DOMINGO LÓPEZ MATUTE O PABLO MATUTE


UN LLANERO EN  TUCUMAN

 Alfredo Cardona Tobón

 



Durante la década de 1820 las guerras civiles convulsionaron el norte argentino; en esos años el viajero inglés Edmundo Temple  recorrió la región y en su libro “Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy ”  relata su encuentro con el coronel  Pablo Matute , un llanero .colombiano desertor del ejército de Sucre, que intervino en las luchas entre los caudillos unitarios y federales.

Se ignora el origen de Matute, dicen que fue uno de los lanceros que acompañaron a Rondón en la carga del Pantano de Vargas,  otros  lo identifican como uno de los guerrilleros que combatieron bajo las banderas  del “Taita” Paez en las sabanas de Aragua. En Tame lo conocieron con el nombre de Pablo  Matute y en el sur  del continente es Domingo López Matute; con cualquiera de esos nombres, ese llanero de Colombia o Venezuela, y en  todo caso grancolombiano,  pasó a la historia como un mercenario cruel  que puso precio a su espada en la naciente patria argentina..

“Vi un hombre de aspecto militar, bien montado, galopando hacia nosotros, se detuvo  y saltó de su silla sin que lo impidiera un gran sable que colgaba de una larga correa sujeta al cinto.” narra el escritor Edmundo Temple, quien distingue a Matute  como  integrante de los “Guardias Granaderos a Caballo de Colombia”.

Matute era un hombre menudo de unos 28 años de edad, regulares facciones y agudos ojos negros. Tenía madera de héroe y un espíritu aventurero que lo llevó desde las orillas del Orinoco hasta los desolados yermos bolivianos. Este combatiente  acompañó al general Sucre en su campaña  del Alto Perú y  en  1826, disgustado por un ascenso que no llegó,  abandonó el cuartel en el  Alto Perú y se presentó en la provincia de Salta al frente del  escuadrón de 190 granaderos colombianos que lo habían  acompañado desde Cochabamba

Al considerarlo un desertor el  coronel colombiano Francisco Burdett O’Connor se internó en la provincia de Salta en el Río de La Plata y solicitó  al gobernador Juan Antonio Álvarez de Arenales,  la entrega de Matute y sus hombres . El gobernador se opuso a la entrega y en  cambio dispuso  la incorporación de  Matute y sus jinetes a  las fuerzas  unitarias bajo las ordenes de Gregorio Aráoz Delamadrid,

BODA A LA FUERZA

Un grave escándalo rodeó al colombiano en Tucumán  al  obligar a Luisa Ibazeta, una dama de la sociedad local,  a casarse con él, contrariando la voluntad de los padres  que se opusieron al matrimonio  por considerar  a Matute un  aventurero oscuro de  inferior posición social. Según Temple  “la dama era regular y agradable en su persona, una víctima desventurada cuya sombra de desgracia era imposible ocultar al verla sentada en silencio y aparte, envuelta en un  chal, con sus largas trenzas negras  contrastando con su rostro pálido.”

Matute compró una estancia y se instaló en ella con Luisa Ibazeta. Muy pronto el mercenario cambió de bando para marchar al lado  de José Francisco “Pachi” Gorriti  a combatir a  Juan  Arenales, gobernador de Salta.. El  7 de febrero de 1827, fuerzas combinadas de  Gorriti y Matute vencieron en  Chicoana a los seguidores de Arenales, asesinaron  al comandante de la tropa y  degollaron a varios oficiales prisioneros.

.CON DELAMADRID


Después de apoderarse del gobierno de Salta, Gorriti  envió a Matute y sus granaderos  a reforzar a Delamadrid, pero  tuvo  problemas con los colombianos pues eran soldados sanguinarios, que se embriagaban con frecuencia y estaban acostumbrados a saquear viviendas y violar mujeres. Matute con sus granaderos y 50 “cívicos” tucumanos venció a Ibarra, gobernador de Santiago del Estero, en el combate de Robles; lo que permitió a Delamadrid  ocupar la ciudad de Santiago del Estero. Cuando se supo que las fuerzas del caudillo federal  Juan Facundo Quiroga se desplazaban en apoyo de Ibarra,  Delamadrid retrocedió hasta Tucumán y con Matute se aprestó para el combate.

EN EL RINCON DEL MANANTIAL

 El  6 de julio de 1827 Quiroga derrotó a Lamadrid en la  batalla de El Rincón del Manantial. Pese a la carga valerosa de los llaneros colombianos,  tuvieron que retroceder ante la huida de los escuadrones  que debían apoyarlos..En la retirada,  Delamadrid se enteró que Matute tenía intenciones de entregarlo a Facundo  Quiroga. Entonces le dijo a Matute que  se adelantaría hasta Trancas para buscar caballos y carne, pero apenas  lo perdió de vista, Delamadrid  torció el rumbo y, por el valle de San Carlos, se internó en Bolivia.

 Semanas después  Matute regresó a Salta y allí fraguó una  revolución contra el su antiguo amigo el gobernador Gorriti quien descubrió las intenciones del llanero. Gorriti puso preso a Matute y un  consejo de guerra lo condenó a muerte. Cuenta el historiador Antonio Zinny que, en consideración a Luisa Ibazeta, que estaba embarazada, Gorriti dispuso que el fusilamiento no se ejecutaría en la plaza de la localidad, sino en la vecina chacra de Las Costas.

 

A las once y media de la mañana de 17 de septiembre de 1827   se ofició una misa por el alma del condenado, sorpresivamente  Matute se abalanzó sobre el altar y arrebató el cáliz, amenazando con tirar las hostias si no lo indultaban. Viendo que no conseguiría el perdón, el aguerrido combatiente de la Gran Colombia se sometió a la sentencia y terminó sus días ante el pelotón de fusilamiento; otra versión afirma que   Matute  se trabó en lucha con sus guardianes  y al querer  escapar en el caballo que tenía listo un cómplice, los soldados lo ultimaron a tiros..
 

Ese fue el remate de un soldado fiero cuya vida es una mezcla de historia y de leyenda, el final de un valiente cuyo nombre, doscientos años más tarde, no se conoce realmente y cuyo  origen  disputan los llanos de Aragua y  Casanare...

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