Alfredo Cardona Tobón
Las informaciones registradas por los periódicos locales, muestran la marcha de la administración y revelan la historia menuda de los municipios .Estas notas tomadas del Semanario EL YUNQUE de diciembre 11 de 1937 nos muestran una faceta de la vida en Pueblo Rico, un pequeño municipio risaraldense, donde se muestra las arbitrariedades de uno de los tantos caciques que manejaron a su antojo a nuestras comunidades.
“El
cacique de los indios Sótero Guzmán ha
resuelto declarar de su exclusiva pertenencia el erario del municipio. Con
desvergüenza propia de su casta, ha acaparado en su persona todos los puestos,
siendo presidente del Concejo, del Jurado Electoral y de la Junta Disidente-
indignación contra Guzmán.
Señor Arturo Escobar Uribe
Director de EL YUNQUE-
Manizales.
En primer lugar el citado
Guzmán en connivencia con el alcalde, un pobre diablo de vida pacífica, anciano decrépito y
abúlico, acordaron elegir a espaldas del
pueblo liberal una junta disidente para explotar la candidez de un pueblo y de
la indiada, que Sotero explota inmisericorde
y contra todo poder.
Y va un dato para probar sus
desmanes y descaros: Al señor Benedicto Restrepo se le murió un novillo a
consecuencia de unos golpes que le propinaron los nativos. El señor Restrepo
puso el denuncio correspondiente pero su
acción criminal fue contenida, porque el tal Guzmán y el alcalde
convinieron que se le pagaría a Restrepo
una minúscula cantidad por su perdida y Sotero en cambio pondría a trabajar en
su fundo de “Marchena” a los responsables con un jornal diario de15
centavos hasta que le sea completada la
suma de $60.00 que dizque tuvo que pagar
de su bolsillo.
Otra de las hazañas del
cacique Guzmán , es la de desalojar a todos los elementos del pueblo no
dándoles participación alguna de los puestos remunerados del municipio, sino trayéndolos de Riosucio,
y escogiéndolos dentro de sus mejores amigos, cierta clase de gentuza de que
tiene invadido el pueblo dizque para su defensa personal.
El liberalismo se encuentra
ahito del tal Sótero por todas sus vejaciones contra el electorado y lo más
grave fue que se incautó en forma descarada del fondo común de la Junta, pues en vísperas de elecciones
presentó una cuenta por $60.00 como viáticos de sus campañas por el
corregimiento de Santa Cecilia, cuando a otro de los enviados solamente le
dieron $6.00 para ocho días de campaña.
El señor Guzmán gastó solamente cuatro días en sus correrías y de regreso
presentó una nueva cuenta por $20.00,
pues según él lo anterior no le alcanzó para nada.
Como se hizo elegir
presidente del Jurado Electoral y lo es a la vez de la Junta Liberal y del
Concejo, tiene armada una tenaza para estripar dentro de ella a quien no esté
acorde con su política. Y lo malo del caso es que todos estos desmanes los comete
secundado por el alcalde, quien es un viejecito imbécil y lleno de
nervios por el amor que le tiene al sueldo.
Don Cecilio Vargas, una de
las más prestantes figuras del liberalismo local, ha resuelto retirarse de toda
actividad política en vista de los atropellos cometidos a diario por el
caciquillo mestizo Sótero Guzmán. Es de
lamentar que unidades como el señor Vargas se hagan a un lado en la marcha de
la política liberal, porque ello entraña
una derrota segura para nuestra colectividad, pues el señor Vargas cuenta con
fuerza positiva dentro del liberalismo local, especialmente en el corregimiento
de Santa Cecilia.
Este pueblo espera que usted
Señor Director, haciendo pública esta
corresponsalía, la gobernación tome
cartas en el asunto y haga un cambio
fundamental en el ejecutivo de estas apartadas regiones, que quizás por
lejanas, las mantienen relegadas en
olvido lamentable.
Del señor Director, amigo y
copartidario
Corresponsal.
Nota
de la Dirección
Con
el mayor de los gustos veremos por ayudar con todas nuestras fuerzas contra la
trinca inmunda que en ese desgraciado villorrio de Pueblo Rico tienen armada el
señor Sótero Guzmán, hombre de no recomendables procederes como caballero leal,
pues es la falacia en pantalones.
Nosotros
tuvimos la desgracia de conocerlo personalmente y atestiguamos como verídicas
las informaciones de nuestro corresponsal.
Lamentamos
muy de verdad que hombres desinteresados
y verdaderos servidores del liberalismo como el señor don Cecilio Vargas, hayan
tenido que abandonar sus puestos de combate por la codicia desmedida y
desvergonzada de ño Soterito, a quien sentimos darle el honor de escribirlo en letras de moldea y en
nuestra hoja que se precia de ser de lo más limpio.”
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