EN BELÉN DE UMBRÍA

QUÉ OCURRIÓ CON PAPAYAL?

Alfredo Cardona Tobón*



Por el antiguo camino de las Ansermas inicialmente llegaron los mineros, luego los buscadores de tesoros en las guacas y posteriormente aparecieron los colonos tras un pedazo de tierra donde acomodar a su familia. Esta zona que ocupa la ladera derecha de la cordillera oriental próxima al cerro de Tatamá, abarcaba grandes baldíos y los resguardos indígenas de Apía y Tachiguí poco poblados con descendientes de las tribus umbras.


Los paisas entraron a territorio caucano por las tierras frías del Resguardo de la Montaña donde fundaron el poblado de Oraida en los años cuarenta del siglo XIX; desde allí se fueron desperdigando por el espinazo de la cordillera con el fríjol cargamanto, el ganado blanco orejinegro, las bateas para barequiar el oro y las barras de acero que utilizaban para romper las rocas de los filones.



Sin pedir permiso a nadie los antioqueños ocuparon la mayor parte del resguardo de Guática, se apoderaron del resguardo de Tabuyo y bordeando el Valle del río Risaralda establecieron una colonia a orillas de una quebrada que desemboca en el río Risaralda conocida con el nombre de Papayal.

No se conoce el sitio exacto donde se fundó la aldea de Papayal; debió ser en la parte fresca de la ladera, lejos de los bichos, de los zancudos, de la malaria y de la fiebre amarilla. El rancherío estaba lejos de todas partes pero tenía agua buena, suelo fértil, posiblemente guacas en sus alrededores, pepitas de oro en los aluviones y clima adecuado para el maíz y el tabaco.

.¿Cuándo apareció Papayal?


Ni han se sabe” dirían los campesinos. En verdad se carece de documentos, de registros, crónicas y noticias que den una luz sobre la aparición y desaparición de Papayal. Repasando la “Gaceta del Cauca” vemos que en la Ordenanza Número 9 del 26 de octubre de 1855, el órgano legislativo de la Provincia ordena al gobernador estudiar los títulos de los terrenos solicitados por los nuevos pobladores de Papayal para adjudicarselos, en caso de ser baldíos, como lo indicaba la ley 7 de la Recopilación Granadina. La Ordenanza mencionada confirma, pues, la existencia de una comunidad organizada y establecida que buscaba legalizar las tierras ocupadas, pero que ignoramos si eran baldías o pertenecientes a los resguardos de Apía o de Tachiguí.,

Dos años más tarde en la “Gaceta del Cauca”, editada en Buga, aparece la Ley 21 con fecha

diciembre de 1857 donde se divide el Estado del Cauca en Provincias, entre ellas la del Quindío con Cartago como capital y Papayal como un distrito municipal con jurisdicción sobre la aldea de Tachiguí. Por ese entonces no existían Apía ni Santuario, Sopinga era un rancherío al igual que Tachiguí, Pumia y Arrayanal. El poblado de Papayal era la única cabecera de distrito en las vastas lomas del Tatamá.

¿Cuándo desapareció Papayal?

En el año de 1859 Papayal pierde la categoría de distrito municipal y junto con San Francisco (Chinchiná) y Ansermanuevo queda como aldea bajo la jurisdicción de Riosucio . Después de ese año se corre un telón sobre Papayal y no vuelve a aparecer en la Gaceta oficial ni en documentos notariales, parece como si lo hubieran borrado de la faz de la tierra

Durante el siglo XIX y principios del siglo XX numerosas aldeas florecieron y se agostaron como por encanto. Unas desaparecieron como resultado de las guerras o el orden público, otras por falta de agua debido a la deforestación, por cambio de un camino, por calamidades asociadas a la viruela y al tifo y algunas por el capricho de los latifundistas o por los empresarios que se adueñaron de vastas extensiones. Entre esas aldeas o rancheríos ganados por el olvido están Oraida, Llanogrande y El Rosario en la parte fría de Riosucio; El Cedral y La Bendecida sobre la cordillera oriental; Quinchiaviejo en el resguardo del mismo nombre; Carmen de Dosquebradas en la desembocadura del río Cañaveral; San Antonio del Tatamá y San Juan del Chamí en el camino al Chocó y el poblado de Papayal en territorio del moderno Belén de Umbría...

En el caso de Papayal, varias causas se conjugaron para acabar con la fundación: Una de ellas fueron las epidemias de viruela que asolaron la zona durante varios períodos, otra la guerra de 1860, particularmente dañina en esa zona, a lo que se agrega el descubrimiento de numerosas guacas en el sitio de Santuario y el declive de los cultivos de tabaco en la zona de Sopinga, después de la legalización y liberación de su comercio en el año 1858 .

Nada quedó de Papayal, ni una ruina ni una crónica. Fue una de las aldeas fantasmas perdidas en el pasado que ni siquiera los belumbrenses registran en la historia del municipio. ¿Adónde emigró la gente de Papayal?- ¿se desplazó hacia Apía, hacia Santuario o se sumó a los pobladores de Arenales?- Son incógnitas guardadas en los archivos de Popayán y el Cauca y en los documentos apolillados que reposan en un sótano de la Oficina de Registros Públicos en Riosucio, Caldas.

Risaralda no es una historia nueva, pero se le ha tratado como si empezara con los antioqueños. A lado y lado del río Cauca hay un pasado por descubrir. Al igual que con Papayal falta descorrer el velo que oculta el pasado de Opirama, Mápura, La Bendecida, Guaticavieja y Arrayanal y el destino de las comunidades desplazadas por los latifundistas y los violentos a lo largo y ancho del territorio.


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