- Del Archivo de Alfredo Cardona Tóbon-
Alejandro Uribe Botero
EN TÉRMINOS GENERALES Y POR LO ALTO
No
pretendo hacer algo siquiera parecido a lo de César Conto, sino que quiero lograr, en forma de consejos, para cuando llegue la hora de la reconquista
liberal del poder, lo que yo desearía
que se hiciera, después de esta nefanda
época de barbarie de desolación y de
sangre que está sufriendo Colombia bajo los regímenes conservadores de Mariano Ospina y Laureano Gómez.
Alejandro
Uribe Botero- Santuario del antiguo Caldas-
Alejandro Uribe Botero
EN TÉRMINOS GENERALES Y POR LO ALTO
- Restablecer las garantías constitucionales, haciendo respetar la vida, las honra y la propiedad de todos los colombianos, sin discriminación alguna, concediéndoles amplia libertad para trabajar, hablar, escribir y enseñar, sin obstáculo ni peligros, como en la actualidad está sucediendo.
- Pedir al Congreso Nacional, la reforma de la Constitución , de acuerdo con la hora presente y sobre todo con la doctrina Liberal, consiguiendo de preferencia la separación de la Iglesia y el Estado y la enseñanza laica, gratuita y obligatoria; mientras estas dos reformas no se consigan, debe perder el liberalismo la esperanza de sostenerse en el poder, porque los frailes son sus peores enemigo y no pierden ocasión para conspirar contra sus ideas, bien desde los púlpitos y confesionarios, o en las escuelas y en los campos, sin escrúpulos de ninguna clase. Hay que someter al clero, sin excepción, a las leyes del país, como a cualquier hijo de vecino, si se quiere ostentar con orgullo y con justicia, el calificativo de régimen liberal.
- Proceder inmediatamente a castigar ejemplarmente a los gobernantes que decretaron esta guerra a muerte contra un partido inerme y descuidado, por el solo hecho de no haberlo podido vencer como se acostumbra en las democracias; guerra que desembocó , como era natural, en persecución, asesinaos, robo e incendios.
- Castigar igualmente a los intermediarios entre los altos poderes y las autoridades de los pueblos, que no son otros que los dirigentes conservadores en cada departamento, quienes organizaron y adiestraros a los campesinos para el crimen.
- Llevar a la cárcel o a colonias a los asesinos materiales e intelectuales de cada distrito, que también se conocen, hasta librar la sociedad de estos peligrosos maleantes
- Ordenar en todo el país el desarme total de todos nuestros enemigos, hasta dejarlos en imposibilidad de continuar su labor homicida.
7-
Entregar a nuestro copartidarios, escogiéndoles naturalmente,
honorables y competentes, todos los puestos ocupados hoy por nuestros
adversarios, para que estos aprendan a trabajar y los nuestros mejoren la
situación tremenda a que han sido sometidos. Me refiero a los empleos que emanan del ejecutivo, pues los que tienen
origen en la opinión popular, manifestada en las urnas, deben respetarse.
8-
AHORA POR LO BAJO
Como en todos los pueblos
del país se derramó sangre liberal, como
consecuencia de esta guerra oficial,
juzgo que en cada municipio debe alguien debe denunciar todos los
delitos y pedir el condigno castigo para los criminales. Yo me encargo del mío , que lo fue Santuario
en Caldas, ciudad antes próspera, culta,
rica, tolerante y que figuraba entre las ocho principales ciudades de Caldas.
De mayoría liberal desde su fundación
, como lo comprueba el hecho de que en cuarenta años, nunca triunfaron los conservadores, a pesar
de que hicieron grandes esfuerzos, de lo
que siempre acostumbran, para lograrlo. Por eso mismo le cargaron la mano y fue
así, como los revolucionarios conservadores, apoyados por las autoridades,
asesoradas por la masa ignorante (chusma) y con las armas oficiales, se
encargaron de convertirlo en lo que es
en la actualidad. Más de tres mil
ciudadanos liberales que votamos en
junio de 1949 y más de seis mil
parientes de esos votantes, tuvieron que
salir huyendo de la dinamita, de la bala y del puñal asesinos. Los fundadores del poblado, los
altos valores sociales, todos los empleados públicos y cuanto valía de la
sociedad, tuvieron que expatriarse, para salvar sus vidas.
MUERTOS
Hay una lista que aterra,.
Más de cien copartidarios pagaron con la vida el delito de ser liberales, hasta
ahora. Los victimarios son bien conocidos y están, los unos desempeñando altos cargos
oficiales y los menos medrando en ciudades y campos, amparados por la
impunidad, último recurso al que apeló el régimen conservador para sostenerse
en el mando, porque si llevaba a la cárcel a los facinerosos, ¿Quién lo
defendería?.
Anoto algunos de los
muertos:
JULIO MEJÍA GUTIÉRREZ, de distinguida familia, inofensivo e incapaz
de algo malo, muerto a puñal y luego crucificado en un alambrado fuera de la población. MIGUEL PARRA, sencillo y honorable agricultor,
cruzado a balazos a pocos metros de la plaza JESÚS MARÍA PENAGOS, de las mismas
condiciones del anterior muerto a machete. POMPILIO JARAMILLO, hombre honrado,
trabajador y juicioso, caído también en
plena calle central . AQUILINO RODRÍGUEZ , derribado de su bestia cuando
llevaba en ancas a su hijito y adelante
el mercado para su familia. GERARDO VALENCIA, quien recibió disparos desde el
rastrojo, cuando trabajaba en uno de los caminos municipales. JOSÉ JESÚS RIOS,
como a Valencia, pero no en caminos, sino en su propia casa, cuando departía
tranquilamente con su familia. AVELINO Y CÉSAR LÓPEZ, padre e hijo,
despedazados en su casa de campo en presencia de su esposa y madre. ERNESTO
PÉREZ, fusilado aparatosamente en una fondea cuando era conducido por las
autoridades del corregimiento de La Celia, a la cárcel del distrito. BENJAMIN
MONTOYA, anciano a quien ya le habían asesinado un hijo llamado HERNANDO en plena plaza, masacrado en su tiendita, en la parte central de la
ciudad, donde trabajaba para sostener a su hijita Aura, huérfana de madre.
VICENTE VILLADA, asaltado y muerto en La Celia y poco después a un hijo y la
nuera en su finca de La Quiebra. MISAEL ALVAREZ
Y UNO DE SUS JORNALEROS, a las seis de la mañana, en su finca, cuando amolaban
las herramientas para seguir al trabajo.
ANTONIO ANGULO, santandereano, en su fondita de Vallejo , desde un
cafetal. ARTURO FRANCO, dentro de su propio hogar y delante de esposa e hijos.
RAFAEL HERNÁNDEZ Y CARLOS RESTREPO,
atisbados y muertos en el camino de Tierra Fría. ANTONIO RODRÍGUEZ, en
la Travesía y los Baños. IGNACIO URIBE en Mapa Arriba, desde el monte. PEDRO
TABARES, cuando salía huyendo de La Celia, asaltado y muerto en la quebrada El
Yarumo. PEDRO NOLASCO CORTÉS Y UN HERMANO, de la misma manera en Calichal.
ROBERTO SIERRA E e HIJO, uno de los
fundadores de Santuario, atravesado con una peinilla cuando se encontraba
sentado en un café. Por último y para no extenderme demasiado GONZALO RESTREPO,
ultimado en la cárcel el 24 de diciembre
de 1951, a las cuatro de la tarde, en presencia del alcalde, del alcaide,
vigilantes, policía y toda la ciudadanía, sin que nadie hubiera hecho nada para
impedirlo; lo exhibieron en una volqueta en plaza y calles, fue una orgía de
sangre como la de los gallinazos ante
una mortecina; ni siquiera el cura salió a defender la ciudad de semejante
deshonra . Toda las autoridades son
responsables de este crimen aterrador, por cobardía, por descuido o por maldad.
Y siguen cayendo: En enero pasado fue herido JESUS ANTONIO DUQUE, hombre
pacífico y honrado, que creyó en la promesa de que podría volver a su finca sin
ningún peligro y antes de llegar a su predio, recibió tres balazos desde una
emboscada, que lo han tenido de muerte,
en una clínica, en Pereira. Y en febrero sacrificaron un joven GALLEGO, de
familia muy conocida y conservadora,
sólo porque no heredó la policía de sus padres. Esto es apenas una poca parte
de los liberales caidos en Santuario por la violencia conservadora.
RESUMEN:
REFORMAR LA
CONSTITUCIÓN EN SENTIDO RADICAL, COMO
QUEDA ANOTADO ANTES Y LUEGO DARLO CUMPLIMIENTO
SIN VACILANCIONES DE NINGUNA
INDOLE.
PARA NUESTROS ENEMIGOS ESTO:
A LOS MÁS MALOS CASTIGARLOS SEVERAMENTE
A TODOS DESARMARLOS
A CASI TODOS DESTETARLOS DE LOS PUESTOS PÚBLICOS.
Cali, marzo 7 de 1952 -Un
santuareño—Alejandro Uribe-
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NOTA COMPLEMENTARIA
Don Alejandro Uribe Botero fue un patriarca santuareño que se distinguió por sus actividades en favor del puro liberalismo colombiano y su aporte a la cultura de la provincia. Fue senador de la republica, aunque cedió la representación a Camilo Mejia Duque, que era su suplente; fundador de periódicos y mecenas de escritores y poetas.
Fue victima del sectarismo conservador en los duros tiempos de la Violencia, exiliado en Cali y en el Ecuador, denunció los atropellos de los áulicos de las dictaduras de Ospina Perez y Laureano Gómez.
Es una figura cimera en la historia de Santuario, pero su memoria, borrada por las generaciones que eclipsaron la labor de los fundadores, se ha perdido. Con estas notas se pretende realzar la labor de este demócrata que defendió sus ideas en un época aciaga en la historia de Colombia.
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NOTA COMPLEMENTARIA
Don Alejandro Uribe Botero fue un patriarca santuareño que se distinguió por sus actividades en favor del puro liberalismo colombiano y su aporte a la cultura de la provincia. Fue senador de la republica, aunque cedió la representación a Camilo Mejia Duque, que era su suplente; fundador de periódicos y mecenas de escritores y poetas.
Fue victima del sectarismo conservador en los duros tiempos de la Violencia, exiliado en Cali y en el Ecuador, denunció los atropellos de los áulicos de las dictaduras de Ospina Perez y Laureano Gómez.
Es una figura cimera en la historia de Santuario, pero su memoria, borrada por las generaciones que eclipsaron la labor de los fundadores, se ha perdido. Con estas notas se pretende realzar la labor de este demócrata que defendió sus ideas en un época aciaga en la historia de Colombia.
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