ZÓSIMO GÓMEZ ALVAREZ


Alfredo Cardona Tobón

 

Nació el 14 de mayo de 1916 en la finca El Faro de la vereda de Naranjal y murió en Barranquilla el 11 de octubre  de 2015. Fue nieto de Protasio Gómez, constructor de la iglesia e hijo de Melquisedec, empresario minero y forjador del moderno Quinchía.

Zósimo quiso que esparcieran sus cenizas en los cerros de Quinchía y para cumplir sus deseos los hijos repasaron el camino que lleva al cerro Gobia y en las alturas las esparcieron para que volaran con el viento.

El alma de  Zósimo Gómez  está en el cielo  y su cuerpo quizás se convirtió en una flor, en un retoño de sietecueros,  en granos rojos de cafetos o pasó a ser parte de ese suelo quinchieño que tanto amó cuando vivía.

Zósimo fue un personaje que engalana la historia quinchieña: por sus cualidades humanas, por el amor a su terruño y por la obras que mejoraron la vida de su comunidad; fue el vocero ante  la dirigencia manizaleña en los tiempos del departamento de Caldas y un adalid en el flamante  departamento de Risaralda. Después de una larga lucha por su gente, cuando debía haber recibido el reconocimiento ciudadano, nuevas generaciones celosas de su poder le cerraron el paso y la ingratitud lo alejó de los cenáculos  que manejaban el poder en Pereira

 Zósimo estudio en la escuelita de Callelarga en Quinchia y cursó el bachillerato en colegios de Anserma y Riosucio. Una vez terminada la educación secundaria fue maestro de primaria en Quinchía,  Anserma, Santuario y Montenegro y  desempeñó el cargo de profesor en  el colegio Deogracias Cardona de Pereira

 En 1941 Zósimo dirigió la primera escuela nocturna  para adultos de la población de Santuario, allí conoció a don Alejandro Uribe, el famoso senador descalzo,  quien lo motivó para que participara en la política  y lo llevó al concejo de esa población. Con 1159 votos de Quinchía y Santuario Zócimo  llegó a la Asamblea de Caldas en 1942, y como diputado obtuvo auxilios para la construcción del frontis  de la Casa Consistorial  de Quinchía,  la reparación de la Planta Eléctrica del municipio, la construcción del acueducto y alcantarillado de  Quinchía, además de varias partidas para las escuelas del occidente del Viejo Caldas

Zósimo fue personero de Quinchía, concejal,  diputado y representante a la Cámara,  hizo parte del directorio liberal departamental, Jefe de Control de ¨Precios, alcalde de Quinchía y en 1950  ejerció la primera autoridad del puerto de La Dorada. Muchas obras de progreso de la región se deben a las apropiaciones presupuestales que consiguió en el Parlamento colombiano. Además de lo anterior sobresalió como empresario y como uno de uno de los promotores de la Universidad de Caldas, adonde llegaron becados numerosos quinchieños.

Zósimo vivió la tenebrosa época del Capitán Venganza. Como primera autoridad municipal fue el instrumento eficaz para pacificar al municipio con programas emprendidos por el gobierno central que incluían trabajo, cultura y deporte. En su administración se abrieron vías  terciarias, se fundaron los colegios de bachillerato de Quinchía y consiguió un auxilio nacional para el tendido de la red eléctrica que permitió al distrito municipal entrar al sistema de la CHEC como socio de la empresa.

En  1968, siendo representante  a la Cámara, Zósimo Gómez  consiguió partidas para las galerías y los colectores del Gobia y de Lavapiés; en su mandato  se construyeron canchas deportivas en las veredas y en el casco urbano. En asocio con los misioneros españoles Celestino Peña y Aventino Fernández empezó  a desarmar los espíritus envenenados por el odio partidista que había carcomido los corazones quinchieños.

Zósimo Gómez fue uno de los 21 delegados de Risaralda a la Convención liberal que designó a Pastrana Borrero como candidato a la presidencia, en esta  oportunidad se alejó de la directriz oficial y se opuso a tal candidatura, lo que enfureció a Camilo Mejía Duque, jefe departamental del liberalismo, quien empezó a marginarlo de las actividades del partido.

Zósimo Gómez y Joel Trejos  coparon la historia quinchieña durante varias décadas. No se puede hablar de Quinchía entre  1940 y 1965  sin tener en cuenta estos dos personajes que batallaron por su gente y chocaron, también, en defensa de sus ideas, aunque ambos militaban en las toldas liberales. Zósimo estuvo con Risaralda y Joel con Caldas; Zósimo hizo parte de la rosca liberal y Joel Trejos perteneció a las disidencia. Ambos vivieron en una época de erarios paupérrimos y de terrible violencia. Fueron artífices del surgimiento de un pueblo que no los recuerda ni siquiera con una modesta placa.

 

 

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