JAVIERA
LONDOÑO EN EL RETIRO
Alfredo
Cardona Tobón
Doña
Javiera Londoño fue una latifundista que extendió sus dominios desde el Valle
de Marinilla hasta el río Arma, donde Rionegro, El Retiro, Marinilla y Guatapé
constituyeron núcleos de importantes
fundaciones.
Doña
Javiera vivió toda su vida en el marco de la plaza de Rionegro, allí atendía
sus compromisos y en una silla que
recostaba en la entrada de su casona
dirigía las actividades mineras, los hatos, los cultivos y las caballerizas que manejaba con el apoyo de su esposo y esclavos de entera confianza.
Doña
Javiera se rodeaba de africanos que la
acompañaban en las labores y en las cabalgatas, la entretenían con sus bailes y su música
satisfacían sus antojos y le preparaban
deliciosas bebidas de cacao.
Doña
Javiera nació en la Villa de Medellín el 24 de abril de 1696.
Y como casi todas las mujeres de su época no recibió instrucción
académica, lo que no fue obstáculo para manejar sus posesiones.
Esta criolla caprichosa y testaruda contrajo matrimonio en
Medellín el 11 de septiembre de 1715 con el sargento Ignacio Castañeda,. el
matrimonio no tuvo hijos y sin heredero corrió el rumor de que entre las
condiciones que puso doña Javiera para contraer
maatrimonio estaba el alejamiento del sargento Castañeda
del lecho de la compañera. Y la privación de las delicias maritales..
Doña
Javiera liberó un grupo de esclavos en un acto inédito que escandalizó a los
esclavistas, y después liberó otros 83 esclavos que reunió y después de hablarles
de caridad les dijo:: “Hijos míos, desde
hoy sois libres iguales a mí. Pero este
beneficio que Dios os da impone un grande y sagrado deber, que seáis honrados
hasta morir”. Luego les entregó la carta
de libertad y no admitió que le
volvieran a llamar ama sino amiga.
Los
bailes con los negros, su trato afable y
la libertad que concedió a los esclavos sirvieron para que los esclavistas
y los prelados que esperaban su herencia
la tildaran de loca y le impidieran disponer de sus bienes.
PRIMEROS
POBLADORES
Entre
los primeros moradores de la región de
El Retiro estuvieron el capitán Ignacio Castañeda y su esposa Javiera Londoño,
quienes al llegar a la zona empezaron a explotar las minas de oro. Doña
Javiera murió a la edad de 71 años y la sepultaron el l2 de octubre de 1767
entre las manifestaciones de duelo de esclavos, libertos y demás favorecidos que la despidieron con cantos y bailes. Pero la generosidad fue completa pues
la dama no solo dio cartas de libertad sino que además de la libertad cedió
minas y terrenos para que los africanos
atendieran los gastos y las necesidades en su nuevo estado.
En
el testamento, doña Javiera dispuso la suma de 8000 pesos para escuelas de
niñas pobres en Rionegro y Marinilla pero
como la tildaban de loca no pudo
disponer de sus bienes hasta que la Real Audiencia reconoció su buen juicio y
le dio facultades para disponer de las minas, haciendas y ganado que formaban
el patrimonio de doña Javiera y de don Ignacio Zapata junto con sus esclavos.
Se
dice que doña Javiera fue precursora de la libertad de los esclavos en la Nueva
Granada, pero esto no es realmente cierto. Por caridad, por agradecimiento, por
sentimiento cristiano doña Javiera les dio carta de libertad, pero fue un
acto que no influyó en la sociedad..
Hubo que esperar la libertad de vientres, y el gobierno de Hilario López para
que por fin se rompieran las cadenas que ataban a nuestros compatriotas
esclavos.
Contestataria,
iconoclasta, altanera y rebelde, doña Javiera recorrió su entorno a horcajadas
en su mula blanca, acompañada de la infaltable chirimía de negros. De esa alegría pachanguera inusual en su
época para las mujeres blancas queda la tradicional “Fiesta de los negritos”,
exigida por testamento a sus esclavos y a los descendientes por vía mujeril.
Doña Javiera enfrentó la ignorancia y la ambición de
quienes quisieron arrebatar sus bienes tildándola de loca .En la libertad de
los esclavos influyó la parte económica, pues la explotación de las minas
demandaba gastos difícilmente cubiertos por las cuadrillas de esclavos que
operaban en los canalones. El proceso de liberación suscitó ilusiones y
esperanzas y también graves problemas, Era necesaria la educacuión para disfrutar a
cabalidad la plenitud de la libertad. Esto lo entendió doña Javiera que a la
carta de libertad agregó medios para que sus favorecidos pudieran explotar las minas
y las haciendas
*historiayregion.blogspot.com
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