LOS RECUERDOS VUELAN CON EL VIENTO
Alfredo
Cardona Tobón
El
tigre Jaramillo tiene la costumbre de
contar lápidas y actualizar el inventario de los sobrevivientes, tras cada
defunción recoge los recuerdos y los ata pues teme que se los lleve el viento.
Esta
vez el turno fue para Alvaro Choperena,
un costeño alegre que nos trajo el rumor del mar y la brisa del Caribe, fue
un compañero que aunque lejano dejó huella en nuestras vidas. Se fue Choperena
y con él
se va parte de nuestro pasado.
Recordar
es vivir dice el refrán. Hace 61
años treinta jóvenes saltamos del nido
académico y nos enfrentamos al mundo con un cartón que solo era eso, pues hubo que recorrer un
gran trecho de la vida antes de graduarnos verdaderamente de ingenieros
mecánicos, porque el saber no está en las aulas sino en el campo, en la rueca,
en la sabiduría del trabajo.
En
el claustro universitario la existencia
empezó a correr con los dados cargados,. No era lo mismo ser Restrepo que
Fonegra. No era el mismo estudiante aquel que disponía de todo el tiempo, que el
compañero que debía laborar para ajustar
los gastos o cubrir las necesidades básicas.
En las aula estaban señaladas las gerencias y
los puestos directivos, unos estaban apalancados por parientes y amigos y otros
tenían que empezar a labrar su futuro desde modestos
puestos técnicos.
Fueron
tiempos muy duros, sin becas, sin gabelas, sin auxilios del gobierno. Pocos, por
no decir ninguno tuvieron acceso a las
universidades extranjeras o
ajustaron sus hojas de vida con maestrías
y posteriores doctorados que daban ventaja en la lucha por la vida,
En
nuestras filas hubo pocos empresarios
exitosos y hubo quien siguió estudiando
hasta su muerte como sucedió con Cristo
Nader que no necesitaba el trabajo para
subsistir, pues le era más cómodo continuar como estudiante
que como profesional.
Desde tempranas horas la guadaña empezó su labor destructiva,, se adelantaron Guillermo Penagos, Alberto Restrepo, Jairo Naranjo, Aníbal Hurtado, Jorge Casas, el hermano Javier, Javier De Villa, José Luis Gustavo Giraldo. Dos se fueron para USA a trabajar uno fue Cheveto y el otro fue Alfredo Vega, los dos salieron a probar fortuna y por allá se quedaron.
Irreverentemente llaman “La NASA” al grupo que levantó vuelo en 1963. Dicen que cada año hay un lanzamiento y permanece otro en plataforma. En nuestra NASA no hay ministros, ni presidenciables, tampoco escritores de renombre ni cantantes, somos del montón, no somos secuestrables ni políticos, ni para bien o para mal salimos en los diarios. A veces nos reunimos en Medellín a botar corriente, a mascar recuerdos y revivir tiempos idos. Renacen los recuerdos de la Bella Villa y añoramos las amanecidas en Lovaina, los chicharrones fritos, los turrones del Astor y los serenateros de la Avenida Primero de Mayo.
En
esos tiempos antes del diluvio, Medellín estaba por nuestra cuenta. Éramos asiduos
asistentes a Bulerías, teníamos acciones en Junín con la Playa, una novia en
Belén y otra en Prado, numeritos en Aranjuez y enamoradas en Manrique. .Esa sí
era vida.con bemoles y altibajos y muy gratos momentos..
A nuestra congregación iconoclasta la financiaban los compañeros pudientes, unos judíos y otros hijos de finqueros con plata, porque éramos gotereros de profesión y pegados por vocación. Monseñor Felix Henao Botero decía que el bolivariano debía ser puro y casto, de comunión en los primeros viernes, pero era .pura paja, éramos más putos que Marta Pintuco..
Se nos podía calificar de irrespetuosos pero no de vándalos, Una vez
apareció Simón Bolívar pintado de rojo y con un trapo en la cabeza. Fue un escándalo que sacudió a los notables y fueron varios los bochinches contra el régimen del general Rojas Pinilla, pero las
manifestaciones nuestras no pasaron de arengas, pues no rompimos un vidrio
ni dañamos un carro. Éramos civilizados y respetuosos pero muy bochincheros.
Antes de entrar a la universidad a varios nos tocó prestar servicio militar en el batallón Miguel Antonio Caro-MAC- en el Cantón Norte de Bogotá,.- El Tigre Jaramillo, un cuyabro con don de mando alcanzó la dignidad de brigadier mayor en el MAC y y se convirtió en el icono de los reclutas paisas. Al lado de los antioqueños al Tigre Jaramillo le tocó la famosa marcha paisa en una madrugada nublada que empezó en la estación del tren de la Sabana y terminó en la Escuela de Infantería en Usaquén. Ese día los paisas entramos a la Escuela marchando y cantando el himno antioqueño. Fue un acto apoteósico , ni siquiera los holandeses en la segunda guerra mundial hicieron tal demostración de patriotismo cuando los japoneses los arriaron por medio continente asiático.
Pese a todo, a los maltratos por ser estudiantes, al careo con los usuchas veteranos de Corea, los macabros sobrevivimos convertidos en viejitos prostáticos unos con bastón, otros con acompañante. Orlando Vargas tiene un cultivo de aguacates con pasador en Pácora,,Héctor Echeverri sigue con sus fierros, Greiffesten soporta las brumas de Aguadas, el suscrito llena cuartillas que coteja con las de Gabo y solo las leen los nietos y los amigos.
Al
regresar de visita al Alma Mater con sus
edificios, laboratorios, bibliotecas, barbudos que no se bañan y muchachas
bonitas.. vuelve a la memoria la casona
de la hacienda donde empezamos nuestros estudios superiores; reverdecen las
mangas del valle de Aburrá, la escalera eléctrica del almacén Caravana, el parque de Belén con el
aguardiente y sus pasantes surtidos, el estadero Doña María, La Aguacatala, el
Metropol y sus billares, el Teatro Junín,
la tienda de Calle con las empanadas trasnochadas y los fiados donde
Gerardo.
Enrique
Toro, Eladio Jaramillo, Orlando Vargas, Oscar Ramirez, Roland Posada
tienen la fortuna de reunirse en Otraparte y bajo el ala del maestro
Fernando Gonzalez rescatan el pasado. Resucitan los tiempos y el mundo sigue girando y añorando el pretérito.
Sin
embargo persisten los interrogantes: . Donde quedó el Enano y Rafael Acosta y que se hicieron la Bella y la Bestia?- .Habrá que decirle al Tigre
Jaramillo que vuelva a pasar lista y actualizar
el inventario.... 1
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