LEER AL QUINDIO

 

PROLOGO DE LEER AL QUINDIO

 Alfredo Cardona Tobon

                                                                   Jaime Lopera

Jaime Lopera Gutiérrez es escritor, periodista, consultor, columnista, historiador , cuentista y sobre todo  un  quindiano de tiempo completo. Sus libros en varios idiomas  circulan hasta en Rusia y por su estilo grácil y fluido entretienen a unos y son fuente de sabiduría para muchos otros.

En tiempo pasado Jaime Lopera había publicado una historia deL Quindio, ahora con “Leer al Quindío”  repite la dosis  mejorada con un enfoque que  sintetiza los valores de la Colombia andina.

Nadie más autorizado para hablar del  Quindío que Jaime Lopera Gutiérrez, un personaje que ha sido actor y  testigo y tiene el poder de capturar la magia  cordillerana en su obra. Este calarqueño, que se asomó al alma de su amigo  Garcia Márquez  en  las tertulias sabaneras,  tiene esencia de café en la  sangre y  sensibilidad para sentir las tragedias de su  pueblo azotado  por terremotos, el desempleo y la  violencia.

En los cinco bloques  de “Leer al Quindío”  nos adentramos en el mundo del poeta Baudilio Montoya  hilando tiempo y alineando espacios sin que nos atosigue la relación de fechas ni nos abrume la galería de próceres. La obra es un  relato  con ají y picante que  presenta las distintas facetas  de un territorio  donde el celaje de los guayacanes y los guamos cobija un mundo  de color y mariposas.

En la primera parte de la lectura  los invasores con mosquetes  y cruces  chocan con los valerosos combatientes pijaos y los orfebres quimbayas. Con los mestizos aparecen las trochas  de Guanacas y de El Quindío y  entre canalones y tremedales  los viajeros   descubren  un paraíso terrenal donde los colonos se enfrentan a la montaña y a los tigres,  mientras en  los ranchos  techados con hojas de bihao  despiertan las  leyendas de la princesa Cocora, de la laguna Maravelez, del mohan y la Patasola.

En la segunda parte de “Leer al Quindio”  las provincias se sacuden y nace la república;  patriotas y realistas cruzan el  Quindio , los mineros de Buriticá  doblegan  la  naturaleza hostil,  Boquía nace entre las derribas,  las trochas se convierten en caminos, Antioquia  se derrama por el Camino del Privilegio , los paisas se adueñan de los horizontes, los arrieros crean un mundo ,  las fondas camineras se llenan con olor de  anís y  los guapos rastrillan sus machetes sacando chispas en los empedrados.

En   la tercera parte  del libro se combinan las culturas de caucanos y antioqueños  para  formar los  imaginarios quindianos  reforzados con  el   aporte de tolimenses y cundiboyacenses. Todos  ellos borran fronteras:  Manizales con el café y  los cables aéreos, Pereira con el tren, las mulas y la panela  y  atrás hacen patria  los salentunos, los cuyabros y los calarqueños .

En  los escritos de Jaime  Lopera se siente la nostalgia de otros tiempos y  se  reconoce la gesta pobladora  de los caldenses que con  ímpetu  atávico trillaron las lomas de la Picona y del Mocorrongo, trasmontaron la cordillera occidental , remontaron el Tatamá  y afirmaron sus alpargatas en las  feraces tierras quindianas.

La cuarta parte de “Leer al Quindio” trae cantos de libertad, el civismo, vientos de suficiencia, es el hijo mayor que busca autonomía  lejos de la  casta excluyente de los Azucenos manizaleños.   Lopera habla sin pasión de la partición de Caldas, recuerda a los  conservadores ilustrados que convirtieron la palabra en  verso,  se refiere a la explotación del hombre por el hombre en las Concesiones de Burila, Villegas y Ramos y revive el  terremoto que partió en dos la historia de la región.

 El Quindio es café se dijo al empezar el siglo XX, ahora  no todo es café,  plátano y yuca pues aparecen las   remesas y el  turismo, los  potreros y los  caballos de paso-  En el  Quindío de Jaime Lopera  está Panaca, Recuca, los parques temáticos, avistamientos y senderos ecológicos, todo ello en dos  escenarios  con sus fortalezas y debilidades :  uno es  el semiplano y el otro, el  escenario cordillerano, son distintos los encantos y los problemas...  Jaime Lopera pinta esos cuadros con la maestría de quien conoce lo que está presentando .

El   último  bloque  del libro   muestra la transición a la vida citadina, de la ruralidad  a  la “Ciudad Milagro” con   industrias, bancos,  diócesis, el equipo de futbol, el túnel de la Línea y las dobles calzadas que enlazan el llamado “Eje Cafetero”.

“Leer al Quindio”  es un recuento del pasado y   un clarinazo que permite  comprender el  presente,  reconocer los errores  y  olvidarse del hacha destructora que  sirvió de símbolo en tiempos idos.  Suena la campana y corren las páginas  de este  gran aporte de Jaime Lopera a la literatura regional,  pues es   hora de  conocer   lo que   este  ilustre soñador   comunica  a  propios y foráneos.

 

Alfredo Cardona Tobón

Sept 2022

 

 

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