QUINCHÍA EN LOS AÑOS VEINTE DEL PASADO SIGLO


Alfredo Cardona Tobón


Los informes de los funcionarios  nos permiten conocer de primera mano la situación de las comunidades.
 En los primeros años del departamento de Caldas los secretarios de despacho recorrieron continuamente su territorio para poner al  gobernador al  corriente de la situación social y administrativa de los municipios; en los informes presentados a continuación  dos secretarios de despacho  nos dan una visión sobre las situación de Quinchía en   las primeras décadas del siglo pasado.

 Veamos el informe del doctor Gerardo Arias Mejía :

“ Se nota  en esta población un gran progreso. El comercio es activo y hay muy buenos almacenes. Los campos cercanos son muy hermosos y están cubiertos de sementeras, se edifica mucho. El presbítero Herrera ayuda de manera eficaz en toda obra de progreso. Además  se preocupa por la adquisición de todo lo relativo al culto.[1]

En el municipio hay más de treinta salinas y minas de carbón. El  problema del agua está allí también, la que posee la población es mala.[2]

Es Quinchía un municipio rico, detenido un tanto en su progreso por las parcialidades indígenas regidas por leyes especiales.[3]

Las oficinas marchan así: Alcaldía – muy mal-

                                              Juzgado- muy mal-

                                              Concejo- bien-

                                              Correos- bien-

                                              Notaría- bien-

Por un camino, descansado aunque abandonado, sin duda porque existe otro por Guática, muy transitado pero duro, llegué a Anserma".

A lo anterior agregamos unas notas :

Al visitar al alcalde Jesús A. Cortés y a su secretario Virginio A. Cataño, el doctor Arias encontró el 27de octubre de 1919  la alcaldía sucia, las estampillas sin anular . Anota que la gente aún hablaba de la provincia de Riosucio, sin advertir que ya las provincias habían desaparecido.

Dice el doctor Arias que el juez era Elías Gartner y el secretario del Juzgado era Teófilo Cataño.  Anota  que había sumarios iniciados en 1909 y estaban sin completar en 1916, había muchos suspendidos y causas no seguidas por no existir pruebas ni diligencias, inclusive se había archivado un sumario contra Teófilo Cataño. Al frente de la notaría estaba don Lisandro Garcés, se encontró todo perfectamente, al igual que en correos y telégrafos cuyo jefe era Mario Elías Gartner Gómez.

El censo general de indígenas realizado en  1919 dio un total de 2537 individuos, era gobernador del resguardo Juan Bautista Quebrada.  Los apellidos más comunes eran: Tapasco 249 personas, Ladino 247, Aricapa 209, Trejos 205, Chiquito 138, Velasco 137, Manso 129, Quebrada 101, Suarez 93, Guapacha 60, Bartolo 59, Bañol 58, Gañán, Gaspar, Guarumo, Vinasco, Útima, Mápura y Arce.

En  1921 se edita el periódico Flecha Roja fundado por Emilio Osorio de la Cuesta; los líderes culturales más notables eran Teófilo Cataño, Eduardo Osorio, José Trejos, Rafael Antonio Garcés de la Cuesta y Liborio Aguiar.

Para completar la visión presentada por el visitador anotemos que el 25 de enero de 1921 inició labores el colegio San Agustín, regentado por el  padre Marco Antonio Tobón; fue una iniciativa  de “El Centro Ariel” y el esfuerzo de Jorge Gartner, el vicerrector fue Rafael Gironza y posteriormente Efrain Tobón.  El colegio se abrió en la plazuela, en la casa de Paulino Botero, situada donde está ahora la Casa de la Cultura.

El Centro Ariel  estuvo conformado por José Trejos, Mario Gartner, Emilio García, Diosdado Medina,  Luis Eduardo Cataño, Teófilo Cataño, Emilio Osorio de la Cuesta y Rafael Gironza.

Simulataneamente con el periódico Flecha Roja se editó “Justicia”, dirigido por Francisco  Betancur, sacristán de la parroquia. Era la contraparte clerical y conservadora.

Por Ordenanza No. 27 del 22 de abril de 1921 se creó el municipio de Guática con su corregimiento de San Clemente  que fueron segregados de Quinchía.

Por resolución No. 3 de junio 26 de 1921 el gerente de la Renta de Licores de Caldas concedió licencia a Rafael Posada para que fabricara en Quinchía y expendiera la cerveza “India”.

En abril de1922 se terminó el parque de La Pola y en diciembre 16  el juez Mario Gartner oficia el primer matrimonio civil entre Juan de Dios Trejos y Mercedes Taborda.

UN AVISO EN  FLECHA ROJA

“ Oh vosotros caminantes

suspended, oid, parad

si vais a pie o a caballo

la cantina Putumayo

os tiene amor y piedad;

cigarrillos, vino, aguardiente,

dulces,frutas, pan caliente,

consumid con ansiedad,

entrad todos con la plata

pues no metemos la pata

en asuntos de piedad.”

CONCEJO DE 1924

Principales                                           Suplentes

Ramón Echeverri                                Ildefonso Vinasco

Rafael Gironza                                     Ismael Bermúdez ( hijo del capitán Zoilo 
                                                          Bermúdez)
Roberto Morales                                Juan Bautista Rojas

Luis Angel García                                Evangelista Quebrada

Tiberio Gómez                                     Neftalí Bermúdez

Luis Carlos Navarro                            Antonio Giraldo

Ramón María Gómez                         Luis Herrera

 

Presidente del Concejo Rafael Giroza

Presupuesto para 1924 $ 10.000.00

Habitantes del municipio  7627

 

INFORME DEL 13 DE SEPTIEMBRE DE 1924.

En  otro  informe presentado por el visitador Elías Gómez Robledo al gobernador de Caldas nos dice el funcionario que la Casa Municipal estaba sin concluir y que no recomendaba se le anexara una sala de cine como era la pretensión, dice,también,  que la cárcel era insegura y el matadero antihigiénico.  Y agrega: “Como el municipio no tiene acueducto metálico y como en Caja existe un auxilio dado por el departamento para ese objeto, debe el Concejo invertir sin pérdida de tiempo, esa suma en la obra correspondiente”.

Llama la atención sobre los proyectos de dotar a Quinchía de una planta eléctrica, para que tengan cuidado con respecto  a las condiciones de la negociación. Afirma que no es una necesidad urgente, al igual que el hospital, que tampoco existe.




[1] El doctor Arias no se refiere a la tensa situación entre el padre Herrera y la comunidad liberal de la población y sus graves enfrentamientos con el alcalde y el Concejo.
[2] Hubo que esperar hasta los años ochenta para solucionar el problema del agua con el acueducto de Occidente.
[3] El doctor Arias no se refirió al microfundo, al acaparamiento de tierras ni a la falta de fuentes de trabajo. Esas eran las causas de la pobreza, no fue la existencia de las parcialidades indígenas.

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