Alfredo Cardona Tobón.
Anserma- población del occidente caldense
Las campanas empezaron a sonar cuando la cerrazón de la noche aún cubría las calles de Anserma; los repiques despertaron a todos los parroquianos y viejos y jóvenes, sin distinción de sexo, dejaron el lecho en la fría madrugada y se acercaron al templo de Santa Bárbara.
En medio de oraciones y cantos un río humano inició la procesión por la calle principal con un raudal de antorchas semejante a una culebra de fuego, que fue palideciendo a medida que el sol anémico de los tiempos de lluvia se ponía de poncho la neblina y empujaba en estampida a las sombras agazapadas en zarzos y balcones.
A mediados del siglo XX la población de Anserma, Caldas, vivió tres años de fervor religioso tras una época violenta. En ese paréntesis de paz los habitantes quisieron olvidarse de los ataques alevosos a sus hermanos liberales y pretendieron borrar el remoqute de Malpaso, como llamaban a su población los vecinos del municipio de Quinchía, que por obligación tenían que pasar por Anserma cuando se dirigían a Pereira o Manizales.
En ese tiempo numerosos " pájaros ", o asesinos del partido de gobierno oyeron la voz de su pastor católico y se convirtieron en monaguillos del cura en tanto que los empresarios del desorden frenaron sus campañas sanguinarias y se acercaron al altar para oír la voz de Jesucristo..
TIEMPOS ACIAGOS
En ese entonces, el grupo político liderado por Gilberto Alzate Avendaño hizo invivible al departamento de Caldas, mientras en las demás secciones colombianas, otros políticos extendían igualmente el imperio del crimen para apabullar al liberalismo y alejarlo de las urnas..
En un tardío intento para mover las conciencias, la Iglesia Católica trajo desde Portugal una imagen de la Virgen de Fátima, que recorrió los caminos polvorientos de Colombia con un mensaje de paz Los mismos que habían anatemizado al liberalismo y habían descargado su fanatismo contra los hermanos de una misma Patria, querían llevar un mensaje de paz, después de una orgía de sangre.
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!Milagro ! -¡Milagro !- exclamaban los feligreses al contemplar las palomas, que inexplicablemente permanecían al lado de la imagen de la Virgen María; era un hecho singular, destacado por “ El Pais” de Cali en primera página, en tanto pasaba por alto el ataque cruento y sin piedad perpetrado el día anterior contra la inerme población de Ceilán en el Valle del Cauca
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En Anserma la visita de la Virgen de Fátima se complementó con una misión apostólica; el padre Zuluaga reunió en una finca de la vereda de Tabuyo a médicos y zapateros, a comerciantes y agricultores, a líderes políticos y comunales; los cursillistas repasaron la Biblia y desempolvaron rezos y canciones religiosas para acercarse al altar con catolicismo remozado.
Por la noche los cursillistas tomados de la mano se acercaban a una hoguera hasta sentir el fragor de las llamas, entonces retrocedían y volvían a avanzar imaginando el calor del averno que habría de envolver sus almas si no enderezaban sus vidas.
En Anserma la actividad misionera cubrió todas las esferas: se contaba con periódico y con casa de reuniones; aparecieron pasteles y empanadas cursillistas para financiar la campaña.... y el pueblo se identificó tanto con su cura que en una de las tantas procesiones, decenas de fieles vistieron piadosamente algunos ornamentos sacerdotales .
A falta de ateos y de indígenas para cristianar los cursillistas fijaron sus ojos en un sirio-libanés, de religión musulmana, dedicado a vender chucherías por las calles ansermeñas. Con ahínco y buenas propuestas Ramón Guevara acercó al infiel hasta la pila bautismal, donde Sharif Mohamed Shear cambió su nombre árabe por otro del santoral y entró a la fe católica con un variado surtido de telas y cacharros, como regalo en ese día memorable para la salvación de su alma.
PURA UNCIÓN y BACANERÍA PURA
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" De colores se visten los campos en la primavera..." cantaban los fieles en sus marchas matutinas. " Oh Buen Jesús yo creo firmemente que por mi bien estás en el altar.." contestaban las Hijas de María.....
Los sacerdotes estaban felices pues tenían al pueblo en sus manos, en tanto que cantineros y prostitutas rumiaban su tristeza al borde del colapso económico.
La muchachada piernipeluda rodeada por maitines y rosarios ya no resistía una salve más; estaba saturada de letanías. Y como ocurre con las dictaduras y las imposiciones extremistas, surgió la protesta y la revolución, encarnada esta vez, por un grupo burlón, irreverente, sin ánimo político y muchas pretensiones poéticas que empezó a romper el hechizo del padre Zuluaga.
José Clareth Bonilla- Uno de los gestores de la Reja en el Aire
Los jóvenes rebeldes empezaron a escandalizar a la pacata, violenta y goda población de Anserma, uno de ellos cometió el sacrilegio de entrar al templo de Santa Bárbara con un estandarte de vástago de plátano; otros, en el colmo de la osadía, organizaron reuniones culturales en la vedada zona de tolerancia, donde las mujeres de la vida comenzaron a sacudir las telarañas que empezaban a enredarse entre sus piernas.
Ese grupo iconoclasta fue vivero de grandes valores ansermeños , fue la generación de William Ramírez, de Augusto León Restrepo, Jaime Ramírez Rojas, Darío Usma, José Clareth Bonilla, Edgardo Escobar Guillermo Navarro, Augusto Marín, Jorge Iván Ramírez, Gustavo Loaiza, Guillermo Navarro, Herman Lema, Jhon Cañaveral, Edgardo Escobar. .
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Fue un tiempo de poesía y bohemia, cuyo recuerdo no se ha borrado en la mente de los setentones .: “Amigo mío- escribió William Ramírez a Augusto León Restrepo- tengo frente a mí tus páginas de poemas y es como si te tuviera a ti en aquellos días, bellos y terribles, en los cuales la vida podía ser jugada por la emoción de un verso, de una tentación tenebrosa, de un decir : ! Qué carajo ! ..si podemos morir mañana.."
La generación de “La Reja en el Aire” fue obra indirecta del padre Zuluaga que al tratar de convertir unos asesinos ,impulsó a los muchachos que nada tenían que ver con los “ pájaros” ni la godarria, a renegar del fanatismo político y religioso de sus padres.
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Han pasado varias décadas. Ya se han borrado las huellas de los Salazares y otros próceres ansermeños, de rancia cuna y plata en el bolsillo, pero sigue viva la memoria de esos muchachos imberbes, sin un peso, iconoclastas y atrevidos que marcaron un hito en la vida intelectual de Caldas.
Esa generación de “ La Reja en el Aire” se burló de la doble moral de los ancestros y abrió horizontes nuevos en el panorama cultural del departaamento, esa generación provinciana, de trabajo y de versos, de bohemia y de estudio, mostró a los ansermeños que hay otros caminos distintos al plomo y a los rezos para vivir en paz y dejar vivir a los semejantes, no importa las dferencias ni el credo religioso o político.
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