Alfredo
Cardona Tobón
Balboa
es uno de los municipios más pequeños y más nuevos del departamento de
Risaralda y en cien años de existencia ha vivido épocas de bonanza y otras de
depresión, pues su economía gira alrededor del café, cuyos precios suben y
bajan en los mercados internacionales.
La comunidad de Balboa ha sido de recio entronque liberal con personajes que se destacaron en las filas de ese partido y también ha sido un municipio violento desde su fundación. Allí chocaron
colonos y latifundistas, guerrilleros de la guerra de los Mil Dias con tropas del gobierno conservador y en
la violencia política del siglo XX vivió una etapa de violencia
conservadora y otra de violencia
auspiciada por los liberales. .Además de esas dolorosas experiencias habría que sumarle la violencia del
narcotráfico, con “capos” y peones incrustados en el municipio y en las zonas
cercanas.
Para estudiar los sucesos de Balboa habrá que
echar mano a testimonios orales pues es muy poco lo que quedó registrado en crónicas y periódicos. Doña
Eladia Gartner Gómez fue testigo de la primera etapa de la violencia política y sus recuerdos son de importancia suma al repasar la historia de este municipio.
Veamos,
pues, este testimonio recogido de archivos familiares, que muestra el principio de una cadena interminable de hechos dolorosos que enlutaron al pequeño poblado.:.
Esto
dijo doña Maria Eladia Gartner, una dama
perteneciente a una esclarecida familia local:
Doña María Eladio continúa el relato, que aunque deshilvanado, nos da pistas del principio de una dolorosa etapa en la vida de Balboa, que había empezado un año atrás, después del nueve da abril de 1948, cuando una Junta Revolucionaria ´se tomó el pueblo , que pocos días después fue ocupado por la chusma proveniente de municipios cercanos: :
“
Era un domingo de noviembre de 1949 por la tarde y Sigifredo había salida a
poner una inyección. La muchacha del servicio pidió permiso para ir a la casa y
de la puerta se devolvió asustada..¿ Qué
será doña Lala que en todas las esquinas
hay grupos de hombres?- en eso
empezó el tiroteo. Yo tomé a uno de los
niños y la muchacha al otro y nos fuimos para una pieza del interior. Cuando empezó el tiroteo Sigifredo estaba en
un café tomándose un tinto con un amigo, se metieron por un hueco a un
subterráneo y allí pasaron la noche con
las cabezas tapadas con unas canoas de cemento. Toda la noche se oyeron los
tiros y al día siguiente la fachada de la casa y el techo parecían un colador.
Al abrir el armario vi como l hombrera
de un vestido había sido traspasada por la bala de un fusil.
El
lunes Sigifredo se fue para la plaza a conseguir un carro pero mi hermano Rafael
y Arturo Cataño lo convencieron que no se fuera, pues ellos eran mayoría y lo
defenderían. Esa noche los tiros siguieron.
Con
los colchones hicimos unos parapetos y la pasamos en vela con los niños. A la
mañana siguiente, la señora que lavaba
la ropa dijo que nos fuéramos cuanto antes mejor, porque esa noche iban a
dinamitar la casa. Sigifredo hizo parar el primer carro que encontró y el mayordomo de la finca le informó que grupos de hombres armados lo esperaban.
Metimos los niños y la ropa en el carro, retrocedimos por la calle para no
atravesar la plaza y salimos de Balboa.
Llegamos
a Pereira donde mamá, pero le ocultamos la verdad diciéndole que Sigifredo
estaba de vacaciones, para no preocuparla, ya que Oscar Osorio Gartner, mi
hermano Rafael, Arturo Cataño y Jorge Lenis se quedaron en Balboa. El sábado llegaron Oscar y Rafael con sus
familias y tuvimos que contarle la verdad. Dos meses me quedé en su casa con
los mellizos de seis meses de nacidos, y Alberto, mientras que Sigifredo se
acomodó donde sus hermanas con las dos niñas y se puso a buscar casa y local en
Cartago. Hubo que cambiar las fincas por un terreno en La Dorada y cuando
volvimos a Balboa a recoger nuestros
enseres todo estaba saqueado."
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