EL BUEY DEL PESEBRE


 

                                             EN TIEMPO DE NAVIDAD.



“En un establo cúmplase el portento,

Llegan los reyes a adorar al Rey

A  quien cobijan con su tibio aliento

El asno pensativo  y el manso buey”  -Abel Marín

 -EN TIEMPO DE NAVIDAD-

UNA NOCHE AL LADO DEL BUEY

 

Alfredo Cardona Tobón

 


Como en años pasados los vecinos se han reunido para armar un pesebre en la zona verde del condominio, está  lista la caseta, el volcán, el nevado y un establo con  cuna de paja donde quepan el buey, la  mula, la Virgen María y el casto José. Los pastores están en el camino de musgo y aserrín  y los reyes magos  siguen tras la  estrella  que  lleva a   Belén. Con el árbol de navidad retoñan  los recuerdos y revive la memoria de los seres queridos que no están con nosotros ¿cómo olvidar a papá elevando globos, a mamá repartiendo los buñuelos y la natilla, a la primera novia y sus besitos insípidos?

“Dame tu mujer José”, “La múcura” y “El ron de vinola” son pregones de dicha que recobran su vigencia  con  el estallido de las papeletas  que  anuncian la  nochebuena. . Poco a poco se ha ido completando  el pesebre  con luces, cohetes y el  buey choneto y descolorido  que remplazó al  bobino  hecho trizas por el gato. Hubo otras  novedades en el pesebre  como el cambio del burro por una mula  y el debut de la madre Laura rodeada por los  serafines que en plancha se desprendían de unos cipreses.

En esa tarde lluviosa la neblina envolvía el pesebre del condominio, viejas navidades llegaron a mi mente y me transportaron al pasado, de pronto se oyó un rebuzno y al acercarme  vi que el  buey choneto  trataba  de acercarse a San  José y a la Virgen para protegerlos del  frio.

Fue una visión extraña con el buey  flaco lacerado por la carga pero  con un halo de amor que alejaba la soledad y la tristeza,  imaginé  cosas prosaicas y otras que me hicieron pensar en  la capacidad de los bueyes de transformar la paciencia, el  vigor y la fidelidad en audacia, tenacidad y sacrificio,  e imaginé  montañas sin cima y las  constelaciones de bueyes que entraron a la ciudad  por el Alto del Perro con rumbo al mar llevando riqueza y de regreso mercancía y progreso.

 

 Al acercarme al retablo me encontré con los ojos tristes del  buey  choneto y en ellos vi reflejado el  Sermón de la Montaña y la resignación franciscana. Esos fueron  símbolos  que  distinguieron a los nobles animales  antes de ser desplazados por los camiones y los motores, entonces reconocí  lo que significó el buey para los colonos ¿Cómo atravesar los pantanos y cómo vencer los desfiladeros sin el concurso de los bueyes?- ¿Cómo disponer turegas y cargar las ilusiones por encima de los tremedales y cangilones?-

“En las noches de invierno

calentando la cuna

del Maestro Divino

con su aliento amoroso, con su cálida fiebre

con la piel inviolada como gasas de fuego”

 

En ese  trance  imaginé al buey divinizado ,convertido en emblema de la agricultura por los romanos y los griegos, admiré la imagen egipcia de Isis rematada con la cabeza de un buey, y  lo admiré en  medallas y monedas antiguas adosado a la vaca representando el trabajo mancomunado del hombre y la mujer en civilizaciones antiguas.

Mas que el oro y la plata el buey fue creador de riqueza,  con su mansedumbre caminó al lado del poder y en nuestro medio se  puede asegurar que todas las fortunas en  Caldas contaron con  la colaboración del  buey que , con  el perro y la mula formaron  la trinidad bendita que hizo grande la cultura paisa

 El buey transportó los cañones en la  gesta libertadora, acompañó las tropas de Mosquera en su ataque a Manizales y movió los  mayales que exprimieron la caña aguardientera. El buey fue el proletario que  arrulló a Manizales en  los  años  de tránsito  por los senderos abiertos en la selva, trillando los  caminos que llevaron al  rio  Magdalena por Aguacatal y La Elvira.

 Si  en Perú y en Bolivia la llama y la alpaca aparecen en sus escudos, el quetzal en Guatemala  y en las zonas árticas se recuerda al reno, sería justo reconocer el papel del buey en nuestra historia, ya que va  adosado a las partidas,  a los  arrieros, al caporal y el sangrero con el sobernal,  las  petacas y el bastimento de carne, tocino, panela, chocolate de harina, las estacas o bollos de maíz y el bizcocho cerrero preparado con maíz capio  por las rústicas campesinas.

La alegría de los  villancicos borró la  visión del buey flaco y oprimido. Con la luz de las lámparas  y la alegría de los villancicos. me despedí  del buey choneto, sintiendo  que pese  a las mataduras y las heridas hechas por la picana y la yunta, el noble bruto alzaba la testa para darme aliento  y esperanza,  pensando que mientras  se  escuchaban las voces cantarinas de nuestros  niños , en Gaza infantes palestinos agonizaban   destrozados por las balas..

 

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