COMENTARIOS SOBRE” LOS CAUDILLOS DEL DESASTRE”
Rodrigo llano isaza
Los
historiadores de la llamada colonización antioqueña no olvidarán que,
paralelamente a la saga de las arrierías , cientos de andrajosos y mal
alimentados soldados se cruzaban con los colonos por los mismos caminos por los
cuales circulaba entonces la savia pobladora del siglo XIX.
Los fusiles y
las turegas se vieron la cara muchísimas veces por las trochas y los caminos de
La Elvira, por los socavones de Riosucio y por loa remansos del río Cauca.
Todos ellos boyadas y tropas, ataviados
por la bandera de la construcción de una
república: para unos dicho acontecimiento
suponía la apertura de tierras para el café y para otros suponía la lucha de los
militares que conquistaban y reconquistaban
los territorios a punta de bala para imponer
sus banderas ideológicas. Muchos años nos hemos gastado los colombianos
en esas excursiones.
Alfredo
Cardona Tobón nos ha propuesto sin decirlo explícitamente rememorar ese
paralelismo histórico. En su libro” Los Caudillos del desastre” (UAM 2009) nos despliega en doce ricos
capítulos una visión de las guerras
civiles de Colombia.
Cardona Tobón es un investigador responsable
diligente y serio con una mirada perspicaz
para encontrar el encadenamiento de los episodios y ofrecerlos así ,
poco más o menos sin pausas, en un agradable lenguaje que sin embargo no se
pierde en las líneas de la descsripción
de las batallas y las cabriolas militares. Es un trabajo original que tiene los
visos de un tratado o un compendio alusivo a las guerras colombianas hasta entrado el siglo
XX, cuyo formato de entonces nos sirve además para ir comprendiendo las razones
de las reyertas de ahora.
Como este
libro es documental, sincero y detallista, desagrada comprobar las referencias
acerca de esa enorme masa de esclavos, mestizos y mulatos analfabetos y
desnutridos, quienes iban a la saga de un notablato que en diferentes épocas,
los elegía como carne de cañón para ganar los privilegios que el poder otorga.
Por ejemplo, en el largo período de cien
años que nos narra Cardona Tobón se hace notoria le embocadura de los caucanos
y payaneses por el poder ante todo por razones aristocráticas; a tal punto que ellos mismos, en determinado
momento, fueron reacios a procurarles la llbertad a los esclavos para
que más bien siguieran sirviendo en sus casas y haciendas, en vez de guerrear
por sus amos en el descampado.
Es lamentable
reconocer, siguiendo las páginas de este texto, que en materia de luchas
civiles hemos cambiado muy poco. Las masacres en la guerra de la independencia,
y todos los desmanes que se dieron entre patriotas y realistas, son la marca
indeleble de que las apetencias por el poder no recorren unos terrenos de
armonía sino en ciertas épocas de transición artificial, como el frente
nacional, que después de todo produjo otras secuelas no menos nocivas en el
tiempo como la muerte de algunos
caudillos, los saqueos, violaciones y demás metáforas de la crueldad que se sienten en tiempos actuales….
Alfredo Cardona nos pone en frente de una verdad palmaria: la violencia como madrasta de nuestra historia. Las pautas de comportamiento de los colombianos desde hace mucho se basan en atacar a los vecinos pero proteger al máximo a los hogares y las familias. De ahí nace una motivación hacia el poder que se refleja en muchas circunstancias de la vida, ya sea mediante la competencia agresiva y o la adhesión a grupos sociales donde el mando y la fuerza, como en las mafias, tienen plena cabida y aceptación social. Esta propensión de los colombianos hacia el poder se puede probar con nuestro gusto por las figuras autoritarias , desde el más alto mandatario hasta el padre, los maestros y los jefes y por la facilidad como caemos, aduciendo razones de estabilidad y orden, en sumisiones predecesoras de otras formas de violencia.
En la parte que pudiéramos llamar anecdótica del libro de Cardona Tobón, y en medio del fárrago de escaramuzas y guerras hayamos mención de una heroína sonsoneña, María Martínez de Nisser ( 1841) que se vino desde Sonsón para ayudar al antigobiernista Clemente Jaramillo a ganar la batalla de Salamina contra el coronel Vesga, gobernador de Honda, mientras perseguía al insurgente Salvador Córdova, hermano de José María, del cual desconfiaba el presidente Márquez en sus pretensiones de continuar en el poder...
En 1832 apareció en Alemania ale famoso libro de Clausewitz que al decir de su biógrafo Michael Howard, influyó bastante en las estrategias de las guerras europeas .La extraordinaria trinidad de violencia, odio y enemistad, descrita por el autor de On War, estaría en la base de todas aquellas guerras civiles con las cuales se desperdiciaron las energías de los colombianos por más de cien años. Revelar tales circunstancias y recordarnos ese desperdicio, es el legado de Alfredo Cardona en este libro inolvidable y veraz.
25 de marso de 2007
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