Absalón Gartner Tobón
Mario Gartner Tobón
Desde su consultorio en
Pereira Mario Gartner T. ejercía, a la manera de Hermán Gartner de La Cuesta,
el apostolado de la medicina, regalando las consultas y encimando el precio de
las formulas y, al decir de mucha gente, obrando milagros en la salud de los
niños. Su innata característica de líder
y su sólida formación intelectual, le granjearon la simpatía de cuantos tenían
la oportunidad de conocerlo. Pero a Mario lo tentó el bicho de la política y,
con la venia de don Camilo Mejía Duque, dueño y señor de los votos rojos y
azules en el Gran Caldas, accedió a la Asamblea del departamento. Aquí advirtió, tal vez analizando a sus
compañeros de bancada, al temario y las
decisiones que adoptaban, que mucho olía
mal en el Camilismo y fue tomando
distancia del mismo, con frases mordaces de su autoría como la que de que para jerarquizarse en ese
movimiento era preciso “hacer votos de castidad intelectual”.
Esas y otras puyas lo fueron
haciendo acreedor al estigma de traidor del partido… Camilista. Por supuesto no
repitió período y acometió la misión imposible de derrocar al más acendrado
caciquismo registrado en la historia política del país. Su fogosidad y un no sé que como de hombre
llamado a cambiar las cosas, atrajo la adhesión de lo más granado de la escasa
aristocracia intelectual pereirana. Ya existía una débil, por superficial y
vanidosa, oposición a Camilo; pero no desde las bibliotecas sino desde el Club
Rialto, en donde hablaban mal del cacique. De allí salió el primer contingente
de apoyo a la, en principio quijotesca empresa.
Recuerdo aquí algunos ciudadanos notables con el riesgo de
incurrir en imperdonables olvidos: Carlos Drews Castro, Julio y Carlos
Eastman Díaz, Marco Antonio Rojas, Jorge Campo Posada, Alvaro Campo Posada,
Gustavo de la Pava Palacio, Senén Barrera… luego irrumpió una bridada de jóvenes intelectuales que no comulgaban
con lo que Mario llamó “ el despotismo
iletrado”.
Contra los pronósticos,
Acción Liberal ( Así se llamaba el movimiento político fundado por Mario
Gartner y no por César Gaviria Trujillo, como asevera por ahí un librito
lambón) se fortalecía cada vez mas: en Pereira se obtuvieron dos curules al
Concejo Municipal, lo propio en Armenia,
en Santa Rosa de Cabal y en otros municipios. Por escasos votos no se alcanzó
curul en el Parlamento en cabeza de
Alfonso Jaramillo Arango.
Todo parecía indicar que en
el panorama político de Caldas
próximamente se iban a imponer los programas y hombres de Acción
Liberal. Pero de pronto se alborotó el
cotarro y a la gente no se le permitió{o
pensara “ con la colaboración de los medios nacionales al servicio del
clientelismo”, cosa distinta a la de que se acercaba la anhelada hora de la
“independencia” de las comarcas de Risaralda y Quindío y su liberación del “ feroz centralismo de Manizales”. Al
pueblo le decían que se iba a acabar el
desempleo pues se multiplicarían por
tres los cargos burocráticos.
Mario desde el propio
Concejo Municipal de Pereira, arremetió contra
el clientelista propósito de descuartizar al departamento modelo que tenía ya
ganada destacada posición en el concierto nacional, para entregarle a unos caciques,
a cada uno, su departamento, pues parecía que ya no cabían en uno, y sobre
todo, agregaba Mario, con apoyo de la mayor falacia concebible : la del
supuesto insoportable y ofensivo centralismo manizaleño. Como decía, si en
Caldas no se mueve una hoja, no se nombra un ascensorista, un alcalde y menos
un gobernador, prescindiendo de la voluntad omnímoda de don Camilo Mejía Duque
que reina desde Pereira. Y claro llovieron los salivazos, los hijueputazos, los
alaridos de “saquen al traidor”.
Desde las barras del Concejo
atiborradas con la claque y ante las manoplas, las menguadas y atemorizadas
huestes de Acción Liberal, por nuestra seguridad, fuimos expulsados por la
autoridad. Y por ello estamos contando el cuento, mascullando con vergüenza
aquello de que más vale un cobarde vivo que un héroe muerto.
Mario Gartner se fue
quedando solo, sus amigos políticos de la víspera decían “harto se lo
advertimos pero se empecinó a nadar
contra la corriente”. Sin embargo Mario y un pequeño grupo de aguerridos
jóvenes recorrieron los caminos de Caldas poniendo en evidencia la gran patraña
con éxito clamoroso en Santa Rosa de cabal, Quinchía, Anserma, Pueblo Rico y
Viterbo.
Luego el concejo municipal
de Pereira, con arrestos de Asamblea Nacional a la francesa, no envió a Mario a
la guillotina, pero si decretó su destierro, la pena de ostracismo, y … “Publíquese
en carteles y murales.
Por la noche en su
residencia “Cohapro” ( hoy Los Alamos)
vándalos le llevaron a él, a su esposa e hijos, serenata de bala,
impregnaron las paredes con nauseabunda materia de las que estaban hechos.
Invitado por notables de Manizales, encabezados por el gobernador Efraín
Gartner Nicholls, encontró en dicha ciudad consuelo para sus cuitas y nuevas
fuerzas para continuar su tarea.
Ya en Manizales, Mario se
encontraba en la Sala de Cirugía del Hospital Universitario cuando una
enfermera le avisó que en la portada le estaban esperado unos policías para
ponerlo preso. El resolvió escaparse y como se encontraba en la primera planta
del edificio, se escabulló por la ventana pero lo estaban esperando los
sabuesos que, esposándole, lo llevaron a una comisaría. Aquí se hicieron
presentes, la mayoría desde la calle, muchos ciudadanos de variados estratos y
distintas ciudades. Desde Santa Rosa de Cabal viajamos varios abogados ( yo que
fungía de Notario Público, mal podía
ejercer la profesión, pero nadie me podía obligar a que no pensara y cambiara
ideas con mis colegas).
La defensa dentro del
proceso corrió a cargo de Octavio Echeverri y el inolvidable Gildardo Henao
Gutiérrez Mientras tanto en Santa Rosa de Cabal el Juez de Instrucción Criminal
( que en ese entonces era designado por el ministerio de Justicia para hacerle
mandados a los jefecillos políticos de turno y a quienes en el foro, por sus
arbitrariedades, solíamos- sotto voce- llamar Jueces Criminales de Instrucción)
impartió ordenes de captura contra 50
ciudadanos, entre ellos el doctor Rivera Millán, líder de la Unidad de
Caldas y quien con otros sobresalientes ciudadanos fue encarcelado. La Mayoría,
entre ellos mi hermano Carlos Alberto Gartner Tobón, se escaparon a otros
lares. A los encarcelados de Santa Rosa de Cabal los acompañó todo el pueblo,
que en tiendas de campaña en las calles circundantes montaba guardia.
La sindicación para todos
ellos, incluido Mario, era el de la comisión del delito de asonada ( los que en forma tumultuaria exigieren violentamente de
la autoridad la ejecución u omisión de algún acto propio de su funciones.. art.
469 del Código Penal).
Fuera del delito de opinión
en que incurrieron esos “ bandidos”, ocurrió que como la polarización del
departamento entre amigos de la amputación y los partidarios de la preservación
de la unidad de Caldas, llegó a niveles preocupantes, el gobierno nacional
conformó una comisión de alto nivel ( Darío Echandía, Felio Andrade y un no me acuerdo) dizque para escuchar a
tirios y troyanos y medir sobre el terreno, las dimensiones reales del
problema. Esa comisión en la que bien habría podido inspirarse Shakira para
componer aquello de ciegos, sordos y mudos, no escuchó sino a los jefecillos
políticos ansiosos por distribuirse la burocracia de los tres departamentos. Y
en Santa Rosa en donde habían preparado una imponente manifestación de bienvenida,
no gustó para nada esa actitud y, claro, la gente se alborotó e incurrió en algunos excesos( como la de incinerar las banderas que ondeaban el
Comité Pro-Creación del departamento de Risaralda y apedrear algunos edificios,
propios de lo que los sociólogos llaman la irracionalidad de las masas. Por allí algún pobre de espíritu gritó que el ejército de
Pereira, el Batallón San Mateo, se iba a tomar a Santa Rosa y que todos debían
ir al puente sobre el río Otún para evitarlo. Así ocurrió, se “ armó” la gente
con caucheras y zurriagos y fueron a oponerse a la invasión. Con plausible
prudencia los oficiales del San Mateo ordenaron el retiro de la tropa y nada
más pasó, aunque no faltaron ingenuos que dijeron “ les ganamos, los hicimos
retirar”,
Al otro extremo geográfico,
en la carretera hacia Manizales y en el puente sobre la quebrada la Itálica,
ocurría algo similar, pera esta vez para recibir con júbilo al batallón amigo,
al Ayacucho. Allí estaba los líderes Mario Gartner Tobón y Guillermo Rivera Millán
acompañados de una brigada de damas ilustres. Efectivamente, al otro lado del puente
se divisó la tropa del Ayacucho, afortunada y coicidencialmente comandada por
el coronel Mario Acevedo ( Melino), amigo y ex condiscípulo de Mario en el
Instituto Universitario de Manizales. En
la mitad del puente dialogaron estos caballeros, se abrazaron, y desde allí
solicitaron a la muchedumbre que se fueran para las casas muy felices y
comieran perdices.
Fue todo, propio más de una
hilarante comedia que de una lamentable tragedia y, desde luego, el delito de asonada por ninguna parte. Así se comprobó ante la justicia, los reos
recobraron la libertad y se archivó el proceso. Pero de todos modos la tortura
moral a la que sometieron a Mario y a su familia queda ahí manchando la trayectoria vital de sus verdugos. Sus nombres no los divulgamos por cuanto a
fuerza de cristianos viejos hemos aprendido a olvidar y a perdonar.
Ya creados los departamentos
de Risaralda y Quindío, una nueva clase política se tomó el poder y en el Concejo Municipal de Pereira desempolvaron la infame resolución que decretó el destierro de Mario , la
estigmatizaron y, en cambio, lo invitaron a regresar a Pereira y reiniciar su
actividad políticas. Pero Mario, cuando
otros tantos y el suscrito lo instamos a
que aceptara la invitación por cuanto en política era su momento estelar, nos dijo que ya estaba comprometidos en otra
loable empresa: la de persuadir, desde las instalaciones de Profamilia, al
clero y a otras fuerzas retardatarias, de la imperiosa necesidad de moderar los
ímpetus procreativos se tantos hombres y
mujeres que se toman muy en serio lo de creced y multiplicaos, que en el escenario en el que le correspondió
predicar al inmenso, insuperado e insuperable zarco de Galilea era válido, más no ahora cuando no hay mundo para tanta
gente.
En ese cometido estaba, con
sus periódicas fugas para disfrutar de la verde creación del Señor, del sol, la
luna, los atardeceres y amaneceres en su refugio campestre, cuando súbitamente
y apenas con 58 años de edad, Dios le resolvió su preocupación por llegar a
sufrir las carencias propias de la vejez.
Y hasta aquí…. Pues se me
apagó el candil.
SECUENCIA CRONOLÓGICA
Mario Gartner. Estuvo en la
Asamblea de Caldas en los años 1962-1963.
En 1964 fundó Acción Liberal
y con otros, entre ellos Miguel Álvarez de los Ríos y Julio Sánchez Arbeláez
editaron el periódico Renovación Liberal.
En 1964 accedió al Concejo
de Pereira
En 1966 ocurrieron las
escenas medioevales para las que me faltó fuerza dramático para describir
La llamada “asonada” en
Santa Rosa de Cabal fue en 1966
En 1967 se acogió al asilo
brindado por Manizales y en ese mismo año lo capturaron en Manizales por la
asonada mentada.
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