Alfredo
Cardona Tobón”
La
presencia de Pedro Orozco Ocampo y sus hermanos señaló nuevos rumbos en la historia de Anserma, en
este artículo recordamos al hombre y a la familia que transformaron un caserío agónico en una de las más
importantes comunidades caldenses.
Es
difícil encontrar un personaje que como Pedro Orozco Ocampo encarne los valores
de la gente que abrió montañas, levantó pueblos, trazó caminos y pobló este
territorio. La vida de este antioqueño, nacido en Sonsón el 18 de enero de 1817,
es un compendio de luchas, osadía, ambición y fortaleza.
Pedro
Orozco O. vino de cuna labriega y no heredó fortuna alguna: fue un hombre del
común, de carriel y ruana, rezandero, conservador hasta los tuétanos,
conseguidor de plata, buen hijo, buen hermano, un hombre sin agüero ni remilgos
que tras los pesos se metió en los socavones auríferos, enfrentó la selva,
viajó a sitios remotos vendiendo mercancías, fundó pueblos, estableció
haciendas, trazó caminos y en pos de los negocios se asoció hasta con el
diablo.
La
existencia de Pedro Orozco Ocampo va entreverada con la de su esposa Rafaela
Gómez Trujillo, una mujer de la misma pasta y madera quien lo acompañó desde la
tierna edad de 15 años y le sobrevivió 32 años. La vida de este notable antioqueño va unida,
igualmente, a la de sus hermanos Marino Anito, Manuel Salvador, Epifanio,
Sandalio, Jorge, Francisco, Indalecio y Leandro que para bien o para mal lo
acompañaron en sus empresas.
Los Orozco Ocampo constituyeron un clan unido,
tanto en las horas de ventura como en los trágicos acontecimientos de la época
tormentosa que les tocó vivir, y aunque Pedro fue una persona pacifica
respetuosa de las ideas ajenas, el sectarismo de sus hermanos lo hicieron
blanco de las iras liberales en las continuas guerras que enlutaron este
territorio.
UNA
VIDA DE TRABAJO ARDUO
Pedro
cursó los primeros estudios en su aldea natal y desde niño trabajó en la finca
de su padre Ramón Orozco; apenas le despuntaba el bozo se desplazó con su
hermano Mariano Anito a los socavones de Marmato, pero como les fue mal en esa
actividad prefirió establecer una labranza para abastecer a los mineros. El
clima no le sentó bien a sus padres, por eso vendió la finca en Marmato y con
el resto de la familia emigró a Nueva Caramanta, donde en 1854, Pedro adquirió
unas acciones en la concesión de Gabriel Echeverri .
En
1840 los caudillos provinciales se levantaron en armas contra el gobierno de
Márquez; el coronel Salvador Córdova se puso al frente de los antioqueños y se enfrentó
a las tropas centrales mientras Juan María Gómez reclutaba gente en Supía y
marchaba a Nueva Caramanta, donde sorprendió a los rebeldes en la madrugada del tres de
enero de 1841.
Ante
las incursiones caucanas, los Orozco se internan en la selva del norte de Nueva
Caramanta para salvar sus vidas y con otros desplazados levantan el caserío de “El
Hatillo”, en el sitio que hoy ocupa la población de Valparaíso.
La
guerra terminó con el sometimiento de los caudillos provinciales. Entonces Pedro
regresó a la aldea de Nueva Caramanta, donde en 1846, a la edad de 29 años, contrajo matrimonio.
En los siguientes años se dedicó al comercio: para ello adquiere varias mulas,
compra mercancía en Medellín, la vende en el norte del Cauca y hace el viaje de
regreso con cargas de cacao.
En julio
de 1851 los conservadores de Antioquia se levantaron en armas contra el gobierno
de José Hilario López mientras desde el Valle del Cauca el comandante liberal
Salvador Solarte avanzaba con mil hombres armados con el objetivo de someter el
cantón de Supía en poder de los revolucionarios. En agosto de ese año Solarte ocupa
a Nueva Caramanta y para neutralizar las actividades enemigas pone presos a los
dirigentes conservadores entre quienes figuran Pedro, Mariano Anito y Leandro
Orozco Ocampo.
En
juicio sumario los invasores condenan a muerte a los cabecillas locales de la
rebelión y ponen a los Orozco en capilla en un calabozo inmundo. Por varios
días esperan la ejecución; en esa agonía Leandro pierde la razón y jamás
recobrará la cordura. El pago de una
gruesa suma de dinero y la intervención de unos amigos salva la vida de los
Orozco, quienes una vez recobraron la libertad se internaron nuevamente en las montañas
de Nueva Caramanta
Estando
en esas soledades, Pedro Orozco decide levantar una aldea para valorizar sus
tierras y surge el proyecto de Támesis. Como aún corría peligro, llamó de
Medellín a su hermano Manuel Salvador, quien trazó las calles, dividió solares,
separó terrenos para la escuela y la iglesia y repartió lotes a cambio del
trabajo en los abiertos y en el camino que comunicó la nueva población con la
capital antioqueña.
En
poco tiempo Támesis se convirtió en distrito municipal; el 9 de diciembre de
1865 Sandalio Orozco se posesionó como el primer alcalde del poblado, luego fue
nombrado Jorge y en 1872 Pedro Orozco lo remplazó: esta fue la única vez que el
empresario ocupó un destino público, aunque, a decir verdad, era él quien
mandaba en Támesis, en Palermo, en Anserma y donde quiera que desarrolló sus empresas.
A la
par del negocio de tierras, Pedro Orozco abrió grandes haciendas ganaderas cuyos
hatos surtieron los mercados de Marmato. Allí obtuvo dividendos que le permitieron
invertir en más tierras y asociarse para abrir el camino de
La Soledad donde cobró peajes y un pontazgo en el sitio de Puerto
Chávez. También tuvo acciones en minas
de Marmato y fue, además, uno de los mayores proveedores de granos en el norte
caucano.
EN
LOS CAMPAMENTOS MILITARES
En
la guerra de 1876, los estados de Antioquia y el Tolima se alzaron en armas contra
el gobierno liberal presidido por Murillo Toro y como en otros conflictos bélicos
los hermanos Orozco tomaron partido al lado de los conservadores.
Se
lucha en Los Chancos y en la base del cerro Batero; en abril de 1877 las
fuerzas liberales ocupan a Supía y siguen hacia Nueva Caramanta donde exigen
cuantiosas contribuciones a los enemigos del régimen. Los hermanos Orozco caen prisioneros, se les
exige $ 5000 a cambio de la libertad y a Pedro le confiscan bienes y ganados en
el comparto impuesto a los vencidos.
En
1879 los antioqueños se rebelan contra las autoridades impuestas por los caucanos;
nuevamente los Orozco conocen las amarguras de la derrota. tienen que pagar contribuciones
de guerra. esta vez abandonan el suelo antioqueño y se radican en el arruinado
caserío de Ansermaviejo, donde Jorge Orozco había establecido contactos con algunos
dirigentes locales.
LOS
REPOBLADORES DE ANSERMAVIEJO
Una
parte de las fértiles tierras de Ansermaviejo eran baldíos y otra gran parte
estaba ocupada por los resguardos indígenas de Tabuyo, Tachiguí y Apía. De la
antigua población fundada por los españoles en los tiempos de la conquista no
quedaban rastros, en 1878 era un caserío perteneciente a Quinchía con
apenas 633 habitantes en su mayoría de la etnia Tabuyo.
Los Orozco Ocampo vendieron parte de sus
tierras en Támesis, disolvieron la sociedad que tenían en esa población y
trasladaron sus negocios a Ansermaviejo donde contaron con el apoyo der
Ponciano Taborda, administrador del Resguardo de Tabuyo, del coronel León
Hernández, jefe político de la región y del corregidor Azarías de la Pava.
Pedro
Orozco regala semillas, financia lotes, compra cosechas, da ganado en compañía,
abre caminos, explota salinas, da trabajo en los abiertos y convierte un
caserío arruinado en una aldea floreciente que recobra su estatus municipal el
12 de agosto de 1890.
El
ambicioso empresario compra todo lo que le ofrecen y lo revende con pingües
ganancias. Al finalizar el año 1879 las propiedades de Pedro Orozco se
extienden a las veredas de El Horro, Paloblanco,
El Cortado, Tusa, Cauya, Chápata, la Cuchilla de Palestón y Nacederos y en
1882 abarcan
gran parte de las veredas
Tumarapo, Carboneral, Lomas de don
Juan, Chavarquia y Alto de los Aguirres;
además de lo anterior, Pedro Orozco, en
asocio con sus hermanos, ha comprado
baldíos en el Valle de Risaralda y derechos en los resguardos de Tachiguí y Apía.
PEDRO
OROZCO Y LA FUNDACIÓN DE BELALCAZAR
El
29 de diciembre de1880 el salamineño Rudesindo Ospina compra al gobierno dos
grandes lotes baldíos: El primero se extendía desde el río Risaralda hasta la
Cuchilla de La Soledad y el segundo iba desde esa Cuchilla hasta el río
Cauca. En total eran unas doce mil hectáreas con linderos difusos y vagos que
se prestaron posteriormente para numerosos pleitos. Dos años después, Rudesindo
Ospina vendió la mayor parte de esos terrenos a los hermanos Pedro y Jorge
Orozco quienes a su vez cedieron una extensa faja a los hermanos Correa de
Támesis y procedieron a parcelar el resto de la extensa propiedad.
De
1880 a 1896 Pedro Orozco adquirió casi toda la Serranía de Belalcázar,
obtuvo gran parte de la banda izquierda del rio Risaralda y extensos predios en
Varillas. Pedro Orozco compraba y vendía, no retenía las tierras, que
valorizaba abriendo caminos, haciendo abiertos en la selva e instalando colonos
con títulos legales.
Pedro
contó con el apoyo de los párrocos de Támesis y Palermo quienes, en la Misa de
Once de los domingos, cuando las parroquias hervían de campesinos, hablaban de
los lotes que Pedro Orozco estaba regalando en la Cuchilla de Belalcázar, de
las tierras de Ansermaviejo y de las gabelas que ofrecía el conocidísimo
fundador de Támesis, Palermo, Maceo y Valparaíso.
La pobrería de los alrededores enrollaron
esteras, metieron en un costal lo poco que tenían y unos a pie y otros en
bestia se dirigieron a La Soledad, donde Don Pedro Orozco, en
verdad, estaba regalando lotes y contratando peones para hacer abiertos en la
montaña.
Al
finalizar el siglo XIX los Orozco habían repoblado a Ansermaviejo, fundado a Belalcázar
y loteado sus enormes propiedades; es entonces cuando Jorge Orozco se traslada a Victoria, Caldas a continuar sus negocios y ¨Pedro
Orozco regresa a Támesis donde el 3 de diciembre de 1896, al revisar un ganado
en su finca La Castalia, resbala por una roca, cae desde una altura de diez
metros y después de tres días de agonía ,
entrega el alma al Creador.
Pedro
Orozco repartió dinero a su familia, a los hospitales de Jericó y Támesis y a
las iglesias de Anserma, de Nueva Caramanta y Valparaíso. Dicen los viejos
pobladores que al principio de la colonización antioqueña de Anserma, Pedro
Orozco, para apoyar a los labriegos, al terminar el mercado compraba lo que no se había vendido.
Pedro Orozco fue un católico creyente. Aunque no
tuvo hijos, recogió varios niños desamparados que levantó como si fueran sus
hijos. Según las partidas de bautismo de Támesis, entre el 10 de febrero de 1868
y el 19 de diciembre de 1885 Pedro Orozco llevó a la pila bautismal a 292 niños,
se ignora cuántos apadrinó en Ansermaviejo, pero se supone que fueron
numerosos. Doña Rafaela, su esposa, no se quedó atrás: los datos arrojan la
suma de 537 ahijados en Támesis, sin contar los de Ansermaviejo, Valparaíso y
Nueva Caramanta. Todos estos compadrazgos establecieron un nexo entre los
fundadores y el resto de la población, que fortaleció el liderazgo de Pedro
Orozco e incentivó la solidaridad que distinguió a los habitantes de Anserma
hasta la llegada de la fatídica violencia partidista, impulsada por algunos
dirigentes manizaleños.
LOS
HERMANOS DE PEDRO OROZCO
No
se puede hablar de Pedro Orozco sin mencionar sus hermanos: Mariano Anito fue
el hijo mayor de don Ramón Orozco y de doña Josefa Ocampo, lo acompañó en
Marmato y fue la mano derecha en los negocios de Pedro Orozco. Mariano Anito
luchó bajo las banderas conservadoras en las guerras de 1840, 1852 y en la de
1876 donde lo nombraron coronel del Ejército antioqueño. Julián Uribe, hermano del general Rafael
Uribe, relata un triste episodio que ensombrece la memoria de Mariano: “Encontrábase
ocasionalmente mi padre Tomás Uribe en Nueva Caramanta, probablemente en 1863,
y sucedió que llevaban para la cárcel a la señora de don Francisco Ossa en
castigo de su resistencia a revelar el sitio donde estaba su marido, perseguido
por ser liberal. Mi padre, amigo y
compadre del señor Ossa protestó en términos comedidos y pidió permiso para
conducirla a la cárcel en las condiciones a que era acreedora. Por toda
contestación, el alcalde Mariano Orozco, sacó su peinilla y arremetió contra mi
padre que estaba completamente inerme.
Con un primer golpe le destrozó los dedos de la mano derecha, con el
segundo le hizo una profunda herida en la cabeza y con el tercero, dirigido con
toda fuerza al cuello de la víctima para acabar con ella, le hirió en la mandíbula.
Ignoro por qué no terminó su hazaña, pero así, casi moribundo, lo hizo llevar a
la cárcel y no permitió que nadie le lavara siquiera las heridas”.
Sandalio
Orozco, por su parte, participó en las guerras de 1879 y 1885 y en Támesis
ocupó el cargo de Jefe Municipal en varias oportunidades
Manuel
Salvador, el menor de los hermanos, terminó estudios secundarios y cursó
algunos semestres de ciencias políticas en la Universidad de Antioquia; fue
juez poblador, comerciante y Jefe del Batallón Arboleda en la guerra de 1876.
Manuel
Salvador, en compañía de sus hermanos, compró derechos y estableció una
sociedad para explotar la salina del Pital. En 1885 protegió la frontera sur de
Antioquia. En Anserma Manuel Salvador recibió la orden de interceptar un
arsenal que sería transportado de Manizales a Supía por el coronel liberal León
Hernández, la operación fue exitosa, pero en cumplimiento de esa misión Manuel
Salvador perdió la vida.
Dos
años después de esa acción en el punto de Partidas, el Concejo de Támesis
expidió el siguiente acuerdo que
enaltece la memoria de Manuel Salvador:
ACUERDO No. 1-
Agosto 22 de 1887
El Concejo municipal de Támesis en uso
de sus facultades legales y
Considerando:
1-Que el teniente coronel Manuel
Salvador Orozco murió luchando como
bueno en la gloriosa jornada de “Partidas” del 21 de enero de 1885
2- Que es un deber de los pueblos
admirar las virtudes cívicas de sus preclaros hijos y pagarles en cuanto sea
posible los esfuerzos hechos en favor de aquellos donde vivieron
3-Que los mejores años de su vida los consagró el expresado
teniente coronel Orozco, al engrandecimiento y ornato de este pueblo, en
términos que él fue el verdadero fundador.
ACUERDA:
Artículo 1-
El Concejo municipal de Támesis lamenta
la prematura muerte del patriota y bravo
coronel Manuel S. Orozco
Presidente Manuel A. Molina
Epifanio,
al contrario de sus hermanos fue un hombre pacífico y al igual que Pedro no
participó directamente en las luchas políticas; fue cofundador de Támesis y Valparaíso,
descuajó selva en las riberas del río Cartama y ayudó a abrir el camino de Valparaíso
a Medellín.
Jorge,
por su parte fue el hombre de las leyes
del clan de los Orozco y el primero en establecerse en Anserma donde lo nombraron
Mayordomo de Fábrica de la Iglesia, representante de los padres de Familia, notario,
miembro de la Junta Repartidora del Resguardo de Tabuyo y de la Junta
Repartidora de los terrenos comunales. Tanto en las tierras de los tabuyos como
en los ejidos comunales le cedieron lotes, como si se tratara de uno comunero
del Resguardo o un vecino pobre con derecho a tierras. Jorge Orozco compró
derechos en los resguardos indígenas y adquirió en remate vastos globos de
terrenos baldíos. En agosto de 1882 en asocio con Azarías de la Pava adquirió una
casa pajiza con dineros de los vecinos que luego donó a la parroquia y sirvió
de Casa Cural. Sus últimos años transcurrieron en las riberas del río
Magdalena, donde ejerció las funciones de notario y explotó haciendas ganaderas.
Leopoldo
Orozco, otro de los hermanos Orozco, estableció la gran hacienda de “La India”
en las riberas ansermeñas del rio Cauca, allí ordeñaba doscientas vacas, producía
queso en prensa, engordaba ganado y cosechaba maíz y fríjol. Leopoldo tuvo fama
de mujeriego, botarate y caritativo. Cuentan los viejos ansermeños que sostenía
a cuanto “arrimado” llegaba a su casa; también dicen que su fortuna se empezó a
esfumar cuando a su tercera esposa, Pastorita Naranjo, le dio por meterse a
comerciante, surtió un gran almacén en Ansermaviejo, le fio a todo el mundo, no
le pagaron y Leopoldo tuvo que responder por las deudas. En una tempestad en la
“La India” los fuertes vientos abatieron un árbol enorme que al caer acabó con
la existencia de este bravo poblador. Fue el triste final de uno de los hombres
que al lado del resto del clan de los Orozco escribió la historia mayor de
Ansermaviejo
* Artículo tomado de la revista Papel de Oficio-
* Alfredo
Cardona Tobón es un ingeniero mecánico egresado de la Pontificia
Universidad Bolivariana de Medellín. Miembro de número de la academia Caldense
de Historia, del Centro de Historia de Manizales y de la Academia Pereirana de
Historia. Es autor de varios libros, entre ellos “Indios Curas y Maiceros”, y
“Los Caudillos del Desastre” de amplia difusión en Latinoamérica; además, es
autor del blog http://www.historiayregion.blogspot.com con más de 550 artículos de historia regional y colombiana.
ESTA ES LA HISTORIA DE MIS ANCESTROS, HOMBRES LUCHADORES, MUJERIEGOS Y FUNDADORES DE VARIOS PUEBLOS
ResponderEliminarVea pues q interesante
ResponderEliminarQUISIERA CONOCER LA DESCENDENCIA DE SANDALIO OROZCO
ResponderEliminarBuenas tardes, estoy muy agradecida por esta nota, puesto que es la historia de mis antepasados familiares. Mi abuelo se sintió realmente contento cuando se la leí, su nombre es Hugo Orozco Jaramillo.
ResponderEliminarMarcela Orozco.
ResponderEliminarme interesa saber sobre los hijos de Don Pedro Orozco y su descendencia