Versión de Marco Tulio Escobar-
Enero de 1937-
La falta de un centro de reunión obligó a los guaqueros a fundar un pueblo. Julián Ortiz, el primero que llegó con familia a estas regiones y también el primero que abrió montaña en la parte conocida hoy con el nombre de El Tambo, tomó la iniciativa de la fundación. Este señor había sido el protector de los guaqueros, suministrándoles maíz, fríjoles, yuca y demás productos que había venido cultivando en el lugar de su vivienda y por eso todos veían en él la persona más autorizada para la escogencia del punto apropiado para el pueblo.
La primera idea que se tuvo fue la de fundar la población en Pueblovano, nombre dado por los guaqueros, en señal de que allí eran muy pobres las guacas; pero como a la sazón el señor Rozo Rodas se había apoderado del lote, en donde estaba empezando una derriba y creyéndose dueño de él se opuso abiertamente al proyecto. Entonces el señor Ortiz, oído el concepto de otros guaqueros, resolvió derribar montaña en el mismo punto donde hoy se halla la plaza principal, para dar principio a la población.
Hecho el desmonte por el señor Ortiz y su familia, con la ayuda de unos pocos trabajadores, aquel resolvió sembrar ese tumbado , de maíz y por tal causa se llamó dueño del terreno y hubo de notificar a los que pretendían levantar edificaciones, que mientras no se pagase a razón de cinco reales por cada solar, no permitirá construir ninguna casa. Esto ocasionó una larga disputa entre él y los guaqueros, por cuyo motivo se retardó un poco la iniciación de la población.
Mientras esto sucedía, otras compañías de guaqueros, situadas al norte, resolvieron iniciar por su parte la fundación de otro pueblo. Hicieron una tumba en el punto denominado El Encanto y como vieran luego que la falta de agua los expondría al fracaso, resolvieron abandonar ese trabajo y pasaron más al norte, al otro lado del río, donde fundaron la población que en un principio se llamó Villa de las Cáscaras, por haber techado las casas con cáscaras de cedro que allí era muy abundante; más tarde se bautizó con el nombre de Apía. Esto sucedía a fines de 1888. El conflicto surgido aquí con el señor Julián Ortiz, sirvioles de experiencia a los fundadores de aquel pueblo y por eso, Apía tomó forma de pueblo primero que Santuario.
En el año de 1890 Apía fue corregimiento de Ansermaviejo y Santuario comisaría de Apía. En 1893 este último fue erigido en municipio. Santuario fue corregimiento de Apía en 1894; en 1907 llegó a distrito municipal y en 1912 a cabecera del circuito judicial.
El nombre de Santuario se lo dieron los guaqueros, en memoria de los innúmeros sarcófagos hallados en esta plaza, y por la gran cantidad de oro extraído por ellos. Y si una Asamblea departamental cometió el irrespeto, más que irrespeto , profanación, de cambiar este nombre, otra Asamblea le restituyo oficialmente y con mucha justicia, su primitivo nombre, conservando así su tradición histórica.
Sobre la población de Santuario, hacia el occidente, se levanta el hermoso cerro de Tatamá. Tatamá, prominencia de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar y que en forma de cono, alza erguida su cabeza altiva y desafiante como un dios que tuviera el poder de remontarse a las alturas donde el aire es música. De su alta garganta se desprenden a lado y lado los ríos San Rafael y Mapa, los que se abren como dos brazos del gigante hacia la derecha y hacia la izquierda, Un poco más abajo de la población de Santuario esos ríos se dan un abrazo eterno, quedando la población encerrada entre ellos.
Oh Tatamá sublime!- Tu eres nuestro padre común. Los ríos que nos rodean, traen el encargo de darnos la vida. El río Mapa nos suministra la luz, fuerza y calor; San Rafael calma nuestra sed. ellos fecundan nuestro suelo y a tu impulso generoso la vida canta.
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