FINCA EL ÀGUILA : UN SANTUARIO DEL CAFÈ


Alfredo Cardona Tobón.

 

A pocos minutos de Manizales. por la carretera que conduce a Neira, está la finca  "El Águila" cuyo propietario es don Eduardo Gómez Pinzón, descendiente de Don Antonio Pinzón un santandereano que hace algo más de un siglo en esa misma finca, levantó el primer cultivo rentable de café e industrializó la producción cafetera en esta región colombiana.

PIONEROS CAFETEROS

 

En el año de 1821 Bernabé Ordóñez  y Francisco Puyana empezaron a cultivar café en Bucaramanga. Años más tarde el sacerdote Francisco Romero implantó la siembra de esa planta en el municipio de Salazar de las Palmas a fuerza de penitencias y en 1865,  después de un corto exilio en Venezuela, siguió su labor agrícola extendiendo el cultivo por los municipio de Bucaramanga, Rionegro y Lebrija. Los santandereanos  fueron los pioneros en el cultivo del café , no es de extrañar, pues, que fueran ellos quienes nos trajeron las primeras semillas y la concepción de explotación industrial cafetera.

 La tradición riosuceña  cuenta que el sacerdote Bonifacio Bonafont consiguió con un pariente de El Socorro unos cuantos granos de café, el cura santandereano sembró las semillas en la finca de su amigo Rafael  Trejos situada en la vereda Las Estancias del municipio de Riosucio. Poco a poco los nativos se fueron acostumbrando a la bebida, pero su explotación no pasó de la huerta casera. Hasta hace unos treinta años  había vestigios de los palitos del padre Bonafont, que vegetaron sin mayor beneficio  y, ¡qué lástima! hubieran podido ser los redentores de los pirsas y curicamayos.

 Otro santandereano vislumbró lo que el santo cura Bonafont no pudo ver. Fue Don Antonio Pinzón Amaya, quien además de cultivador, fue empresario industrial y exportador cafetero y contribuyó en grado sumo a forjar el presente de Manizales y la riqueza de Caldas.

Don Antonio Pinzón se había radicado en Medellín  donde se unió en matrimonio con Doña Mercedes Posada. Era un próspero ciudadano que labró una excelente reputación en Antioquia y conformó una Empresa comercial con Rudesindo Echavarría, José María Botero y los hermanos Jacobo y Ricardo Línce en la capital de la Montaña.

Al igual que el Banco de Antioquia, numerosas compañías de Medellín financiaron proyectos mineros, comerciales y de colonización respaldadas en instalaciones, equipos, tierras y semovientes. Después de la trágica derrota conservadora en el año de 1877  el gobierno del general Rengifo arruinó a prestantes ciudadanos de Manizales, desafectos al régimen, con Contribuciones y prestamos forzosos que los obligaron a entregar bienes y ganados a los acreedores. Esto le ocurrió a Don Francisco Antonio Díaz que se vio en la necesidad de  entregar las fincas del "Águila” a Don Alejandro Gutiérrez , apoderado de Antonio Pinzón, Rudesindo Echavarría y Compañía. El 15 de febrero de 1878 don Alejandro Gutiérrez cedió las fincas de El Águila a Don Antonio Pinzón, que desde entonces se vincula a Manizales y se radica en la ciudad definitivamente.

LA ACTIVIDAD CAFETERA DE DON ANTONIO PINZÓN

Desde su llegada a esta ciudad Don Antonio estableció estrechas relaciones con Don José María Ocampo Salazar, notable vecino de la población de Aranzazu y empieza su aventura cafetera.
Don Juan Bautista López, historiador del norte, nos hace un recuento de los sucesos cafeteros de ese tiempo: "Convinieron Don Antonio y el señor O campo en establecer cada uno, por su parte, sendas empresas de café una en Manizales en la región de "El Águila" propiedad del Sr Pinzón y otra en el paraje de "Alegrías" jurisdicción de Aranzazu, en la misma heredad de Don José María. Es verdad que antes de ellos. Don Marcelino Palacio uno de los fundadores de Manizales y Don Eduardo Walker, por cuyas venas circulaba sangre inglesa, habían cultivado el grano. No fueron ellos muy afortunados en sus iniciativas y el fracaso dio lugar a críticas acerbas,  bastantes para matar en ciernes todo buen propósito al respecto; no obstante los señores Ocampo y Pinzón pusieron manos a la obra y en breve tiempo llevaron a feliz término el cultivo de varios millares de cafetos".

 Además de Don Marcelino Palacio y de Walker otros agricultores como Manuel Grisales en Manizales, Justiniano Mejía de Neira, y Julián Mora de Palestina se aventuraron en el cultivo del café,  al igual que Elena Upegui, quien contrató con Albino Chaverra  la siembra de los cafetales en las tierras de la Cabaña, según consta en la escritura del 7 de diciembre de 1875.

 Los primeros cultivos tuvieron muy poca incidencia económica en la vida de la región.  En la vereda de "Alegrías" en Aranzazu algunos cafetos sembrados por Don José María Ocampo sobrevivieron  en medio de un potrero, unas cuantas matas eran chamizos casi secos y otras unos arbolitos defoliados y cubiertos de musgo .En la vereda El Águila, de Manizales, sobrevivió hasta el año 2000 un pequeño lote de cafetos frondosos y de gruesos troncos, conservados como verdaderas reliquias por los descendientes de Don Antonio en memoria de su bisabuelo

 UN HOMBRE DE EMPRESA

Mientras su amigo José María Ocampo continuaba su labor en el norte. Don Antonio Pinzón centró su acción en Maizales. En la finca "El Águila" empezó a explotar el café muy rudimentariamente. El café se fermentaba en cajones de madera y se trillaba en pilones. Liego lo hacia ventear en bateas para separar el pergamino. El secado se efectuaba sobre sacos o en paseras. Al aumentar la producción don Antonio importó la primera despulpadora de Europa cuya marca era” Gordon”. Después inventó una secadora que consistía en unos talegos de fique, donde echaba el café, y colgaba en un cuarto por donde pasaba aire calentado  por un fogón de leña con tiro forzado y chimenea de ladrillo.

En 1883 el Dr Pinzón empezó a exportar el grano a Londres. Por esa misma época se asoció con José María Mejía, Ricardo Gómez, José Jesús Restrepo  y Alejandro Gutiérrez y montó la primera trilladora de café movida a mano en un local de la Calle Real

 LA FINCA DEL ÁGUILA

Todo rincón de esta finca cuenta su historia. La vieja casona de dos pisos guarda el encanto de las grandes haciendas del pasado .En una pared esta colgada la escritura que convirtió a los Pinzones en propietarios del Águila. Retratos de bellísimas damas engalanan la espaciosa estancia y en los corredores lucen antiquísimos cuadros de manolas y gitanas. El embrujo de enjalmas rejos y trastos de otra época evocan el duende de un pasado hecho de luchas y trabajo recio; árboles añosos  cubren con su sombra los aleros de teja de barro tapizados de colibríes y de palomas.

Al lado de la casa solariega se ve un espacio abierto de donde  arranca una carretera interna. En ese sitio el Doctor Juan Pinzón hijo de Don Antonio ofreció una recepción multitudinaria al General Rafael Uribe Uribe . En medio de los cafetales los amigos del caudillo rindieron homenaje al paladín de los hombres del campo. No pudieron haber escogido  un lugar mas apropiado para el guerrero que se levantó en los cafetales y para el hombre de empresa que defendió a los cultivadores del grano en todos los foros.

 
La. finca "El Águila" es un santuario cafetero. Allí nació gran parte de nuestro presente. Ojalá pudiera convertirse en un museo del café similar al de  la caña de azúcar del Valle del Cauca, donde pudiera  condensarse nuestra epopeya verde, blanca y roja. Seria además un gran atractivo turístico cercano a Manizales que perpetuaría el recuerdo de los  pioneros de  nuestra industria madre.

 Esta transitoria Bonanza Cafetera podría servir para revivir el recuerdo  de Don Cipria no Calderón Mejía, misionero del café  de  don Pedro José Mejía, primer asociado de Caldas en la Federación del gremio , de los salamineños que en 1929 propusieron la creación de una Flota Mercante, del gobernador Gerardo Arias que organizó el primer  concurso cafetero con el fin de estimular a loe productores y de tantos grandes y humildes agricultores que hicieron posible el Eje cafetero.

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