PINTURAS DE OSCAR JARAMILLO

 

LAS PINTURAS DE OSCAR JARAMILLO  OSORIO

-Alfredo Cardona Tobón



Oscar Jaramillo Osorio es un intelectual que vive inmerso en el arte, la historia y la naturaleza, es un hombre estudioso, disciplinado, que como afirma Germán Ossa, se obsesiona tanto con la belleza, que como ocurrió con un famoso pintor,  podría extasiarse en su obra en tal forma que se adentró en ella y se perdió en uno de los atardeceres..

Oscar es miembro de la Academia Pereirana de Historia y  de El Parnaso Literario. Es pereirano de profesión y en lo que pinta y en lo que escribe va siempre un trozo de su terruño y el verso sonoro de un bambuco.

Es larga y meritoria la labor de Oscar Jaramillo Osorio  en los campos de   la historia, la crónica y la pintura, es un  trabajador insomne de la cultura que generosamente nos  convoca para deleitarnos  con un   libro que tituló “Pinturas” ,  donde estalla el color y la  belleza.

 Al correr las páginas del libro  uno se sumerge en las aguas de  Caño Cristales,  comulga con la magia del universo en la nebulosa  la Mariposa,  se siente el encanto de las palmas quindianas y se admira al  pájaro barranquero  que canta  a los raudales  y se pierde en  el  paisaje reseco del  desierto de la Tatacoa.

Entre  pantallazos de flores y pájaros multicolores las pinturas de Oscar Jaramillo son un bello tributo y el sentimiento que brota de los pinceles cuando el pintor  explora mundos nuevos desde el mirador  que él llama su Querencia..

 Risaralda  está plasmado en las “Pinturas” de Jaramillo, en ellas el autor nos permite “puebliar” y llegar al alma de los municipios.:  se siente la Soledad de Pueblo Rico, caminamos por las calles de La Celia y de Marsella, palpamos el calor con chicharras de La Virginia y en sus trazos vemos a Santuario  desde la majestuosidad de sus balcones..

Al contemplar el cerro Batero en Quinchía, presentimos  a  Xixaraca, el dios creador de los umbras y a Michua la Señora del Valor y de la Guerra, al admirar el Ruiz  sentimos sus  tremores   y admiramos  la fumarola  confundida con la nieve, nos llenamos de mar en Nuqui y cabalgamos en los atardeceres llaneros.


En “Pinturas”  se combina el mundo submarino con el vuelo de las guacamayas y el fulgor de los pétalos  tropicales  se entremezcla  con los follajes  y los frailejones., allí  contrastan las espumas del Otún  con  el correr adormilado del  río La Miel  y se confunden los paisajes urbanos con las marimondas barranquilleras.

 En 2010  Caño Cristales adornó la exposición de la Sala Carlos Drews  y en  la exposición del Amazonas realizada en 2012 en el Centro Comercial Victoria, se  brindó la oportunidad de  adentrarse en la magia del gran rio. Son  numerosas las exposiciones de las obras de Oscar Jaramillo en Colombia y Venezuela, en ellas se une el mundo de mar,  del rio,  de la sierra y el  llano y aparece el clamor de los ancestros en el retrato del abuelo Francisco Osorio,  al igual que la casa solariega de La Cecilia,  que guarda  tesoros invaluables de la historia local.

 En  los lienzos  de Jaramillo se estampa el amor y se reviven los recuerdos, pues no solamente en versos se canta a la amada y retoña el alma . En  este libro, hay algo más que pinturas, es, también,  el registro de una estirpe donde la sangre minera se   entreveró con el tesón de los pioneros para darnos  un pintor, que nos  brinda  luz, calor, vientos , el canto de los pájaros,  un  maestro  que muestra el dolor  en el rostro de un sobreviviente de la  masacre del Aro, plasma la desolación de   una mujer sin esperanza  en la barra de un bar y proclama  la ilusión en la sonrisa de la palequera de Bazurto.

En el libro La lluvia empapa el paisaje, el rio descansa bajo los arreboles y entre orquídeas y platiceros se dibuja un mundo de sueños en Bienadentro  que como  “Otraparte”,  el refugio del filósofo Fernando Gonzales, es el Olimpo  no de los dioses griegos, sino de  un artista raizal que siente correr a   Pereira  por sus venas...

 

 

 

 

 

 

 

 

Trescientos cuadros  de Colombia y Venezuela enriquecen la obra del pintor, ciento setenta de ellos adornan este libro, que es  un coctel para el espíritu y  para quienes  van más allá del prosaico afán cotidiano. .

Felicitamos  a nuestro amigo por su obra, quiera Dios que su camino sea muy largo, muy largo, para que siga capturando atardeceres  y el vuelo de los colibríes desde el mirador de su querencia. ..Este libro es un regalo  valioso y  el testimonio de una ciudad vibrante  que además de aplaudir debiera apoyar la cultura...

 

* historiayregion.blogspot.com

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