Alfredo Cardona Tobón*
En vísperas del sesquicentenario de Pereira, las autoridades han puesto
mano al Bolivar Desnudo para preservarlo de la corrosión y de la humedad. Al lado de lo que será
la Calle de la Fundación vemos al Bolívar remozado con la antorcha escrita de la
Libertad, cabalgando en un caballo llanero sobre las banderas tremolando al
viento que representan los países que le arrebató al poder español.
Ese Bolívar desnudo, sin ataduras, sable ni charreteras, se convirtió desde
hace lustros en un símbolo pereirano. Es imposible imaginar a Pereira sin el
Bolívar desnudo del Maestro Rodrigo Arenas Betancur, cuyas cenizas reposarán en
la base del grandioso monumento, pues la familia del escultor “quiere
retribuirle a Pereira y a sus ciudadanos el afecto y amor que siempre han
expresado al Bolívar y a la memoria de
Rodrigo Arenas.” Además, agrega doña María Elena Quintero, porque esa obra fue
la primera creación monumental de su esposo.
Aunque el escultor paisa creó otras obras magníficas como el Bolívar Cóndor
de Manizales, Los Lanceros del Pantano de Vargas en Paipa... el General José
María Córdova en Rionegro, Antioquia;
ninguna de ellas se ha fundido con el
alma de la comunidad como el monumento de Pereira, quizás porque interpreta el
espíritu libertario y sin ataduras de los pereiranos raizales; tal vez porque
retrata a una comunidad que también lleva una antorcha de libertad para alumbrar su camino.
EL ARTISTA Y SU OBRA
En enero de 1955 el alcalde de la ciudad, Lázaro Nicholls, y la ciudadanía
quisieron levantar un monumento a Bolívar en la plaza central de Pereira, como parte de la celebración del
primer centenario de la fundación que se
conmemoraría el 30 de agosto de 1963.
-Queremos un Bolívar distinto- dijo el alcalde a Rodrigo Arenas Betancur,
al firmar un contrato por valor de $3.000 para elaborar una maqueta del
anteproyecto. El escultor regresó a México y en tierra azteca se dio cuenta de que
casi nada sabía de Bolívar: en la escuelita de la vereda Uvital en Fredonia se
lo habían mostrado como un héroe , y en las
Escuelas de Bellas Artes de Colombia y México
lo vio entre clarines y cañones, entre sables y pedestales.
¿Pero en realidad quién era Bolívar?- ¿Quién era ese caraqueño que sorbió el espíritu del llano y de los páramos
y arando en el mar creó una Patria?.
Rodrigo Arenas Betancur se sumergió en la historia colombiana, y en su
vorágine lo fue despojando de charreteras, de capas y de alamares y
se acercó a la esencia de Bolívar, a su fuerza, a la vitalidad del centauro que
liberó a media Suramérica.
Entre corridos, pulque y tequila el escultor encontró en la tierra mejicana la correlación entre el héroe y el pueblo, entre el héroe y el sueño libertario del mestizo americano. “Poco a poco, anota Arenas Betancur, fue adquiriendo una visión nueva, distinta, humana del Padre de la Patria, que concretó estudiando la iconografía bolivariana, las estatuas, los bustos y monumentos existentes”; entonces se propuso rescatar a Bolívar de los embalsamadores para vestirlo de luz y de vientos huracanados, remontar vuelo sobre lo trillado para mostrar la la pasión y el aliento de un hombre que venció cordilleras y hondonadas, que devoró distancias cabalgando sin descanso, que barrió la vieja estructura colonial y soñó con una Colombia Grande.
Entre corridos, pulque y tequila el escultor encontró en la tierra mejicana la correlación entre el héroe y el pueblo, entre el héroe y el sueño libertario del mestizo americano. “Poco a poco, anota Arenas Betancur, fue adquiriendo una visión nueva, distinta, humana del Padre de la Patria, que concretó estudiando la iconografía bolivariana, las estatuas, los bustos y monumentos existentes”; entonces se propuso rescatar a Bolívar de los embalsamadores para vestirlo de luz y de vientos huracanados, remontar vuelo sobre lo trillado para mostrar la la pasión y el aliento de un hombre que venció cordilleras y hondonadas, que devoró distancias cabalgando sin descanso, que barrió la vieja estructura colonial y soñó con una Colombia Grande.
EL BOLÍVAR PEREIRANO
En agosto de 1956 Arenas Betancur presentó la maqueta del Bolívar desnudo a
las autoridades de Pereira. La concepción del monumento despertó de inmediato
todo tipo de reacciones en Colombia y otros países, pues se consideró una everencia a su gloria y
a su memoria. Las Sociedades Bolivarianas y algunas Academias de Historia la vetaron,
pero al contrario de los pontífices culturales , la gente del común, el pereirano de a pie,
los intelectuales de la ciudad y las autoridades de Pereira expresaron su
complacencia y se dio luz verde al proyecto.
El 7 de agosto de 1958, día de la posesión del presidente Alberto Lleras
Camargo, el alcalde Oscar Vélez firmó el
contrato por $ 300.000 para levantar el monumento del Bolívar Desnudo.
Tiempo después llegaron las piezas fundidas en México en el taller de
Abraham González Holguín, y un día cualquiera de 1963, como lo señala el
historiador Hugo Ángel Jaramillo, miles de pereiranos con sus trajes
domingueros llenaron la plaza central para admirar al Bolívar Desnudo que su
creador, en una entrevista a un periódico capitalino calificó como “el Bolívar
de los humildes, de los que construyen su propia libertad con el cotidiano morir”.
Un Bolívar que Arenas Betancur no podía concebir “uniformado, reluciente,
encartuchado en uniformes napoleónicos para colocarlo en una plaza de algún
pueblo de este continente tan ayuno de libertad y tan sobrado de dictaduras..”
Es hermoso el monumento del Bolívar Desnudo, alguien podrá objetar que se
nota una desproporción entre las dimensiones del jinete y la cabalgadura;
habría que observar que la independencia de la Nueva Granada y de Venezuela se
hizo sobre caballos llaneros de bajo porte y gran resistencia; sin proponérselo
Arenas Betancur en el monumento pereirano hizo un homenaje a los caballos de
Apure y de Casanare, que combatieron en las Queseras del Medio y llegaron hasta
Junín y hasta Riobamba y en cuanto al jinete, de verdad que su valor se hizo
más grande cuando cabalgó sobre esas nobles bestias en medio de los pajonales
llaneros.
*
Recuerdo alguna de las fiestas que hacían los pereiranos residentes en Bogotá, a las cuales mis padres eran asistentes asiduos, en la cual todos borrachos empezaron a improvisar versos con la música y el coro de "se va el caimán, se va el caimán, se va para Barranquilla", y que decía: "El Bolívar de Pereira / ... / le da la cara al obispo / y a Manizales el culo /".
ResponderEliminarjotagé gomezó
MI NOMBRE: JESÚS TORTOZA ACEVEDO:ESTOY TERMINANDO UNA BIOGRAFÍA SOBRE EL LIBERTADOR Y ME GUSTARÍA COLOCAR ESTA INTERESANTE OBRA DEL EXCELSO ESCULTOR COLOMBIANO EN MI OBRA QUE ESPERO PUBLICAR EN UNOS DOS MESES. ME GUSTARÍA LA AUTORIZACIÓN PARA PUBLICARLA, DÁNDOLE COMO CORRESPONDE EL CRÉDITO AL ARTISTA, AL TALLER DONDE SE FORJÓ LA ESCULTURA EN MÉXICO Y AL FOTÓGRAFO. CUALQUIER INFORMACIÓN ADICIONAL MI CORREO EN VALENCIA, VENEZUELA ES: novelistadesandiego@gmail.com. ¡CORDIAL SALUDO A LOS HERMANOS COLOMBIANOS QUE HAN QUERIDO Y RESPETADO MÁS A BOLÍVAR QUE NOSOTROS SUS COMPATRIOTAS..!
ResponderEliminarExcelente, gracias !
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