LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS



fredo Cardona Tobón*


El coronavirus aparecido a finales de 2019 en China ha hecho recordar situaciones semejantes presentadas a lo largo de la historia de la humanidad. Aunque no hay registros de los primeros tiempos del hombre y poco se sabe de las epidemias que azotaron a varias naciones del oriente, en el hemisferio occidental no se olvida el cólera, la peste negra y la viruela que asolaron las comunidades de Europa, ni tampoco la gripe que casi acaba con la población nativa de las Américas


LAS GRIPES
En el segundo viaje de Colón, el almirante recaló en la isla La Gomera en las Canarias y allí embarcó ocho marranas preñadas con destino a las Antillas. Alguno de esos animales tenía el virus de la gripe, que trasmitió a las otras puercas y a la marinería. Cuando el genovés desembarcó en La Isabela, llegó con fiebre alta, gran postración y dolor en todo el cuerpo, es decir, con los síntomas de una gripe virulenta.
Desde la llegada, el diez de diciembre de 1493, el almirante estuvo postrado; apenas pudo levantarse dos meses después y continuar sus viajes por el Caribe. Mientras tanto, el virus se extendió por toda la isla de La Española. Los cronistas coinciden en señalar las manifestaciones de la gripe porcina y el breve tiempo de incubación, que descartaba la malaria y la fiebre amarilla.
El mal fue mortal en Santo Domingo; entre 1493 y 1518 las sucesivas epidemias de gripe extinguieron las comunidades de tainos, sibuyos, boriques y caribes. Por testimonios de Colón, de Fray Bartolomé de las Casas y de Antonio Herrera se puede afirmar que la mayor parte de ese desastre se debió a la gripe porcina llevada por los marranos de La Gomera
.
Según testimonios de los cronistas, en el año 1518 apenas sobrevivieron 15600 aborígenes de los millones de americanos que vivían en Santo Domingo a la llegada de los europeos. Cuando la gripe afectó al continente, la mortandad fue similar a la de las Antillas. De los sesenta mil quimbayas que se calcularon en 1539, un siglo más tarde sólo sobrevivieron 1629 individuos; la tragedia fue igual entre los irras y demás tribus de la banda izquierda del río Cauca.
Las epidemias de gripe y viruela mermaron las poblaciones americanas y fueron la causa de enormes desplazamientos, pues los indígenas abandonaron los territorios ancestrales para huir de las epidemias que los azotaban. Sin drogas ni protocolos sanitarios, la gripe solamente respetó a las comunidades aisladas en lo más profundo de las selvas.


LAS EPIDEMIAS DE GRIPE
Los registros llevados desde 1510 enumeran 32 pandemias de gripe, o sea de enfermedades causadas por virus que se extendieron por el mundo; cinco de esas pandemias se han presentado en el siglo XX y en el Siglo XXI. Luego de la hecatombe de los indios americanos, la gripe más letal fue la llamada “Gripe Española”, cuyos brotes aparecieron en Brest, Inglaterra, en Boston, USA, y en Freetown, África. Esta enfermedad se extendió entre 1918 y 1919 con un saldo fatal de 25 millones de muertes en menos de seis meses.
En 1957 se presentó la gripe asiática, que tan duramente golpeó a Colombia, y en 1968 nos llegó la gripe de Hong Kong, que aunque menos mortífera que la española, también provocó millones de muertos en todos los continentes.

TIPOS DE GRIPE
La gripe común, que se presenta estacionariamente, pertenece a la cepa A subtipo H3N2. El virus A se encuentra en las aves y de allí pasa a los cerdos y a las personas. El tipo B sólo infecta a la especie humana y el tipo C, que es muy escaso, tiene efectos nimios que pasan inadvertidos. La gripe asiática fue de tipo A, subtipo H2N2 y la de Hong Kong fue del tipo A, subtipo H3N2. La gripe común tiene mayor tasa de mortalidad entre niños y ancianos, la española atacó con preferencia a la población joven, al igual que la gripe porcina.
Para la viruela, la lepra, el paludismo y hasta para el cólera, el ingenio humano ha encontrado manera de defenderse, pero no ha podido con la gripe; quizás por mucho tiempo los métodos profilácticos e higiénicos y la prevención serán los medios para evitar los desastres del pasado.

Los coronavirus son una extensa familia de virus que causan infecciones respiratorias manifestadas como el resfriado común o en enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

El coronavirus con origen en Wuhan, China, se ha identificado como COVID-19. Esta pandemia como ninguna otra se ha expandido auxiliada por los medios modernos de comunicación y sus estragos se han multiplicado en el ámbito económico interrelacionado globalmente. Las redes sociales hacen eco de lo sucedido hora por hora creando incertidumbre y pánico. Seguramente las muertes causadas por el Coravirus no desbordarán las situaciones apocalípticas del pasado, pero pasada esta pandemia el mundo será otro con cambios sustantivos en nuestra civilización.
Los aislamientos o cuarentenas siguen siendo una de las estrategias para controlar la enfermedad, pero pese a los recursos modernos se evidencia la fragilidad de los Estados ante la situación presente. Como en todas las crisis en, las circunstancias actuales aflora lo mejor y lo peor de los seres humanos: vemos el acaparamiento de los bienes básicos, la corrupción que arrebata los auxilios de los más necesitados, el egoísmo, la indisciplina y también la dedicación de muchos que han traspasado las barreras del deber y se están sacrificando por sus semejantes.

La pandemia del Coronavirus Covid-19, no ha diferenciado a ricos de pobres, etnias ni comunidades. Es dramática la situación en Nueva York y en Guayaquil, en España y en Italia. El mismo rasero está bajando la soberbia de los humanos que creíamos dominar los insondables misterios del planeta.

LOS CORONAVIRUS
Los coronavirus son una extensa familia de virus que causan infecciones respiratorias manifestadas como el resfriado común o en enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).

El coronavirus con origen en Wuhan, China, se ha identificado como COVID-19. Esta pandemia como ninguna otra se ha expandido auxiliada por los medios modernos de comunicación y sus estragos se han multiplicado en el ámbito económico interrelacionado globalmente. Las redes sociales hacen eco de lo sucedido hora por hora creando incertidumbre y pánico. 

Seguramente las muertes causadas por el Coronavirus no desbordarán las situaciones apocalípticas del pasado, pero pasada esta pandemia el mundo será otro con cambios sustantivos en nuestra civilización.

Los aislamientos o cuarentenas siguen siendo una de las estrategias para controlar la enfermedad, pero pese a los recursos modernos se evidencia la fragilidad de los Estados ante la situación presente. Como en todas las crisis en, las circunstancias actuales aflora lo mejor y lo peor de los seres humanos: vemos el acaparamiento de los bienes básicos, la corrupción que arrebata los auxilios de los más necesitados, el egoísmo, la indisciplina y también la dedicación de muchos que han traspasado las barreras del deber y se están sacrificando por sus semejantes.

La pandemia del Coronavirus Covid-19, no ha diferenciado a ricos de pobres, etnias ni comunidades. Es dramática la situación en Nueva York y en Guayaquil, en España y en Italia. El mismo rasero está bajando la soberbia de los humanos que creíamos dominar los insondables misterios del planeta.




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