Era imposible no admirarla y enamorarse de
ella como sucedió con el coronel que la
quiso perdidamente y con el médico que disputó el amor de esa diosa que un día aterrizo en medio de los cerros..
Sonia estudió en el colegio Labouré de Santa
Rosa de Cabal y trabajó con su padre Mario Elías en las notarias de Calarcá y
de la ciudad de las Araucarias que
adornó y distinguió con su donaire
Entre los numerosos pretendientes Sonia escogió como esposo a Raúl Mesa y con él se radicó en Medellín donde nacieron sus dos
hijos y transcurrió el resto de su existencia.
Aunque todo señalaba felicidad, no fue fácil la vida de Sonia, pues
en medio de muchas bendiciones apareció
la tragedia con la muerte intempestiva del un hijo médico y la condición especial del hijo menor que exigió todo su esfuerzo pues fue una maestra que lo visibilizo en todos los escenarios, respetó su integridad y dio gracias a Dios por la ternura y los buenos modales de su hijo que animó en su desarrollo en el campo de las artes y las manualidades.
Sonia nos acompaño en los tragos amargos y en el almíbar de mi familia, reímos en matrimonios y en grados, en navidad y cumpleaños. y lloró con nosotros en las penas y despedidas.
Sonita se cansó de hacer buenas obras en la tierra y se convirtió en un ángel mediador en el cielo, donde nos tenderá su mano y nos acercará al Altísimo. Al rematar los últimos tramos del camino quedarán las maletas en las cunetas y se esfumarán las boletas del Carnaval de la Vida. Los recuerdos aflorarán en los primeros meses de ausencia y poco a poco se irá desdibujando la persona amada.
Yo me quedé con una foto de sus quince años que mostraba a los envidiosos para presumir diciendo que era mi novia..
Tengo esa foto en mi escritorio con la de María Victoria y la de Edith Angélica y Regina, los cuatro amores que arrimé a mi corazón en el trascurso de mi larga v movida existencia.
* historiayregion.blogspot.com
alcartob@gmail.com
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