Alfredo Cardona Tobón *
Para comunicarse con el mundo y
con el resto de la Nueva Granada, en tiempos de la Colonia la provincia de
Antioquia utilizó tres vías que llevaban al río Magdalena. trochas para
bestias, silleros y cargueros, estrechas, desiguales, cruzadas por canalones y
cárcavas, con fangales donde se hundían animales y caminantes y en cuyos largos
recorridos apenas se encontraban tambos
y caseríos miserables.
Dos de esas trochas denominadas
Palagua y Nare llevaban a la aldea de Nare a orillas del Magdalena; la otra
trocha llamada Hervé cruzaba el páramo de ese nombre y terminaba en el poblado
de Honda. Por Palagua y Nare se movía la
mayor parte del comercio antioqueño y la frecuentaban los cargadores y los
silleros que competían con las mulas y
los bueyes.
En los tambos ubicados a
distancias de una jornada descansaban cargueros, silleros al lado de los
caminantes y los viajeros que iban sobre las espaldas deformadas de los
silleros mientras los cargueros llevaban a cuesta las mercancías de hasta cuatro arrobas de
peso.
En esas largas jornadas al lado
de los silleros y los cargueros iba su mujer o un hijo con las provisiones
para mitigar el hambre y los petates que servirían de lecho al final de
cada día.
EL TRAYECTO DE HERVÉ
Mucho antes de las fundaciones
paisas, mucho antes de aparecer Aguadas del
camino que unía a la Vega de Supía con Arma salía otro camino que iba por un
lado del río Pozo y siguiendo curso
arriba llegaba al divorcio de aguas de ese río y del Guarinó para bajar hasta
Mariquita y terminar en Honda..
Por esa senda escabrosa y
solitaria, sin tambos ni espacio para el
tránsito de recuas, los mineros de la
Vega de Supía transportaron oro con destino a Europa e importaron herramientas
y mercancías. Por allí, llegaron, posiblemente, los primeros pobladores a
Salamina, pues la explanada donde
fundaron el caserío no está lejos del río
Pozo, y muy tontos habrían sido,
si hubieran avanzado por el monte en vez de utilizar esa trocha, que aunque
estrecha y embarrada, era mejor que las cerrazones del monte.
En 1781 el gobernador de
Antioquia ordenó al capitán Pedro Biturro Pérez trazar los planos de los
caminos de Palagua, Nare y Hervé y hacer un estudio pormenorizado del trayecto
de cada uno, anotando ventajas e inconvenientes, distancias, pastura, tambos,
puentes y vados.
Tras el estudio el capitán
recomienda la vía de Palagua, que al
describirla, según dice, se alegra el corazón ante el tropel de inconvenientes
que debe enunciar al referirse a Nare y Hervé.
En el trayecto de Palagua se
encontraba pasto y posada mientras en el camino de Nare, que pasaba por tierras
malsanas y tórridas, no había alimento suficiente para las recuas y a las mulas
les tocaba comer hojas y cogollos que las enfermaban y mataban. Y en cuanto al
camino de Hervé, Pedro Biturro escribió:
“es empresa trabajosa y da mucha fatiga presentar a la imaginación no sólo
caminar la vía del monte Hervé corporalmente, sino mentalmente. Porque es tan
dilatado, fragoso y peligroso que sólo traerlo a la memoria del que lo vio, le aflige y le impone un
género de horror y de aprensión”.
LO QUE DIJO BARNESILLA
El gobernador ordenó al mercader
Carlos Barnesilla la revisión de los planos de los caminos que dibujados por Biturro
y la confirmación de su informe, en
calidad de experto viajero conocedor de
los andurriales antioqueños.
Barnesilla ratificó los datos de
Biturro y al comparar las vías anotó que el camino de Hervé era sumamente
fragoso, con bastantes precipicios y riesgos para las gentes, las recuas y las
mercaderías. “En cierto tiempo- agrega Barnesilla- se hacen pantanos que dan al
aparejo de las cargas, lo que fatiga mucho a las bestias por lo pedregoso de
aquel barro, agregándose a esto la angostura de los canalones que se han hecho en
el tráfico y como topan de lado y otro los fardos de las cargas, resultando de
lo primero mucha pérdida de mulas y también daño que hacen los tigres.:.”
LA RELACIÓN DE BOUSSINGAULT
El científico francés recorrió el
camino de Hervé en el año de 1825; salió de Mariquita con R.Walker y seis
cargueros cotudos que llevaban el equipaje. Trepó a las cabeceras del Guarinó
por resbaladeros, en medio de una tormenta con rayos y centellas, entre árboles
centenarios ahuecados por los incendios.
En la línea de separación del río Pozo y el Guarinó descansó en un rancho
primitivo en cuya vecindad pastaba una punta de centenares de reses que en
determinado momento se levantaron agitando la cola y mugiendo amenazadoramente.
Tres días después Boussingault
llegó al paso de Velásquez en el Cauca y lo cruzó en una balsa de guadua,
amarrada con bejucos, que fabricó un individuo que se encargaba de pasar los
viajeros al otro lado del río. Fue difícil la travesía en medio de una
corriente enloquecida, y al llegar a la orilla opuesta, que casi no escala el
francés, se sintió tan cansado y estresado que se atiborró de aguardiente,
luego se tendió en una hamaca del pasero y durmió la rasca hasta el día
siguiente.
En 1865 el cabildo de Salamina,
bajo la presidencia de Cosme Marulanda, dio impulso al camino que se proyectó
de Salamina al Tolima y elaboro un contrato con Francisco Velásquez quien lo
había iniciado en 1835 junto con Miguel María Calle. “ Me comprometo a abrir el
camino de Herveo que conduce al
Tolima y cuya empresa está a cargo del
Cabildo, dos trechos que componen estas extensiones: el primero que comenzando
del punto denominado “Brujas” va a terminar en las “Cruces” y el segundo que principia en “Pantanos” y
termina en “La Picona”.
Posteriormente Cosme Marulanda
concertó con el gobierno antioqueño la apertura del camino de Herveo y adelantó
trabajos hasta el levantamiento de 1879 que lo llevó a la cárcel y le impidió
cumplir con las obligaciones contraídas. Cuando Manizales se convirtió en la
primera población del departamento del Sur y desplazó a Salamina, se abrieron
tres caminos desde Manizales hacia Mariquita. Este fue el puntillazo final de
la trocha de Herveo que no volvieron a recorrer ni los fantasmas de los
arrieros que una vez transitaron por sus canalones.
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