EL AGUA Y EL
CAFÉ-*
Alfredo
Cardona Tobón
Uno de los
primeros viajes de la vicepresidente Francia Márquez fue a Kenia,
país del oriente africano, donde
llegó atendiendo el llamado ancestral desdibujado
en América por siglos de olvido y discriminaciones.
Al ver las
llanuras resecas y la tierra roja, Francia Márquez debió sentir que en Colombia vivimos en un paraíso y que el agua y el suelo fértil son bienes invaluables
que no hemos sabido apreciar en medio de
la naturaleza colombiana fresca y generosa .
Al acercarse
una crisis energética estamos viendo que el agua es nuestro mayor tesoro. En Colombia estamos acostumbrados a su
despilfarro, en otros países la naturaleza es cicatera y por ello controlan el
consumo del agua, aquí, sobre todo en la zona cafetera, la desperdiciamos y la contaminamos
sin la menor responsabilidad ni remordimiento.
EL DESPERDICIO
En el
procesamiento del café el derroche del agua empieza con la aspersión en el control de las
plagas y las pestes, nadie se fija en su gasto ni cuánto
y cómo se resiente el suelo y las fuentes hídricas con el agua contaminada. Hubo un tiempo en que el Comité de Cafeteros
de Caldas montó talleres veredales para
dar asistencia en el uso de los equipos
y la regularización del consumo del agua, pero eso despareció junto con el
ingeniero que recorría fincas y
cultivos llevando tecnología básica pero se suspendió el programa por
capricho de uno de los" cacaos" manizaleños y se
malogró el trabajo de muchos años...
LOS
PUNTOS CRÍTICOS
En el despulpado se dilapida gran parte del el agua utilizada en el proceso cafetero, en
este paso llegan chorros de media pulgada que lubrican los engranajes y
arrastran la pulpa del grano contaminando las fuentes del agua que surten
los hogares campesinos . El daño
continúa con la fermentación del
mucílago en tanques que reciben el café
despulpado junto con el agua que desprende
la baba del grano, el agua corre en
profusión para separar por flotación el grano vano y no se toman las precauciones para
neutralizar la acidez que contamina las fuentes.
LA IGNORANCIA.
La
vicepresidente Márquez poco sabe de café
pues es oriunda de una región donde no se produce el grano, pero si por
casualidad hubiera preguntado por el cultivo del café, que es el segundo reglón
en importancia económica en Kenia y cuyo
precio es muy superior al precio del
grano colombiano se hubiera dado cuenta
que los africanos tienen experiencias que podríamos aprovechar en el campo como las capas de yerba para proteger el suelo
y la humedad y el establecimiento de centros de beneficio en vez de la
proliferación de infraestructuras ineficientes y se hubiera dado cuenta de las
huertas campesinas que en Kenya funcionan y ayudan a equilibrar la mesa de los
agricultores.
En Kenia el
agua es un bien que se economiza y se
cuida. En ese país el ministerio del ramo determina la cantidad de agua
necesaria para las labores del campo, para ello se tiene en cuenta el número de
personas y animales que consumen el agua y se calcula el gasto en los procesos de cultivo. En cada una de las
fincas y parcelas un contador registra el consumo y se ve si está de acuerdo
con lo asignado, si hay mayor gasto del indicado se cobra un recargo y
si persiste el derroche se retira la
autorización del cultivo al propietario del predio.
En los regímenes autoritarios se facilitan esos
controles y como Kenia trae una cultura colonialista inglesa la implementación
de las políticas no es traumática, entre nosotros es más difícil hacerlo, pero con la Federación de cafeteros se tiene una
cultura que ayudaría a los controles bajo la tutela de una organización con
credibilidad y experiencia.
Francia
Márquez estuvo viviendo sabroso en Kenya, lástima que no se fijó en las vías
llenas de color y flores y en las posibilidades de ampliar nuestra
oferta agrícola con el té y la jojoba que se podría cultivar en varias zonas del Huila y la Guajira.
*historiayregión.blogspot.com
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