PEREIRA Y LA LETRA DE MOLDE
Alfredo Cardona Tobón
Cuenta don Asnoraldo Avellaneda en sus memorias que al
empezar el siglo XX, cuando Pereira era un corralón con centenares de mulas
cruzando por sus calles, un dentista de nombre Emiliano Botero trajo una imprenta
de Manizales y se metió a editor y luego
a periodista
Don Emiliano imprimió afiches con propaganda del
taller y del gabinete dental y empezó así la era de la publicidad en el pueblo
rústico, de no más de 19.000 vecinos, que atendía y entendía solo las letras de
cambio
La tipografía de don Emiliano tuvo el don de despertar el ansia comunicativa de
quienes tenían algo que decir y no encontraban tribuna y entonces empezaron a
surgir periódicos que aparecían y desaparecían como flores de un solo día, con
la virtud de mostrar que como en Manizales, aquí, en la Perla del Otún, también
se pensaba y se opinaba
.
En la imprenta
de Don Emiliano Botero se editaron varios
periódicos, uno de ellos fue “ El
Pijao”, dirigido por Carlos Echeverri
Uribe y por Mariano Montoya. Parece que apareció en 1903 , lo que lo convierte en el primer periódico pereirano. Otro
periódico pionero fue
“El Esfuerzo”, una publicación de dos páginas a menudo alimentada por la crónica roja, que no era poca en esa época
de macheteros. Los titulares eran sensacionalistas: “Alejandro Campuzano mató a Alejandro Trujillo por celos de una
niña de 55 años en el Alto del Clarinete” , fue uno de los cabezotes y en otro se
resaltaba el crimen de una fámula que envenenó a su patrona para quedarse con el
marido.
Desde loa
primeros tiempos se perfilaron los periódicos partidistas, unos con
alguna duración y otros con el tiempo fugaz de las campañas políticas.
El Esfuerzo” tenía clara vocación
conservadora, y en el campo liberal
figuró “ El Glóbulo Rojo”, dirigido por Valerio Mejia que entendía el
periodismo como” el látigo que fustiga sin piedad la estulticia de la gente“.
Antes y ahora el ejercicio del periodismo es una labor
riesgosa que demanda vocación y
sacrificio. A principios del siglo pasado aparecían y desaparecían en Pereira como tres
periódicos al año. Había pocos lectores, como ocurre actualmente, en eso no se
ha avanzado mucho, los suscriptores se
retiraban y las pautas de publicidad se hacían más por favorecer al amigo que
por la importancia de la publicidad en las ventas.
Hubo periódicos dogmáticos, cívicos, jocosos,
satíricos y otros que sirvieron como órganos de difusión de instituciones
educativas dirigidos por humanistas y escritores de renombre, entre ellos se
recuerda a Benjamín Tejada Córdoba, a
Ignacio Torres Giraldo, Emilio Correa Uribe y Alfonso Mejía Robledo, En esas
publicaciones hubo campo para poemas,
cuentos, crónicas y artículos literarios de buena factura y con el ají
del humor y la ironía.
El tiraje de los primeros periódicos
locales no pasaba de 300 ejemplares, número apreciable en
una población con muchos de ellos analfabetas. Seguramente, como
ocurrió en otras poblaciones, aquí hubo
periódicos escritos a mano que circulaban en campañas
políticas o cuando se trataba de sumir en el escarnio a algún personaje local.
Posiblemente los coleccionistas particulares los guarden como tesoros, por la
caligrafía, la presentación y el arduo trabajo que representan.
Entre las numerosas publicaciones pereiranas no podemos olvidar “El Aguijòn” editado por Jesús Antonio
Cardona; era un periódico de orientación liberal que subsistió
durante cincuenta años; apareció también “El Martillo”, un órgano
con ideas comunistas dirigido por Ignacio Torres Giraldo, “El
Vampiro” de Alfredo Murillo, con ideas conservadoras; “El Bien
Social” de Benjamín Tejada, desde cuyas páginas se hizo una enérgica
campaña contra el consumo de drogas. El 20 de enero de 1929
aparece “El Diario” con la orientación de
Emilio Correa Uribe y el periodismo pereirano alarga los pantalones: es un
diario que despierta el espíritu de la ciudad y sirve de tribuna al
“Negro” Camilo Mejía Duque, que con los compadres, la emisora y “El Diario”
lleva de la ternilla al electorado de la región.
En
1948 Rafael Cano Giraldo fundó “El Imparcial”, un periódico crítico
que ayudó a enderezar las
administraciones torcidas por la corrupción y el nepotismo y estaba “El
Fuete” de Néstor Cardona Arcila, CAN, pionero del periodismo
humorístico colombiano, en cuyas páginas se fustigaba a todo mundo y se hacía
gozar al grueso público al descubrir las flaquezas de los personajes de la
ciudad.
Con
hojas volantes y periódicos de pequeña factura se modeló el espíritu
pereirano, se difundieron proyectos y se impulsó la aldea. La palabra escrita es el termómetro de la
cultura y el civismo, un pasado sin
letras es historia muda. A las rotativas
se les suma ahora las nuevas tecnologías que llevan al público las ideas y la información de un mundo
en continua evolución material, cultural y científica.
Aunque en Pereira hay suficiente material
para conocer el pasado, calibrar el influjo de los líderes y conocer
las realizaciones de su comunidad, tales posibilidades se están perdiendo
por la indolencia de quienes debieran conservar los
archivos. En la biblioteca Ramón Correa se pueden consultar parte de
las ediciones de “El Diario”, de “La Tarde” y el “ Diario del Otún”, que son
publicaciones recientes en la historia pereirana, ¿pero dónde están,
por mentar unos pocos, “Polidor”, “ El Maguito”, “La
Mazorca”? - Se los comió la polilla y se los tragó el descuido.
NADA FUE COLOR DE ROSA
Al empezar el siglo XX llegó
don Benjamín Tejada como rector de un colegio de bachillerato. Una
vez pusieron en marcha el plantel, don
Benjamín y el doctor Juan B. Gutiérrez fundan el periódico “El
Surco” con orientación pedagógica y un selecto cuerpo de
redactores. Los meses pasaron y empezaron a aflorar las ideas
socialistas de Torres Giraldo, quien creó el Centro Literario La
Gironda junto con el periódico “Glóbulo Rojo” que chocó
temerariamente con los curas en una época donde mandaban las sotanas. El
15 de octubre de 1916, fecha del segundo aniversario del asesinato del general
Uribe Uribe, Torres Giraldo empezó a publicar “El Martillo” como vocero de la
rebeldía popular: Su vida fue efímera,
porque hostilizado por los gamonales de Pereira dejó de publicarse a finales de
1917 y Torres Giraldo hubo de salir hacia Cali en busca de otros horizontes.
Otro periodista víctima de los fanáticos
fue Emilio Correa Uribe, un pereirano absorto en el periodismo que a los trece
años de edad fundó el seminario literario “Brotes” editado en la Imprenta
Pereira y quien solo abandonó las cuartillas cuando murió
trágicamente en los tiempos de la dictadura de Rojas Pinilla
Con la Revista “Variedades” y sobre todo
al frente del periódico “El Diario”, Emilio Correa Uribe sacudió las fibras
pereiranas; en la campaña por el departamento de Risaralda enfiló
todas sus baterías contra el Olimpo manizaleño y en el régimen de Rojas Pinilla
no tembló ante los áulicos del dictador que lo amordazaron con la censura. En
las columnas vetadas por los enemigos de la democracia aparecía una canción con
mensajes que entendían los lectores de “El Diario” o avisos comerciales de
doble intención como aquel que decía: “Silencio no tosa, tome Emulsiòn de
Scott”
El asesinato de Emilio Gutiérrez junto con
su hijo Carlos, acaecido el 8 de julio de 1955 cuando regresaban de
Cali, concitó el repudio de toda la ciudadanía. La oficina de prensa
de la presidencia de la República trató de ocultar el crimen diciendo
que era un accidente de tránsito, pero la opinión sabía que “los
pájaros” del régimen iban tras la vida del periodista y de su hijo para callar
sus denuncias. Eduardo Correa Uribe, hermano de Emilio, recogió la
bandera y publicó “El Diario” hasta los años ochenta, pero los tiempos
habían cambiado y la tecnología y una nueva visión del periodismo abrieron
campo a otros órganos de difusión como “La Tarde” y el “ Diario del
Otún” que ocuparon el vacío dejado por los Gutiérrez Uribe. En el año 2016 los
hermanos Luis Carlos y Javier Ignacio Ramírez Munera, propietarios del Diario del Otún compraron
“La Tarde” y los dos periódicos
se fusionaron para constituir “El
Diario” cuya primer edición circuló el 26 de noviembre de ese año.
El
nuevo “ El Diario” es el matutinos de mayor circulación en la región y
la ventana no solo noticiosa sino cultural de Pereira. En esa labor van más
de 1300 ediciones del suplemento dominical “Las Artes” dirigido el periodista
Juan Alberto Rivera y está la sección “Punto
Final” donde el periodista Oscar Osorio registra el discurrir de Pereira.
Las nuevas tecnologías de la información
han desplazado las letras de molde. Atrás
quedó “El Esfuerzo”, “Polidor”, “El Yunque” para dejar campo a las rotativas y luego
a las ediciones digitales que como antes
darán testimonio de la lucha y los afanes de las nuevas generaciones.
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