LA VIOLENCIA EN BALBOA- RISARALDA



Alfredo Cardona Tobón


Balboa es uno de los municipios más pequeños y más nuevos del departamento de Risaralda y en cien años de existencia ha vivido épocas de bonanza y otras de depresión, pues su economía gira alrededor del café, cuyos precios suben y bajan en los mercados internacionales.

La comunidad de Balboa ha sido de recio entronque liberal con personajes que  se destacaron en las filas de ese partido y también ha sido un municipio violento desde su fundación. Allí chocaron colonos y latifundistas, guerrilleros de la guerra de los Mil Dias  con tropas del gobierno conservador y en la violencia política del siglo XX  vivió una etapa de violencia conservadora  y otra de violencia auspiciada por los liberales. .Además de esas  dolorosas  experiencias  habría que sumarle la violencia del narcotráfico, con “capos” y peones incrustados en el municipio y en las zonas cercanas.


 Para estudiar los sucesos de Balboa habrá que echar mano a testimonios orales pues es muy poco lo que quedó  registrado en crónicas y periódicos. Doña Eladia Gartner Gómez fue testigo de la primera etapa  de la violencia política y sus recuerdos son de  importancia suma al  repasar la historia de este municipio.

Veamos, pues, este  testimonio recogido de archivos familiares,  que muestra el principio de una cadena interminable de hechos dolorosos que enlutaron  al pequeño poblado.:.
Esto dijo doña  Maria Eladia Gartner, una dama perteneciente a una esclarecida familia local:

El 17 de septiembre de 1949 cuando se dirigía  a su hacienda de “La Guayana” el señor  Mejía Jaramillo junto con su mayordomo,  fueron atacados por varios sujetos. Murió el mayordomo y quedó gravemente herido Mejia Jaramillo. El alcalde de Balboa, teniente Salazar Pineda,  salió con un piquete de policías tras los asaltantes que los recibieron a bala hiriendo al alcalde y a varios uniformados.
Se pidió apoyo a Belalcázar y de allí salió un destacamento que también  fue atacado en el camino, falleciendo  el teniente Cardona al ser trasladado herido a Pereira. No fue posible conocer el número de bajas, pues los asaltantes recogieron sus heridos y sus muertos."

Doña  María Eladio continúa el relato, que aunque deshilvanado, nos da pistas del principio de una dolorosa etapa en la vida de Balboa, que había empezado un año atrás, después del nueve da abril de 1948, cuando una Junta Revolucionaria ´se tomó el pueblo , que pocos días después fue ocupado por la chusma proveniente de municipios cercanos: :

“ Era un domingo de noviembre de 1949 por la tarde y Sigifredo había salida a poner una inyección. La muchacha del servicio pidió permiso para ir a la casa y de la  puerta se devolvió asustada..¿ Qué será doña Lala que en todas las esquinas  hay grupos de hombres?-  en eso empezó el tiroteo.  Yo tomé a uno de los niños y la muchacha al otro y nos fuimos para una pieza del interior.  Cuando empezó el tiroteo Sigifredo estaba en un café tomándose un tinto con un amigo, se metieron por un hueco a un subterráneo  y allí pasaron la noche con las cabezas tapadas con unas canoas de cemento. Toda la noche se oyeron los tiros y al día siguiente la fachada de la casa y el techo parecían un colador. Al abrir el armario  vi como l hombrera de un vestido había sido traspasada por la bala de un fusil.

El lunes Sigifredo se fue para la plaza a conseguir un carro pero mi hermano Rafael y Arturo Cataño lo convencieron que no se fuera, pues ellos eran mayoría y lo defenderían. Esa noche los tiros siguieron.

Con los colchones hicimos unos parapetos y la pasamos en vela con los niños. A la mañana siguiente,  la señora que lavaba la ropa dijo que nos fuéramos cuanto antes mejor, porque esa noche iban a dinamitar la casa. Sigifredo hizo parar el primer carro que encontró  y el mayordomo de la finca le informó  que grupos de hombres armados lo esperaban. Metimos los niños y la ropa en el carro, retrocedimos por la calle para no atravesar la plaza y salimos de Balboa.

Llegamos a Pereira donde mamá, pero le ocultamos la verdad diciéndole que Sigifredo estaba de vacaciones, para no preocuparla, ya que Oscar Osorio Gartner, mi hermano Rafael, Arturo Cataño y Jorge Lenis se quedaron en Balboa.  El sábado llegaron Oscar y Rafael con sus familias y tuvimos que contarle la verdad. Dos meses me quedé en su casa con los mellizos de seis meses de nacidos, y Alberto, mientras que Sigifredo se acomodó donde sus hermanas con las dos niñas y se puso a buscar casa y local en Cartago. Hubo que cambiar las fincas por un terreno en La Dorada y cuando volvimos a Balboa  a recoger nuestros enseres todo estaba saqueado."

 

 

Comentarios