Alfredo Cardona Tobón
Aunque las hubo en haciendas y minas, las esclavas
negras se emplearon preferencialmente en
las labores domésticas como cocina, lavado, planchado, arreglo de casa o como
niñeras y amas de leche.
Las esclavas eran signo de riqueza y posición social;
dama criolla o española que se respetara tenía a su servicio dos o más negras y
alguna niñita africana que la acompañaba y hacía los mandados. No se concebía una vida cómoda
sin el servicio de esclavas, que a menudo se adquirían a menor precio en Cádiz o Sevilla mediante un comisionado que
se encargaba de la compra y el embarque como se se lee en este documento:
“Muy señor mio:
por la goleta Avila remito a
usted la negrita que me encargó comprar aquí. Tiene 13 o 14 años, ha nacido en
El Congo, se llama María. Hago constar que he recibido los quinientos pesos de
importe de la compra.
Saluda a usted su affmo y SS.”
Los españoles en ausencia de las esposas, que permanecían en Europa mientras su
compañero se estabilizaba en ultramar,
“desaguaban” sus ímpetus varoniles en las esclavas, y aunque la ley lo prohibía
no era raro el amancebamiento y la prostitución y a veces se veían matrimonios de españoles y criollos con
esclavas, lo que se tenía como
denigrante en el ámbito social.
A los esclavos los consideraban mercancía y
por tanto eran objeto de compraventa, permuta, hipoteca y herencia
como lo muestran los avisos de prensa donde
queda expuesta la infame situación de estos
seres desventurados tratados como animales:
AVISOS DE PRENSA
En el Diario de La Marina en Cádiz - febrero 3 de 184- aparece:
“VENTA
DE ESCLAVOS
Una negra se vende, recién parida, con abundante leche,
excelente lavandera y planchadora, con principios de cocina, joven, sana y sin
tachas, y muy humilde; darán razón en la
calle Reilly No. 16.”
Y en estos
otros avisos:
“Una negra
se vende por no necesitarla su dueño, de nación conga, como de 20 años, con su
cría de 11 meses, sana y sin tachas, muy fiel y humilde, no ha conocido mas
amo que el actual, es regular lavandera,
planchadora y cocinera. En la calle del Baratillo Casa No. 4 información.”
__________________________________________________________________”Venta de animales
Se vende una negra
criolla, sana y sin tachas, muy humilde y fiel, muy buena cocinera, con
alguna inteligencia en lavada y planchada y excelente para manejar niños, en la
cantidad de 500 pesos. En la calle Dauiz No. 150 impondrán de lo demás.”
En Buenos Aires, en la imprenta Gandarillas vemos se lee este anuncio en la década de los
cuarenta del siglo XIX:
“Una negrita
de14 años muy ágil para servir a la mano se vende o se cambia por otra buen
costurera, abonándose el exceso de valor.”
Y en el Telégrafo Mercantil de Buenos Aires se inserta :
“Jaime Alsina Verjes desea comprar una cria de negra
ladina, que sepa lavar y planchar con
alguna perfección y coser algo...”
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Y estas
solicitudes:
“Una negra
ladina, como de 21 años se vende en 300
pesos libres: sabe coser, planchar y cocinar muy regular y el servicio
doméstico con mayor perfección, está próxima a ser madre. En la imprenta de
este periódico darán razón.”
“Se alquilan
negras para el servicio de casa. Negros peones para todo trabajo y se dan negritos para jugar con niños.
De todo darán razón en la calle Doiz No. 21”
Esos avisos aparecieron en España y sus colonias hasta fines del siglo
XIX, no así en Gran Bretaña que en 1807
suprimió el comercio de africanos, ni en
Colombia donde en 1814 se decretó en Antioquia
la libertad de vientres, es decir la libertad de los hijos de las
esclavas, y en 1851 en el gobierno de Hilario López .se abolió totalmente la
esclavitud.
Para librarse de amos crueles o de la explotación
sexual, que eran causales para librarse del yugo de la esclavitud, las esclavas
debían entablar largos procesos judiciales que no siempre las favorecían. Ya fuera por
disposiciones oficiales o porque las esclavas compraran la libertad, los amos
se mostraban más reacios a conceder la libertad a las mujeres pues su valor era
superior al de los hombres y se agregaba
la ganancia de sus hijos., en ese mercado abominable se cotizaban las
mujeres a 339 pesos, los varones a 319 y
los niños a 269 pesos en promedio.
Se dirá que son hechos del pasado, sin embargo continúa la trata de personas y en diversas formas numerosas mujeres están uncidas al yugo de la esclavitud en trabajos sin paga, en burdeles y como esposas serviles. Unas han llegado a esa situación por la pobreza, por la violencia o simplemente engañadas con promesas falsas.
Comentarios
Publicar un comentario