LAS PIEDRAS VERDES DEL RIO POCITOS*
Alfredo Cardona Tobón
Contaba Ña
Hortensia López que al finalizar
el año de 1899 el “ Patas” mató a un tal Pedro Lebrón en los peñascales del rio
Pocitos, en un vano intento de apoderarse de las esmeraldas que la guerrilla
del general Herrera había robado en el Banco
de Salamina.
Esa fue una larga historia
convertida en leyenda que desveló a los buscadores de tesoros y movió a
guaqueros y aventureros a recorrer por décadas el cañón del rio Pocitos en busca de las piedras preciosas ansiadas por el diablo
Según Ña Hortensia, todo empezó en una madrugada de
agosto durante la guerra de los Mil Días
; Salamina estaba desierta pues los
jóvenes se habían alistado en el
batallón Salamina y marchaban tras la gloria, o mejor tras la muerte, en los campos sangrientos de la costa Atlántica.
Mientras el
destacamento veterano, que guardaba la
ciudad, combatía a los insurrectos del páramo, en las orillas del río Cauca los rebeldes bajo
las banderas del general Herrera picaban aquí y allá manteniendo en vilo a las tropas conservadoras del norte del
Cauca y sur de Antioquia. Cuando los
espías de la guerrilla anunciaron que
Salamina estaba desguarnecida e indefensa,
en manos de los santos y de la Virgen María, el general Herrera movió sus tropas acantonadas en Irra y atacó la población que cayó como fruta madura.
Los alzados en
armas entraron a
sangre y fuego, desocuparon las tiendas, robaron en las casas y
saquearon el Banco, donde los vecinos guardaban no solo el dinero sino las escrituras de sus
tierras y las joyas de la familia, creyendo que estaban seguras y a buen recaudo
.
Entre los asaltantes al Banco estaba un indio boyacense llamado Pedro Lebrón apodado “El Culebrón”. Al igual que los demás asaltantes el tal Lebrón echó mano a los billetes y a las alhajas, pero al abrir una gaveta vio una bolsa de lana cruda con unas piedras verdes adentro,. Al Culebrón se le iluminaron los ojos, se le secó la saliva y como era de Muzo se dio cuenta que se había topado con un tesoro; así que olvidó los devaluados billetes y los aritos de oro y con disimulo guardó la bolsa dentro de la camisa fingiendo sentirse defraudado por lo poco que le habían dejado, y sin que se dieran cuenta se retiró del lugar antes que alguien preguntara por las esmeraldas.
Mientras la gente huía, los bandidos terminaban el
saqueo y el cura clamaba al cielo ante
el robo de las gemas preciosas que iba a engastar en el cáliz y los vasos
sagrados. Los perros arreciaron los ladridos cuando a distancia, por los lados
de Crurbital, se oyeron los clarines del
general Henao , que bajaba de San Félix con la bandera azul tremolando al viento dispuesto a acabar con los bandidos que
habían asolado a su querida Salamina.
Ante la proximidad de los gobiernistas la chusma del general Herrera salió en desbandada sin
presentar combate al enemigo y se internó en
el abrupto cañón del rio Pocitos. El general Henao alcanzó a los guerrilleros
en Cabuyal, los acorraló, apresó unos pocos y al resto lo cazó como conejos.
El “Culebrón” sobrevivió al primer embate pero al
comprender que si lo atrapaban con las
esmeraldas lo fusilarían de inmediato, trepó sobre una roca a orillas del río y arrojó las gemas a la corriente diciendo “
Te las regalo Satanás, te las regalo Satanás”
Cuenta Ña
Hortensia que el agua se detuvo y entre el ruido de los
truenos y los fogonazos de los relámpagos el diablo emergió de lo más profundo
del rio Pocitos y agarró a “Culebrón” que entre
ayes y alaridos se convirtió en pavesas.
El Patas” quiso recoger las piedras
preciosas, pero por más que lo intentó
no ´´pudo llevárselas pues quedaron
insertas dentro de las rocas fundidas.
Todo indica que
la esmeraldas, que debían estar adornando los
vasos sagrados de Salamina, aún están esperando un alma pura y santa que las
rescate de los peñascos de Pocitos y las lleve a su lugar en el Sagrario del
templo.
. En cuanto a
Ña Hortensia López, con casi cien años a cuestas , la historia de las piedras verdes de Pocitos se le
complica. Ya que cada vez que la cuenta; confunde los godos con los cachiporros y se le olvida
el nombre de las piedras preciosas que a trechos las llama Esmaragdos
o les agrega el Trujillo como el dueño
del granero de la plaza que atiende por
el nombre de Esmaragdo Trujillo..
* historiayregion.blogspot.com
.
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