Alfredo
Cardona Tobón*
Roberto González Prieto
El
Líbano en el Tolima es una comunidad liberal en medio de varios municipios
conservadores fundados por antioqueños; en 1948 Roberto González Prieto era el
dentista de la población y todo hacía presentir que allí viviría hasta agotar los días en medio de sus nietos; pero
el destino le trazó otros caminos, porque a mediados de ese año asesinaron
a su padre y quemaron
las propiedades de la familia. Ante tales desgracias Roberto González emigró
al municipio de El Cairo en el Valle, donde empujado por la venganza se unió a
un grupo de bandoleros que operaba en las estribaciones montañosas de la
cordillera occidental.
Como
González Prieto había prestado servicio militar en el Batallón Ayacucho de
Manizales, esa experiencia sirvió para que a fines de 1949 lo nombraran segundo
comandante de la cuadrilla de Agustín Bonilla, alias “el Diablo,” que combatía
al gobierno de Ospina Pérez en el norte del Tolima.
EL REINO
DE LOS BANDIDOS
González
Prieto se separó de “El Diablo” y con el
alias de “Pedro Brincos” conformó con
sus cuatro hermanos y varios amigos un
grupo con inspiración comunista
que asoló a las comunidades
conservadoras de la zona. En 1957 “Pedro Brincos” se desplazó al Quindío y con varios
profesionales de izquierda intentó dar forma a un movimiento político con
plataforma gaitanista cuyo objetivo era tomarse el poder con las armas
“Pedro Brincos” tomó la identidad de un rico
hacendado del occidente caldense llamado Julio Calle y en esa forma consiguió
el apoyo de las fuerzas militares para trabajar
por la pacificación de la región.
Con Libardo
Mora, un abogado campeón Bolivariano de Atletismo, Julio Calle viajó a Quinchía
donde empezaban a conformarse algunos grupos de autodefensa para hacer frente a
“los pajaros” que estaban haciendo invivible la población. La comunidad
quinchieña recibió con entusiasmo a
Julio Calle, quien con la colaboración del alcalde Gilberto Cano, del
directorio liberal y de los notables del pueblo organizó un encuentro en la vereda “La Cumbre” donde expuso su
interés en defender a los ciudadanos pacíficos. Con estos planteamientos
Julio Calle, o sea Pedro Brincos, se ganó la voluntad de los campesinos y
empezó a organizarlos para que hicieran frente a los antisociales que venían
asolando las veredas del municipio. Julio Calle estableció un sistema de cuotas
para sostener “la justa causa” y montó un centro de adiestramiento militar. Pronto
contó con centenares de macheteros y
escopeteros, entre quienes figuraron los
jefes bandoleros que llenarían de sangre
y de luto al Occidente Caldense: allí
estaban Medardo Trejos ( alias Capitán
Venganza), el “Capitán Águila”, “Pasolento”, “Coclí”, el “Cabo Bonilla”, el “Sargento García”, “Cosiaca”… y también una bella mujer
apodada “La Aviadora”, quien desde el
encuentro en “La Cumbre” acompañó a Julio Calle en la conformación de los
grupos irregulares
LA
AVIADORA
Graciela Quintero
Se
llamaba Graciela Quintero; era garbosa, espigada, morena, de fácil palabra y alguna
cultura. Aún niña había escapado de su
casa y después de recorrer muchos caminos cayó en los brazos de un piloto que
la protegió, la hizo socia de sus negocios y hasta le enseñó a pilotear una
avioneta que descargaba contrabando en Centroamérica.
Un
día de 1947 “La Aviadora” cansada del trajín y la aventura, regresó a su casa
con dinero y mucho mundo, compró algunas propiedades y escandalizó a las
mojigatas pueblerinas con sus trajes ceñidos, los escotes, el caminado
pecaminoso… mientras una corte de viejitos verdes y los ruanetas del pueblo le
hacían guardia de honor cuando levitaba sobre las empedradas calles de
Quinchía.
En
la vorágine de crímenes que azotó el occidente del Viejo Caldas, la “Violencia”
también clavó sus garras en Graciela. A mediados de noviembre de 1949 un
sicario asesinó a un distinguido empresario manizaleño que había tocado el
corazón de “La Aviadora” y la visitaba todos los fines de semana y en 1957,
Carlos Hernández, su hermano medio, cayó abatido en circunstancias confusas; se dice que murió en un ataque perpetrado contra una familia de apellido Suaza y otros aseguran que fue asesinado por hombres del "Sargento García".
LAS
ACCIONES EN EL TOLIMA
Las
masacres perpetradas por la fuerza pública y por los criminales arropados bajo
banderas políticas movieron a los comerciantes, a los notables y a los campesinos del Líbano a
organizarse para poner punto final a la barbarie. Para tal efecto hicieron
contacto con” Pedro Brincos” que salió de Quinchía junto con “La Aviadora” y se
dirigió a la población de El Líbano con la intención de servir de mediador entre
las bandas y las fuerzas armadas.
Pero
en realidad sus intenciones eran otras; Pedro Brincos se reunió con las cuadrillas de “Sangrenegra”,
“ de “Tarzán” y de “Desquite” y en
nombre del MOEC (Movimiento Obrero Estudiantil Campesino) propuso el
establecimiento de un reglamento guerrillero, mejor trato al campesinado, el pago de los víveres y consumos, un sueldo a los “muchachos del monte” y un pacto de cese al fuego y el control
guerrillero de un territorio
Más
que un bandido, "Pedro Brincos " fue un especialista en formar cuadrillas
alineadas dentro del marco internacional de la Unión Soviética con el objeto de
tomar el poder. En esas estaba en
Pereira cuando el 28 de
marzo de 1957 el SIC (Servicio de Inteligencia Colombiano) lo apresó junto con
“La Aviadora” sindicándoles de todo tipo de delitos. Como nada pudieron
comprobarles, al año de estar detenidos tuvieron que liberarlos; fue entonces
cuando la pareja se acogió al programa de rehabilitación del gobierno y “Pedro
Brincos” tramitó un préstamo por $ 10.000, que motivó un escándalo nacional,
pues decían que los dineros de rehabilitación se habían convertido en un fondo
para el crimen.
En 1960 "Pedro Brincos" viajó a Cuba invitado por Fidel Castro .Allí lo recibieron como a un héroe; al regresar quiso convertir las montoneras en unidades de combate con objetivos diferentes al ciego sectarismo, pero nada logró, pues "Desquite". "Chsipas" y "Tarzán" eran simples bandidos dedicados al pillaje.
Excluido y perseguido, “Pedro Brincos” volvió
a las viejas andanzas y en 1961 conformó en Turbo, Antioquia, un grupo
de corte comunista. Dos años después, el 15 de septiembre de 1963, Roberto
González Prieto cayó abatido en el sitio La Isla en jurisdicción de Lérida. Graciela Quintero, por su parte, no pudo
ubicarse en parte alguna, pues según sus declaraciones, la perseguía con saña
un conocido periodista manizaleño, resentido al no haber podido obtener sus
favores.
Graciela Quintero
Graciela Quintero
Uno
por uno cayeron los actores de la violencia partidista y Graciela, pobre y
anciana, murió al empezar el siglo XXI en una humilde casa a la salida de
Obando Valle. Esta es la historia de la pareja que dio piso a la “república del
Capitán Venganza” e intentó capitalizar para el comunismo las cuadrillas
del norte del Tolima.”; Pedro Brincos” fue un instrumento de Fidel Castro
y “ La Aviadora” una bella aventurera que las
circunstancias llevaron a los campamentos bandoleros.
Estraordinaria historia del acontecer colombiano nos deja muchas reflexiones de lo que hoy somos como país y como tejido humano
ResponderEliminarEstraordinaria historia del acontecer colombiano nos deja muchas reflexiones de lo que hoy somos como país y como tejido humano
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