Alfredo Cardona Tobón
Hasta mediados del siglo
pasado el municipio de Santuario fue uno
de los pocos fortines liberales del viejo departamento de Caldas, controlado
por el conservatismo y las poderosas fuerzas de la iglesia católica.
En los municipios nada se
movía sin la anuencia del cura párroco, pero en unos pocos como Quinchía y
Santuario, la iglesia se encontró con la oposición del liberalismo y ante esas circunstancias trató de someterlo
o menguarlo desde el púlpito y el confesionario.
En un documento redactado por don Alejandro Uribe, jefe y
patriarca liberal, nos enteramos de la
confrontación municipal entre el directorio liberal y el cura párroco que
tildaba a los seguidores del liberalismo como ateos y masones y desacreditaba
el colegio fundado con el apoyo del
Concejo, mientras los liberales se
oponían a su intromisión en la marcha del municipio y vetaban la entronización
de la imagen de Jesucristo en las oficinas oficiales.
Este es el documento escrito a mano por don Alejandro Uribe:
Este es el documento escrito a mano por don Alejandro Uribe:
“ INVITACIÓN
Habrá una reunión de
liberales con el fin de elegir una nueva
Junta. Se invita a todos nuestros
copartidarios a fin de que dicha reunión sea lo más numerosa posible, para que
efectivamente puedan llamarse los electos, genuinos representantes del
liberalismo santuareño.
A los liberales sencillos,
que todavía se asustan con los insultos y anatemas de los curas políticos, se
les excita de manera especial a que concurran sin miedo a nada ni a nadie, pues
ya es tiempo de convencernos de que
nuestro enemigo común, acosado como está
por la opinión pública y por las ráfagas
de progreso que rondan nuestras
fronteras resueltas a invadirnos y no teniendo más baluartes que el púlpito y
el confesionario, se empeñan en
sugestionar a los frailes para que al menos le prolonguen la agonía unos
cuantos días más.
Además debemos creer una vez
por todas que el liberalismo colombiano como el del resto del mundo es
cristiano y lo es porque admira y venera la memoria del Gran Jesús, primer
apóstol de la Democracia, quien fue vilmente asesinado precisamente por haber pedido para el género
humano, Libertad, Igualdad y Fraternidad, bellas y sublimes palabras que sintetizan nuestro credo político.
Es cristiano,
repetimos, y por lo mismo no doblega la
cerviz voluntariamente ( sólo con hachuela) ante los gamonales de hábito y levita, porque estos encarnan el
despotismo donde quiera que existan; los desprecia porque los cree
descendientes de los verdugos del
Calvario y los califica así, porque muchísimas veces han hecho lo mismo (
¿bastará la Inquisición como ejemplo?) con los que han combatido.
Concurrid , pues, el día señalado, dejando las vacilaciones y
temores a un lado y no perdáis de vista que estamos en la alborada de esta odiosa
y larga noche regeneradora, pues los negros nubarrones conque han tenido
oscurecido nuestro horizonte patrio, están para disiparse al calor vivificante
de la grandiosa idea liberal.
Réstanos una explicación que
creemos necesaria respecto a nuestras diferencias con el Pbro. Doctor
Gutiérrez, no para defendernos porque nos llamen herejes, ateos etc.. que eso en nada nos afecta, sino para que el
pueblo sepa de una manera cierta el origen de todo lo ocurrido. El mencionado presbítero propuso a la Corporación Municipal, por
conducto de uno de sus miembros, que entronizaran
el Corazón de Jesús en su Salón de
sesiones y nosotros, consecuentes con lo dicho anteriormente y teniendo de
Cristo un concepto muchísimo más elevado que quienes nos censuran, dimos nuestro voto negativo a la
proposición. Nadie ignora que las
iglesias se construyen para colocar y venerar santos y que estos también pueden
colocarlos quien le guste, en su hogar,
lugar mil veces más sagrado que todos los templos, incluyendo el Vaticano.
Por eso vimos y veremos mal
el que se lleven imágenes como las de Jesús, a las oficinas públicas, en donde
quedan expuestas a mil irreverencias.
Eso ha sido todo. Ni más ni
menos.
Junio 17 de 1921.
Alejandro Uribe
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