Alfredo Cardona Tobón*
El desarrollo de Pereira ha tenido
como base las vías, el café y el comercio; la conjunción de estos factores
hicieron posible que una pequeña aldea sin poder político ni estratégico, sin
encumbrados personajes ni grandes capitalistas, se convirtiera en la población
más floreciente y progresista del norte caucano .
LAS VÍAS
Entre Antioquia y Popayán hubo permanente comercio en todos los tiempos; fue
lánguido en la época de la Colonia y se acrecentó en tiempos de la República. La ciudad de Cartago surtió en gran parte las
minas de Supia y de Marmato por la trocha de las Ansermas y por un sendero que
pasaba por las ruinas de la vieja ciudad
fundada por Jorge Robledo, se internaba en la selva y llegaba a los pasos del
río Cauca por Bufú y La Cana. Ese sendero se bifurcaba más adelante de
Cartagoviejo, vadeaba el rio San Eugenio, remontaba la Cuchilla de San Julián y
se conectaba con Salamina y el camino de Herveo.
Al fundarse Manizales, Villamaría y Santa Rosa la insegura y estrecha vía
era insuficiente para las partidas de bueyes y de mulas que empezaban a servir
el comercio entre el Cauca y Antioquia; fue entonces cuando don Félix de la
Abadía construyó por concesión el llamado
Camino del Privilegio, que unió a Villamaría con Cartago por una vía que
agilizó el comercio y la colonización de la región.
El Camino del Privilegio fue el detonante del desarrollo pereirano;
entonces, la minúscula Aldea de Robledo, levantada cerca de las ruinas del
Cartago Viejo y a un lado de esa vía, se convirtió en el embrión de la moderna
capital del departamento de Risaralda y recogió a los inmigrantes que empezaban
a llegar en gran número desde Antioquia.
A la sombra de Cartago y luego bajo la tutela de Manizales, el distrito de
Pereira empezó a crecer gracias a sus buenas tierras, sus aguas, su posición
geográfica y sus líderes. En 1870 tenía
623 habitantes, en 1905 contaba con 9.000 vecinos y en 1918 sumaba 24.570 personas. Hasta ese entonces no
era mucha su diferencia con Aguadas o con Salamina y su comercio basado en el
café dependía de Manizales, adonde llegaba el grano pereirano para despacharlo
por mulas hacia el rio Magdalena o por el Cable aéreo hasta Mariquita.
La llegada del ferrocarril a Pereira marcó otro hito en la historia de
la ciudad. A partir de 1921 los
cafeteros pereiranos pudieron despachar
sus cosechas por Buenaventura bajando costos y accediendo directamente a
los mercados norteamericanos sin depender de los exportadores manizaleños. El
tren abrió las puertas del progreso de par en par, pues surgieron hombres de empresa que crearon nuevas fuentes
de trabajo.
Una Sociedad de Mejoras Públicas, liderada por hombres de acción, impulsó la
construcción de las carreteras a Marsella, a Santa Rosa y a Cartago que
convirtieron a Pereira en un Eje Vial
adonde confluyeron compradores de los pueblos vecinos.
Hay un hecho ignorado por los
historiadores que en mi concepto es el tercer hito que marcó el destino de
Pereira y fue la construcción del puente Bernardo Arango sobre el río Cauca
entre las márgenes de esta ciudad y la orilla de La Virginia, entonces
corregimiento de Belalcázar. Con este puente Pereira se conectó con la troncal
de Occidente que venía desde Anserma y se extendía entonces hasta La Pintada,
en Antioquia.
El puente Bernardo Arango volcó el comercio del occidente del Viejo Caldas
hacia Pereira y lo fortaleció, al igual que reforzó los vínculos entre Pereira
y la antigua provincia caucana de Marmato, que a través de las décadas
siguientes apoyaron las pretensiones
separatistas pereiranas e hicieron posible que la Perla del Otún se zafara definitivamente
de la tutela manizaleña.
EL CAFÉ
El manizaleño Luis Jaramillo Walker
enseñó a los pereiranos a cultivar el café en su hacienda La Julia, y no
solamente a cultivarlo, sino también a
trillarlo y a exportarlo. Los campos se llenaron de café, Pereira se convirtió en el principal productor
cafetero de Colombia y tomó la delantera sobre las demás poblaciones de la
provincia caldense. En el año 1912 siete trilladoras procesaban el grano de
exportación y a la sombra del café
crecían las artesanías, las fábricas de ropaza, los servicios
públicos y se monetizaba la economía.
Con empresarios como Alfonso Jaramillo y Santiago Londoño empieza la
primera etapa de la industrialización de
la ciudad y en diez años, de 1918 a 1928
se dobla la población de Pereira, que con 50.069 habitantes entra a
ser parte de las ciudades colombianas.
Las vías y el café sustentan la segunda fase de la industrialización
pereirana, donde la mujer tiene un papel preponderante, pues numerosas damas
crearon empresas familiares que convirtieron a Pereira en un emporio de
manufactura textilera; aparece la manufactura a domicilio, se modernizan los
procesos y empresas como Valher, Gales, Camisas Charles, Cerchez, La Garantía,
Jarcano, Don Félix surten el mercado interno.
Infortunadamente con los aludes de desplazados por la violencia entre 1947
y 1965 la dirigencia local tiene que
atender prioritariamente a los recién llegados para paliar la pobreza de miles de compatriotas y
desatiende el desarrollo pereirano, que,
agotado el modelo de las confecciones, entra en profundo receso.
El
café, no obstante todos los problemas, sigue
impulsando la economía pereirana,
pese a la destorcida por la tasa de cambio, la baja producción, las plagas y
los bajos precios internacionales.
Han transcurrido 150 años y las circunstancias han cambiado; los pereiranos
tendrán que buscar nuevos modelos para que la ciudad continúe con la vitalidad
del pasado cuyos pilares fundamentales
fueron las vías, el café y el comercio.
Gracias por compartir sus conocimientos sobre nuestra ciudad.
ResponderEliminarAhora recordando su historia es que debemos quererla y cuidarla.
Personalmente, me gustaría conocer mejor una historia de Pereira, através de sus discordancias con Manizales, no para atizar el fuego, sino para comprender mejor la gran variedad de culturas que tiene Colombia y la zona cafetera, y también para encontrar los puntos comunes entre las dos ciudades que vayan más allá del lugar común. se podrían encontrar cuáles son los momentos en que ,los colombianos nos enfrentamos unos a otros.
ResponderEliminarComo mi familia y yo mismo somos oriundos de Pereira, conocí a un chico compañero mío de colegio en Bogotá, su madre era dirigente de Valher por linaje familiar, era amiga de mi padre en la juventud, se encontraron en plena "rasca" de una celebración escolar; recuerdo que el chico, a diferencia de la mayoría de paisas, se enfrentaba abiertamente con su madre y con lo ganado muchos años en Valher, el chico ahora adulto vive en Suiza.
jotagé gomezó