Alfredo
Cardona Tobón
Segundo Encuentro de la Palabra en el Teatro CuestaEn los Encuentros de la Palabra de Riosucio se han formado varias generaciones que están rescatando la identidad de la provincia. El origen de este magno proyecto cultural se remonta a fines de 1983 cuando los editores de la revista “Imágenes y Sueños”, de la población de Aguadas, convocaron a poetas y escritores del norte y occidente del Viejo Caldas con el objeto de organizar el lanzamiento del quinto número de la revista.
.ue una reunión de amigos, de viejos conocidos, coordinada por Manuel Tiberio Parra, el “notario notorio”, con el apoyo de José Sánchez, Gustavo Adolfo Jaramillo y otros escritores y con el aval de la flor y nata de la sociedad aguadeña que volvía sobre los fueros de la hospitalaria “Ciudad de las Brumas”.
Esa
noche se desgranó poesía, hubo música y vino, se habló de la provincia y sobre
todo de la necesidad de descentralizar las manifestaciones culturales,
monopolizadas por los intelectuales radicados en Manizales. Con el compromiso y entusiasmo de aguadeños y riosuceños el proyecto tomó forma: Héctor
Echeverri, César Augusto López y demás compañeros editarían la quinta versión
de “Imágenes y Sueños” mientras los riosuceños se comprometían a organizar en la
“Perla del Ingrumá” un encuentro de escritores y poetas de la provincia
caldense que enmarcaría la presentación de la revista.
En enero de 1984 se reunieron en Manizales Álvaro Gartner,
César Valencia, Eliecer Zapata, Alfredo Cardona y Edith Bustos y en la segunda
planta de una casona del “Parque del Banano” se dio forma al “Primer Encuentro
de la Palabra del Noroccidente de Caldas”.
Un mes después, al
anochecer del 18 de febrero de 1984 un grupo de escritores, poetas e intelectuales unieron sus voces en el bar “Leño Verde” en Riosucio y el “Encuentro de la Palabra” desplegó sus
alas para encumbrarse y ocupar un sitial de honor en la vida de ese municipio
con alma de matachín y corazón de poeta. Entre
música y muchos versos se habló de la cultura de la provincia y se fijó una hoja
de ruta que Augusto León Restrepo condensó en los siguientes puntos:
1- Creación
de un Centro de Investigaciones Históricas
2- Publicación
de un órgano para recoger la obra de los escritores de la provincia.
3- Fortalecimiento
de las Casas de la Cultura
4- Fundación
de un museo antropológico
5- Fundación
de un museo folclórico artesanal.
EL PALADIN
DE LA PALABRA
El segundo Encuentro de la Palabra se desarrolló entre el 18 y el 20 de mayo de 1964. A partir de entonces César
Valencia Trejos se convirtió en el gran capitán del magno evento y Otto Morales Benítez en el impulso vital de la generación riosuceña que en “Leño Verde” empezó
a sacar a la provincia caldense del marasmo cultural que la paralizaba.
Después de ese segundo Encuentro de la Palabra se
crearon el “Centro de Investigaciones Históricas de Centro-Occidente de Colombia" y los "Encuentros con la Historia". A partir de entonces los Encuentros de la Palabras se convirtieron en un catalizador de la cultura provinciana y en vitrina para que propios y extraños conocieran
los autores de innumerables obras de literatura, poesía e historia que enriquecen
el acervo cultural comarcano, entre los cuales podemos nombrar la revista
“Papel de Oficio” de Jaime Ramírez, la revista “ El Ateneo” en Viterbo, “Impronta”
de la Academia Caldense de Historia , “Pindaná de los Zerrillos” de la Academia
pereirana de Historia y por consiguiente la obra de los invitados a los encuentros.
“En
defensa de la provincia debemos librar
todos los combates” fue el lema de Otto
Morales Benítez tomado como bandera por los fundadores del Encuentro de la
Palabra y con esa filosofía Oscar
Escobar, César Valencia, Héctor Jaime Montoya y Arcesio Zapata, en nombre del
equipo cultural “El Riosuceño” fijaron
las bases para un proyecto que no ha
perdido su esencia ni sus objetivos iniciales. “La palabra es el traje del
pensamiento” – afirmó Miguel Vargas García en “Leño Verde” y con ese ropaje se ha ido embelleciendo la cultura comarcana.
LA
FUERZA DE LA PALABRA
En la cita en “ Leño Verde” la palabra se entreveró con la alegría y la
amistad: Gilma de los Ríos leyó un poema, Hernando González Trejos hizo volar
la imaginación con sus versos, mientras las figuras de Carlos Martínez
(Tatines) y Bernardo Cano García (Berceo), en medio de luces y de risas parecían
fundirse con estampas salidas de capítulos de Quevedo. Fue una noche mágica
adornada por Lorena Gartner, Luz María Motato y Amparito Velasquez, y animada
por Niceas Trejos, Jaime Ramírez… tantos amigos, unos idos y otros que siguen
luchando por la cultura caldense.
La
fuerza de la palabra crea identidad, redescubre la grandeza de nuestra gente y
exalta sus valores.: La palabra que agrupó los clanes primitivos, creció en las
aldeas, donde empezaron a urdirse la
trama, los argumentos, los versos y las canción; por
eso no se puede olvidar que la cultura corre por las calles pueblerinas y late igualmente en el corazón de
los vates más humildes con sus versos cojos y frases patituertas.
Aunque Riosucio no cuenta con los despliegues mediáticos de Cartagena y Bogotá, la "Perla del Ingrumá" es
un faro que en recintos como el Teatro Cuesta o las plazas de sus caseríos, ilumina a un pueblo de poetas y troveros que irradia su luz a la provincia.
Excelente, rescatar con estos grandes encuentros y dirigidos por excelsos intelectos nuestra historia llena de riqueza espiritual y verdadera autenticidad. Felicitaciones.
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