CONFERENCIA DE Eliecer
Zapata Bonilla
Calle principal de Anserma, Caldas
Cuando
ha transcurrido largo tiempo desde el día de la partida hacia lejanas tierras
del doctor Alberto Camargo Fonseca, y
más de dos años de su muerte en Norteamérica. Anserma, debe, por gratitud,
volver la vista atrás para analizar quien fue ese personajes que llenó el
ámbito de la comarca, con su personalidad, su inteligencia y su capacidad de
servicio, pues que se sepa, hasta el presente las gentes mencionan al doctor
Camargo como un benefactor de la comunidad ansermita, pero de su vida y de su
obra se sabe muy poco, y nada está dispuesto en la ciudad a guardar su memoria,
esa misma que es orgullo de todos, pues su inteligencia superior tocó más de
una generación, y más de un empeño se
realizó gracias al dinamismo y la influencia de este hombre hecho para la
ciencia y el servicio.
Al llegar la ciudad a los 450 años de
fundación, no debe dejar de lado a
quienes llegaron en cualquier día a sentar su planta en esta tierra, y a ejercer, por voluntad propia, un
magisterio del que el ganador fue toda la comunidad. Es el caso del doctor
Camargo Fonseca, quien revistió todos
los atributos del hombre de bien, del amigo sin tacha, del ciudadano servidor
del pueblo, del científico dedicado al bien humanitario, y del dirigente
ejecutor de serios proyectos y programas.
A una personalidad de múltiples facetas como la de este médico, se le debe
recordar para poder al hacer el balance de los logros de la comunidad en los
450años, saber cuánto han aportado los foráneos, esos que sin raíces de clase
alguna en el medio, entregaron su vida y su obra en pos de la total
civilización de una raza digna cada vez
más de mejores posibilidades.
Con
una formación europea, miembro de una familia ilustre, de esas que en Boyacá y
Cundinamarca, hablan de ancestros aún, y tienen en verdad pergaminos, el doctor
Camargo, bien pudo ejercer su profesión en la capital de la república
destacándose como un verdadero científico. Este galeno nació en Paipa, Boyacá,
en 1898, en una familia tradicional, y de perspectivas históricas, pues entre sus
parientes en la ascendencia, está el expresidente Sergio Camargo, y entre los actuales, y en calidad de primo,
el expresidente Alberto Lleras Camargo, pues el padre del doctor Camargo era
hermano de la madre del expresidente Alberto Lleras Camargo lo que nos está mostrando una línea donde la
inteligencia ha sido una constante, y
una consagración al servicio de la
patria, pues al leer la vida y obra del
expresidente Sergio Camargo, se entera
uno de las calidades humanas de este patricio, benefactor de la república, y para nadie es un secreto que Alberto Lleras
Camargo ha sido una de nuestras glorias universales, por su clara inteligencia,
y por sus servicios no solo a la república sino al continente entero.
Alberto
Camargo Fonseca hizo sus estudios primarios en Tunja, y fue estudiante honorario del colegio de
Boyacá y posteriormente del Mayor del Rosario de Bogotá, donde obtuvo su
bachillerato. Terminados sus estudios
secundarios viajó a Europa, radicándose en España, donde en Madrid cursó estudios de medicina, obteniendo su
grado de médico en el año de 1923,
siendo, como lo era en su época, firmado su diploma por el rey Alfonso XIII.
Pero no concluyó aquí su sed de saber.
Diplomado en la ciencia de Hipócrates, viajó a Francia, y en Paris realiza su especialización.
Quedaba Camargo capacitado en las mejores universidades del mundo de sus días,
para llegar adonde quisiera a ejercer con lujo su profesión, esa que amó por
siempre sin mirar más que en el servicio convirtiéndolo en un apostolado del que
millares de ansermeños recibieron los más positivos frutos.
El
doctor Camargo llegó a Anserma por 1926, y por espacio de 43 años, hizo su vida
silenciosa en esta ciudad, donde se sabe, a los ricos poco cobraba y a los
pobres nada les cobraba obsequiándoles además los medicamentos. Peno no solo
esta actuación engrandecía su figura, eral el médico de todos, el profesional
que salía a cualquier hora de la noche, sim importarle las distancias a
salvar a un congénere, sin preguntar de
que recursos disponían para pagarle sus honorarios. Sin condición alguna asistía a dolientes de
Viterbo y Guática a quienes curaba son precisión científica. Llegó a tal el conocimiento del estado de los
enfermos, que temían muchos el diagnóstico del doctor Camargo, pues cuando
decía este se alivia no fallaba en su apreciación, pero al contrario, cuando
ponía término de horas o días a un pacientes para morir, también acertaba, y
todos sabemos que la muerte aterra al
sujeto activo de ella y a sus seres queridos.
Camargo
Fonseca fue un apóstol de la caridad, el samaritano caritativo de las horas
aciagas de la violencia, pues sin importarle en lo más mínimo el color
político del herido de turno, lo recogía
personalmente, arriesgando su vida entre
las balas y la oscuridad, para llevarlo hasta el hospital y darle la curación
del caso. De ellos fueron beneficiarios conservadores y liberales, sin
descontar que Camargo fue durante toda su vida un liberal doctrinario, que
asistió al Concejo municipal de Anserma en forma ininterrumpida por unos veinte años, habiendo llegado por su partido a la Asamblea
departamental de Caldas, donde logró gestiones valiosas para la salud en todo el departamento. A él
debe, igualmente, Anserma la fundación de la Cruz Roja, como entidad de
servicio imparcial, pues él vivió la Europa de la postguerra, y supo por su inteligencia disciplina como
fueron las dos confrontaciones
mundiales, tenía el más abierto espíritu para la causa de la solidaridad.
Con
esta reseña biográfica queremos rendir homenaje a quien hizo por Anserma más de
lo que le fue dado. Esta apreciación queda refrendada en la forma como los
ansermeños de hoy, mencionan su nombre con el mismo respeto con que los
ansermeños de ayer estimaron el galeno. Para salvar su memoria es bueno exaltar
en el mármol el nombre del científico
que sin ambición de ningún género, entregó subida a un pueblo al que no sabemos
por qué llegó. Queda por investigarse con más profundidad el resto de una
biografía que está hilada a la de este pueblo por más de cuarenta años, cuando
salió para Estados Unidos donde murió hace un poco más de dos años.
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