LOS NOMBRES DEL MUNICIPIO
Alfredo Cardona Tobón
El primer informe oficial de la aldea de Villarrica se
encuentra en un informe del Secretario de Gobierno del Cauca a la Legislatura de 1865. De allí
extractamos lo siguiente: …” dos nuevas poblaciones se han fundado
recientemente: Villarrica a cuyo establecimiento concurrieron 131 hombres
naturales de Antioquia, como lo veréis en los documentos que se os pasaron, y
San Sebastián de Putumayo en el
territorio de Caquetá”
“Está situada Villarrica en tierras baldías que la Nación
cedió al Estado; de las comprendidas entre los ríos Chinchiná y Otún, el Poder
Ejecutivo, aparte de dictar providencias convenientes para fomentarla, resolvió
que correspondía a la Corporación Municipal del Quindío , reservar y adjudicar
las cincuenta hectáreas de tierra necesarias para el área de población y las
que corresponden a los pobladores, todo
en términos de la Ley 114.”
En el año 1869 el
caserío de Villarrica tomó el nombre de Nueva Segovia. Don Célimo Zuluaga en su monografía de Marsella cita el
testimonio de Félix Toro, un venerable anciano de la región, quien dijo que cuando pasó Tomás Cipriano de
Mosquera con sus tropas con rumbo a Manizales, siguió una trocha que pasaba por
el lugar, al encontrarse con algunos
mineros les preguntó por el nombre de ese sitio, a lo que respondieron que se
llamaba Villarrica; el general comentó: “ Es
un lugar muy parecido al terreno de Segovia en el Tolima, en donde
combatí y vencí al general Paris”.
Cuando Mosquera tomó las riendas de la nación, los
vecinos le hicieron el homenaje de seguir llamando la aldea como Villarrica de
Segovia.
En Villarrica se concentraron numerosos paisas
provenientes de la Aldea de María, huían de las guerras que ensangrentaron al estado de Antioquia durante las décadas
del sesenta y del setenta del siglo XIX; mediante la ley del 27 de septiembre
de 1869 el gobierno del Cauca cedió una vasta extensión a los vecinos de la
nueva fundación, infortunadamente dicha cesión se declaró nula en 1877 porque no se
habían medido los terrenos ni se observaron los requisitos legales pertinentes.
LA VIDA COTIDIANA EN VILLARRICA DE SEGOVIA
El jefe radical Ramón María Arana, fundador de la aldea
de Murillo fue un gran impulsor de Villamaría y de Villarrica. Este topógrafo
que midió y loteó el vasto territorio al norte del río Otún hasta el río
Chinchiná brindó todo el apoyo a los vecinos de Villarrica que muy pronto
alcanzó la dignidad de aldea con el nombre de Nueva Segovia.
La vida en Nueva Segovia fue tumultuosa, como en todas
las poblaciones de frontera caucana. Sus habitantes no eran un dechado de
virtudes; el viajero alemán Von Schenk en su libro de viajes se asombró de las
borracheras y desmanes en Salento, San Julián, Palestina, San Francisco y en
Nueva Segovia.
Doña Valeria Pineda,
hija del fundador Pedro Pineda, contaba que el primitivo Villarrica se
destilaba aguardiente y se presentaban muchas riñas. Un día, cuenta doña
Valeria, Escolástico García se negó a
pagar el trago que había consumido y el cantinero lo mató de un garrotazo, concediéndole el honor de ser el primer
muerto en el pueblo. Rosendo Pineda continuó la lista mortuoria víctima de una
puñalada y el mismo fundador, Pedro Pineda, se vio envuelto en líos con un sujeto
apodado “El Grillo” quien obligó a Pedro
a entregarle parte de sus mejoras con la amenaza de denunciarlo ante las
autoridades por contrabando de aguardiente si no accedía a sus exigencias.
En 1877 el caserío se denominado simplemente Segovia fue
teatro de las operaciones de los ejércitos de Antioquia y el Cauca,
atrincherados a lado y lado del río Otún. El jefe conservador Macario Cárdenas
estableció en Segovia su campamento hasta que “la cortada del Nudo” lo obligó a
replegarse hacia Santa Rosa de Cabal y Manizales.
Segovia figuró como corregimiento de Pereira hasta julio
de 1904, cuando el gobierno del Cauca lo elevó a la categoría de municipio; en
calidad de distrito formó parte del departamento de Caldas, cuya Asamblea el
cambió el nombre de Segovia por el de Marsella el 8 de abril de 1915.
Los nombres de Segovia y de Marsella no dan idea remota
de la realidad de este municipio que hubiera quedado mejor identificado con el
de Villarrica por sus tierras, por las aguas y por el compromiso de sus
habitantes con el medio que los rodea.
El progreso de
Marsella ha sido lento, pero al igual que Chinchiná o Palestina, es
difícil crecer al lado de ciudades como Manizales y Pereira que son como esponjas que absorben
todo la dinámica de la región. Pero ahí va… en un futuro será posiblemente una
comunidad satélite incrustada en la megaciudad regional.
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