LA CHICHA Y LAS CHICHERIAS

 

LA CHICHA Y LAS CHICHERÍAS

Alfredo Cardona Tobón



Por siglos no hubo una bebida más detestable que la chicha,  un  brebaje antihigiénico que se identificaba con el pueblo  maloliente y analfabeto, y según decían  convertía a quien la bebía en  una especie de simio agresivo y degenerado.

Según la leyenda  la chicha apareció en la laguna Guatavita cuando una india, desterrada por infiel,  se refugió en sus orillas y los dioses conmovidos por su pena tuvieron clemencia  y le suministraron un fermento de maíz  que atenuó su tragedia.

La chicha fue  despreciada por  los españoles  y los criollos que  a falta de vino se conformaban con el aguardiente y el guarapo. Al contrario de otras bebidas la elaboración de la chicha demandaba el concurso comunitario:  primero se cocinaba y se pilaba el maíz para depositarlo en una batea grande alrededor de la cual se reunían las familias nativas, luego tomaban puñados de maíz germinado y lo trituraban con las muelas y los dientes y cuando tenían una masa en la boca la escupían sobre el  masato resultando un caldo insípido que dejaban fermentar a veces al aire libre o enterrándolo en cañutos de guadua..

La chicha como la mazamorra, las arepas y los tamales es un producto del maíz, que, más que alimento, los indígenas convertían en licor para alegrar su melancólica existencia..Con el tiempo la seudociencia, la religión, el arribismo y la higiene se conjugaron para achacarle la causa de todos los males y desgracias, aseguraban que degeneraba la raza y de ahí la baja estatura y el poco donaire  del pueblo llano  y las escasas luces intelectuales de las comunidades chicheras .

La Real Audiencia, los arzobispos y las autoridades coloniales prohibieron la chicha, con anatemas, penas de confiscación y expatriación intentaron cerrar las chicherías que eran antros de violencia y desaseo. En 1658 el presidente de la Real Audiencia   vetó  la elaboración y el consumo de la bebida, en 1693 lo hizo el arzobispo Urbina bajo pena de excomunión y en 1747  el arzobispo Azua volvió a prohibirla,  pero fue inútil, pues el ” pordebajiado”  potaje estaba cosido  a la cultura del pueblo.

Pese a todo  la chicha fue la reina de las fiestas populares: ella animaba las grandes fecha , era parte de las corridas de toros y de los  bailes  en tiempos de ingrata y olorosa recordación. Dicen que fue con chicha la borrachera de Manuelita Saenz y los bolivianos cuando fusilaron los muñecos que representaban a Santander y Córdova.  Con chicha recibieron las tropas libertadoras en Socha y por la chicha casi desaparece la  división Valdés después de l a batalla de Boyacá. Debido a ello el  31 de marzo de 1820  el general   Simón Bolívar  expidió  un decreto  prohibiendo  la elaboración y  el consumo de chicha en la población de Sogamoso donde habían perecido envenenados cincuenta soldados de la  División Valdéz  y  otros cien se debatían entre la vida y la  muerte..

La masacre de los pastusos por la gente de Sucre fue regada con chicha, al igual que  la matanza de Cartago en la guerra de 1854. El  21 de agosto de 1923 un aumento  en el precio de la chicha  levantó  el lumpen capitalino  que se enfrentó a las autoridades y apedreó y vació las chicherías. El nueve de abril de 1948  hordas de borrachos enchichados casi acaban con el centro de la ciudad y a la chicha   el ministro Bejarano  no solo le atribuyó la degeneración del pueblo sino también la violencia  partidista  que enlutó  a Colombia,  por lo cual a partir del primero de enero de 1949, el presidente Mariano Ospina Pérez prohibió su fabricación,  venta y consumo .

LA CHICHA  SALE DEL CLOSET

Las Secretarias de Salud poco a poco  ganaron la  batalla al menjurje fermentado, que paso a paso cedió el campo a la cerveza. Sin embargo el brebaje indígena no desapareció del todo, pues se resguardó en las cocinas y en las ollas de barro del altiplano cundiboyacense. A partir de 1988 la chicha empezó a reivindicarse y  adquirir nueva categoría, escudada por  el folclorismo y  la recuperación de la cultura  aborigen. Una asociación del barrio “LA Perseverancia”  en Bogotá  organizó  “El Festival de la Chicha, la Vida y la Dicha”  que en junio de 2004  adquirió el estatus de  interés cultural. Así entre guisos y sancochos  se  presentaron ingeniosos preparativos que  enaltecieron la bebida  ancestral, impulsaron un museo  en la Calle del Embudo, y  dieron vida  en Bogotá al  tour de la chicha.

En el barrio de “ La Perseverancia”  y  en el “Chorro de Quevedo”  al igual que en chicherías elegantes y de “caché” establecidas en Medellín y otras localidades  se empezó a cambiar el imaginario de la  chicha  con modernas presentaciones, sabores nuevos  y novedades  gastronómicas. Así ha empezado a desaparecer el INRI chichero y han surgido festivales de la Chicha en varias localidades indoamericanas...

La chicha ya no es patrimonio de los “rolos” como en tiempos idos. Los campesinos paisas la adaptaron mezclada con guarapo en  la “bogadera,” que además de saciar la sed, es una fuente de energía en las agotadoras jornadas rurales..

Hay muchos tipos de chichas: la morada, la venezolana, la ecuatoriana... cada una con su sabor y gusto. Los jovencitos modernos se han ido arrimando a la chicha que sin escupitazos ni juagaduras de calzones  de muchacha se va perfilando como una bebida  que conquista a campesinos y millennials.

* historiayregion.blogspot.com

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