Alfredo Cardona Tobón
Virgelina Cardona S- foto de Martha Lucia Cardona
A miles de kilómetros de la tierra que la vio nacer se
apagó la vida de la tia Virgelina, una paisa cuyo acento no se atenuó pese a vivir más de cincuenta
años en los Estados Unidos.
Virgelina fue la hija menor del abuelo Juan de Dios
Cardona, quedó huérfana desde pequeña y rodó y rodó de familia en familia hasta
que llegó a la casa de Luis Angel, su hermano mayor. Virgelina fue una enviada
del cielo y el mayor apoyo para la esposa de Luis Angel
encartada con tres muchachos llorones y resabiados y una casa por atender.
La muchachita no dio que hacer en su nueva casa, de buen
genio, tenia gran disposición para el
teatro y por eso era invitada obligada en las veladas organizadas por las damas
de Quinchía para arbitrar recursos para el hospital y la parroquia.
Virgelina se defendió con los conocimientos de ese entonces, que no eran muchos, en un
pueblo donde escasamente había educación primaria. Cuidando los sobrinos, ayudando en la casa y
paliquiando con los numerosos conocidos,
pues era muy amiguera, la jovencita se fue convirtiendo en un mujer plena de alegría y
buena como el pan.
Tal vez en el año 44 o 45 del pasado siglo, Virgelina
conoció su príncipe azul encarnado en Guillermo Vélez, un jayán tomatrago de la
cuerda de los carniceros bravos de Quinchía y poblaciones vecinas.
A Guillermo lo apodaban “Petrolio”, vaya uno a saber por
qué le pusieron ese mote, pero a “Petrolio” no lo querían en la casa del hermano mayor de
Virgelina, que no lo dejaba arrimar a la ventana de la amada por su afición a
los gallos y su gusto por el aguardiente.
Los encuentros de
los enamorados eran fugaces y furtivos;
con miraditas tiernas, “ultimas”, cortas conversaciones a la salida de la misa
o cuando Virgelina salía con sus amigas
a llevar flores al cementerio.
Como sucedía todos los días, un miércoles Virgelina madrugó a misa y retornó puntualmente a la casa de su cuñada.
Nada había cambiado, hasta que Rosa, la encargada de la cocina, no se aguantó
más y a las diez de la mañana comunicó a la patrona que la sobrina se había
casado en la misa de seis con “Petrolio” y pensaba volarse con su flamante
marido esa misma noche.
Todo estaba consumado. Nada podía hacerse ya. Virgelina
era una mujer casada.
Doña Judith comunicó la novedad a Luis Angel y por
fortuna, en vez de regañar a Virgelina y echarle vainazos a “Petrolio” los
acogieron en la casa, les prepararon un soberbio almuerzo, consiguieron una
cama, un armario y trastos de cocina y les organizaron una modesta vivienda a
la entrada del pueblo.
Ese día a más del vinculo de cuñados, entre Luis Angel y
“Petrolio” nació una sincera amistad, tan fuerte, que al morir Guillermo Vélez en un accidente de tránsito, a los pocos días falleció Luis Angel, victima
de un infarto.
La existencia de Guillermo y Virgelina fue un larguero de
luchas y aventuras. Recorrieron los pueblos del Quindío y el norte del Valle
del Cauca en busca de una oportunidad esquiva, que llegó cuando su hija Berta
se radicó en los Estados Unidos. Poco a poco emigraron las cinco hijas y
Virgelina, pero a Guillermo no le alcanzó el tiempo para acompañarlas.
Son muchos los recuerdos que me atan a la tia Virgelina. Fue
la que me cambió los pañales , me enseñó a caminar y se rio de mis travesuras
infantiles.
Tenía unos siete
años cuando después de una pilatuna Virgelina me amenazó con el diablo. ¡Que venga -le dije- que venga y yo le chuzo
las nalgas!- Esa noche Virgelina se puso
un sombrero grande y envuelta en una sábana entró al cuarto en tinieblas. Pero
no contaba con que el “inocente” sobrino esperaba a Santanas armado con un
machete. Entonces fue ella la que corrió despavorida poniéndose a salvo del travieso muchachito.
Virgelina trabajo muchos años en Nueva York y una vez
jubilada se dio todos los gustos: .Viajó
por Europa, recorrió las islas griegas y el Caribe y visitó a Colombia
cuantas veces quiso. Fueron noventa años bien vividos, una existencia con penas
y muchos momentos gratos.
Para los sobrinos mayores queda la imagen de una segunda
mamá y para todos la imagen de un alma noble que se fue derechito al cielo a
reunirse con su amado “Petrolio” y con la mamá que apenas alcanzó a conocer y le
hizo tanta falta en su vida..
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