Alfredo
Cardona Tobón
Catedral de Úbeda en España
Un día del año 1570
pisó tierra ansermeña un rústico vecino
con oro y la ambición de un
título. Para ello acudió a Andrés Valdivia, un leguleyo experto en tramoyas que
lo envolvió en sus redes. Andrés Valdivia viajó a España por cuenta del incauto
cliente y tras un año de intrigas en la Corte madrileña y en las
dependencias del Consejo de Indias de Sevilla, regresó a Anserma con el nombramiento de gobernador, no para su
representado, sino a nombre suyo, a
nombre de Andrés Valdivia, traicionando a quien había puesto en él su buena fe.
En
1572 el Consejo de Indias entregó a Valdivia una gobernación entre los ríos
Cauca y Magdalena, sin fundaciones, con indios levantiscos y sin linderos
definidos. Para ocupar tal gobernación Andrés Valdivia
se las ingenió para interesar a 46 compatriotas que con veinte esclavos
africanos y 500 indios cruzaron el río Cauca, tumbaron selva en la margen
oriental y levantaron un rancherío que
llamaron Úbeda en memoria de la ciudad natal del conquistador de Anserma Jorge
Robledo.
LA
ÚBEDA ESPAÑOLA
Hay
dos Úbeda en nuestra historia: la española y la ansermeña. Por ello al
referirnos a la Úbeda ansermeña por
fuerza tenemos que hablar de la española.
En
la actualidad Úbeda (en España) es un municipio de 402 kilómetros cuadrados con
36.025 habitantes que sobresale en la
Comunidad Autónoma de Andalucía por ser Patrimonio Cultural de la Humanidad,
debido a la calidad y buena conservación de sus numerosos edificios
renacentistas. Úbeda es un centro comercial con numerosa población flotante,
cuenta con varias universidades y es notable por sus olivares y la producción
de aceite de Oliva.
En
cuanto a su fundación existen varias
versiones: El Génesis de la Biblia registra
a Tubal Caín, hijo de Lamech y de Zillah, a quien la leyenda lo identifica como padre de los forjadores del bronce y del
hierro y fundador de Úbeda; si nos
atenemos a la arqueología los primeros asentamientos se remontan a la edad de cobre hace más de seis mil años, lo que hace a esta
población española como la más antigua de la Europa Occidental.
Los
vándalos destruyeron la ciudad y los cartagineses y los romanos la dominaron
durante largo tiempo. En el año 781 d. C, con el nombre de Secura, la antigua
Úbeda quedó bajo el imperio de los
árabes que la fortificaron y
defendieron contra los ataques cristianos.
En
1212 Úbeda era una ciudad cosmopolita de población mayoritariamente musulmana,
con importantes minorías judías y cátaras
procedentes de Languedoc en el mediodía francés.
Los
cátaros o albigenses afirmaban una
dualidad creadora entre Dios y Satanás, predicaban la salvación del alma
mediante el ascetismo y pregonaban el estricto rechazo al mundo material,
percibido por ellos como obra demoníaca.
La herejía
de los cátaros chocó contra la iglesia y en 1208 el Papa Inocencio III enfiló
baterías y organizó una cruzada para reducirlos y destruirlos “por todos los
medios que Dios inspirara”.
Para
redimir a los cátaros de sus pecados se acudió al asesinato y a la violación y
después de la batalla de Úbeda, acontecida en el año 1212, la población quedó en manos de los Caballeros Templarios que acogieron la ciudad
como parte de su vasallaje hasta que en 1312 perdieron la influencia en España
y Úbeda quedó bajo el control castellano.
En
1500 la población de Úbeda, con influencia musulmana, estaba en su máximo
esplendor; en ese año nació Jorge Robledo en esa localidad andaluza en el seno
de una familia noble pero pobre, por lo cual solamente tenía como horizonte servir en la
milicia bajo las banderas de la monarquía.
Seis
años atrás los reyes católicos habían estado en Úbeda; a Jorge Robledo le
contaron que la reina Isabel había
pernoctado en el convento de Santa Clara, le describieron los estandartes y las
tropas reales y soñó con la gloria, con campos lejanos, con fama y fortuna.
Robledo
se preparó para el combate en las guerras de Italia sirvió como capitán y como soldado se alistó
en las campañas de la conquista de México y Guatemala y posteriormente bajo las
órdenes de Belalcázar que lo distinguió
como uno de sus lugartenientes.
EL
FINAL DE LA ÚBEDA ANSERMEÑA
La Úbeda
ansermeña, bautizada así en honor a
Robledo, a orillas del río Cauca, fue un mero espejismo, una pesadilla en medio
de un territorio malsano y enemigo. Por
allí ya no quedaba oro que robar ni
tributos para cobrar. Así, en medio del calor y de los zancudos, el carácter de
Andrés Valdivia se agrió cada vez más
hasta convertirlo en un dictadorzuelo odiado por todos los que lo rodeaban.
Por
lo anterior, el 16 de octubre de 1576 en
plena temporada de lluvias, los ruidos
de los grillos velaban el sueño de los
vecinos de Úbeda, de pronto una algarabía se confundió con el aullido de los perros de monte y una turba
coaligada de esclavos negros y de
nativos irrumpió en el poblado. Ardieron los ranchos, las pavesas encendidas se perdieron entre el follaje de
la selva, la sangre española empapó los senderos enlodados y la Úbeda americana
desapareció para siempre.
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