Alfredo
Cardona Tobón
Hasta
principios del siglo veintiuno la Fonda de Cerritos, ubicada en la desviación
hacia la Virginia, atendió a los viajeros que recorrían la concurrida ruta. Don
Ramón Correa había instalado ese negocio en una vieja y amplia casona, en
cercanías del antiguo poblado indígena de Pindaná de los Cerrillos. A su muerte
le sucedió su hijo Bernardo Correa Bernal, un hombre corpulento y afable
que nació en la Fonda y vivió en ella durante toda su vida. Cerritos fue una
fonda de leyenda, con fuegos fatuos y aparecidos. Los guaqueros decían
que la casona estaba sobre un antiguo cementerio quimbaya y que alrededor se
percibía el hálito de la desaparecida aldea de Pindaná de los Cerrillos..
Don
Bernardo Correa fue testigo de la transformación del camino: de trocha de
tremedales y rodeada de monte cerrado pasó a carretera polvorienta, luego en
vía pavimentada, para convertirse a fines del siglo veinte en una amplia
avenida de cuatro carriles. Don Bernardo recuerda que la trocha carreteable se
empezó con convites y poca ayuda oficial. Los beneficiados regalaron los
predios para el ensanche y bajo el liderazgo de José Sanit y Manuel
Mejía Robledo los hacendados reunieron peones y capataces para explanar
el terreno y llevar recuas con material de afirmado.
El
tráfico de la vía fue creciendo al ritmo del desarrollo de Pereira y de acuerdo
con el flujo de las exportaciones por el Pacífico. Don Sinforoso Ocampo,
notable personaje caldense, admirado con el movimiento de la carretera la
bautizó "La Calle Real de Colombia".
Inicialmente
la carretera Pereira-Cartago, de 33 kilómetros de extensión, llegó al puerto de
La Fresneda, cerca del puente Anacaro sobre el río Cauca. Con la carretera “La
Fresneda” fue importante mientras duró la navegación por el río. Así lo anota
Don Bernardo Correa Bernal en un reportaje que concedió al periódico La
Patria
"En
1924, época desde la cual yo recuerdo, la navegación por el Cauca ya era asunto
viejo. El puerto principal estaba localizado en La Fresneda, más o menos donde
hoy se encuentra el puente de Ana Caro, en la carretera Cartago- Ansermanuevo.
Posteriormente cuando el ferrocarril llegó a Puerto Caldas, este también se
convirtió en puerto fluvial. La empresa más importante en la explotación del
río como transporte, fue "La Compañía caucana de vapores" de la cual
eran socios don Francisco Jaramillo Ochoa, don Alejandro Angel, de Medellín, y
don Luis Estrada G, quien actuaba también como gerente.
Desde
Manizales y Pereira se traían el café y los cueros de exportación a lomo de
mula hasta La Fresneda, donde se embarcaban a borde de las unidades de carga
Ayacucho, Junín, Cabal y Sucre. Habia barcos mixtos, pero el más lujoso e
histórico de todos, al cual le celebraban hasta fiesta fue el "Vapor
Mercedes" para el transporte de pasajeros y en el cual viajaba la crema y
nata de las sociedades de Manizales, Pereira y Cali.
En
dichos vapores se transportaba la famosa cerveza alemana Llave, que por
entonces costaba cincuenta centavos. En fin, después hubo transporte fluvial
hasta La Virginia, pero este puerto duró poco en su actividad, porque el
ferrocarril llegó e hizo el oficio mejor y en menor tiempo.
-
Cuánto duraba el viaje La
Fresneda- Juanchito?-
Las
personas que lo hacían aseguraban que se gastaban tres días en bajar y ocho a
contrapelo de la corriente. Eso sí, todo el mundo ponderaba lo agradable
que resultaba la jornada en barco. Inclusive los viajes de Luna de Miel
los hacían los desposados utilizando generalmente "El Mercedes", a
bordo del cual se organizaban fiestas con música y baile.
-Hubo
muchos naufragios?-
Muchos.
Casi todos esos barcos se los tragó el río y decenas de personas perecieron. El
único vapor que se salvó fue precisamente "El Mercedes", cuyas
calderas quedaron en poder de don Harold Heder, propietario de La Manuelita.
Esas unidades se movían con leña."
A
partir de 1923 se consolida el desarrollo vial de Caldas. El dos de julio de
1926 el gobernador Francisco José Ocampo informó a la opinión pública:
"La
carretera de Santa Rosa de Cabal a Cartago está prestando magnífico servicio y
sostiene un tráfico inmenso. Actualmente se balasta en Cartago hacia Pereira y
hay balasto en Galicia. En la de Santa Rosa los trabajos están en Boquerón y el
balasto en inmediaciones de la Estación Gutiérrez. Cien peones trabajan entre
Villegas y La Virginia. Los trabajos del puente avanzan en forma satisfactoria,
no obstante que últimamente han estado parados por falta de cemento…La
carretera hacia Riosucio avanza con rapidez, en agosto llegará a Viterbo."
Durante
la administración de Francisco José Ocampo, la Sociedad de Mejoras
Públicas de Pereira adelanta los trabajos en la carretera a la ciudad de
Armenia y al empezar el mes de marzo de 1926, inician operaciones cuatro
autos y un autobus entre Circasia y Armenia. Poco después la Sociedad de
Mejoras Públicas empieza a construir a pico y pala el tramo entre Pereira
y Marsella. .
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