Alfredo Cardona Tobón
Son innumerables los cuentos que cronistas, narradores
y personas interesadas en crear mitos han adosado a nuestra historia. Veamos
algunos casos que se multiplicarían en los paliques
de amigos aficionados a desenredar hechos pasados..
Empecemos con el cacique Tamaracunga.
Este mandón de los pirsas quiso abrazar el
cristianismo y Lucifer, antecesor del diablo gocetas de Riosucio, para impedir la conversión del nativo lo asedió,
golpeó, lo lanzó a las alturas y lo revolcó en el duro piso mientras legiones
de demonios volaban alrededor como
gallinazos. Asegura el cronista Velasco que hubo necesidad de protegerlo entre
una columna de frailes y que el acosó solo terminó cuando Tamaracunga recibió
la comunión en la iglesia de Anserma.
LAS PESADAS IMÀGENES
Este es un mito que se repite a lo largo de Latinoamérica
en tiempos de la Colonia. En esta región tenemos dos casos: el uno en Anserma y
el otro en Arma. Cuenta la leyenda que en el traslado de Anserma hacia las
vecindades de Cartago quisieron llevarse la imagen de Santa Bárbara, pero ella
no quiso, estaba amañada en la Cuchilla y al lado de los indios tabuyos,
entonces aumentó tanto su peso que fue imposible moverla. La historia se repite con el Cristo de Arma
cuando quisieron trastearlo a Rionegro.
En cuanto al San Antonio de esa misma aldea, pudieron llevárselo sin problema,
pero regresaba a su nicho lleno de cadillos y barro del camino.
LAS MISTIFICACIONES DE LA REPÙBLICA NIÑA
La màs notable es la del 20 de julio de 1810 que no
fue grito de Independencia sino el grito
de un pueblo manejado por los criollos que buscaban más poder y manos libres
para seguir exprimiendo a los más débiles.
El grito de Independencia bogotano lo dio Nariño
cuando tumbó a Tadeo Lozano y desconoció la autoridad del rey.
En cuanto al primer grito de independencia no fue
ciertamente el bogotano, ni el de Cartagena, porque fue en Mompox donde por
primera vez se habló de un gobierno
propio desligado de la metrópoli.
RICAURTE EN SAN MATEO
Sin desconocer
la valentía de Antonio Ricaurte, su vida no se extinguió en “átomos
volando” como dice el himno nacional. Leamos lo que pone Perú de Lacroix en
boca del Libertador en el Diario de Bucaramanga: La muerte de Ricaurte no fue como
aparece- cuenta Bolívar- no se hizo
saltar en un barril de pólvora en la casa de San Mateo que había defendido con
valor; yo soy el autor del cuento, lo hice para entusiasmar a los soldados,
atemorizar a los enemigos y dar la más alta idea de los militares granadinos.
Según narra Bolívar, Ricaurte pereció al retirarse con
los suyos y murió de un lanzazo y un balazo y lo encontraron boca abajo con la
espalda quemada por el sol. Que haya volado en átomos o no, en nada quita la
gloria de Ricaurte.
LA CAPTURA DEL GENERAL BARREIRO
La historia ensalza la memoria de Pascasio Martínez,
el jovencito que cuidaba los caballos de Bolívar. Se dice que tuvo el coraje de
capturar al general Barreiro, comandante de la Tercera División realista y se
asegura que no se dejó seducir por la bolsa de oro que le ofreció el general
para que lo dejara escapar.
Este sí que es un cuento reforzado, quizás inventado
por Bolívar. Después de la derrota en Boyacá el general Barreiro se alejó del campo de combate con uno de sus
oficiales y los dos estaban armados. Es inadmisible que dos veteranos de las
guerras napoleónicas se dejaran reducir por dos mocosos mal armados. Lo que
ocurrió fue que Barreiro y su compañero se entregaron al primer patriota con
que se toparon para que los condujera hacia Bolívar y así salvar la vida
amenazada por la soldadesca enemiga.
Por otra parte Barreiro no podía huir hacia Santa Fe
de Bogotá, porque allí el virrey le cobraría la derrota y sobre todo su
desobediencia al no haber entregado el mando a Calzada, quien seguramente habría
desempeñado un mejor papel en la lucha
contra los insurgentes que venían del llano.
EL NOVIAZGO DE LA POLA
Un oficial inglés de paso por Bogotá poco después de sellada la Independencia,
inventò el idilio entre Alejo Sabaraìn y
Policarpa Salavarrieta para vender la historia a un periódico de Londres. El
escrito caló y vimos el amorío hasta en una excelente telenovela que ha sido
vista en todo el mundo.
Pero Alejo tenía novia, estaba comprometido con una
chica de la alta sociedad de apellido Caicedo, que murió meses después del
sacrificio de su novio. La Pola por su parte, era una muchacha modesta de muy
buena conducta como atestiguan los Almeidas; era amigo de Sabaraín pero nada
prueba que fuera su moza tenía admiradores que le componían versos y se desvelaban
por ella, lo que no harían si hubieran estado enredada con Alejo.
CÀNDIDO LEGUÌZAMO
Es el héroe de
nuestra guerra con el Perú en los años treinta del siglo pasado y hay un puerto
con su nombre en el rio Putumayo.
Càndido fue un indígenas sureño que se alistó en las
tropas colombianas y combatió a su lado a lo largo del Putumayo; murió en Bogotá
víctima de la gangrena, pues se demoraron muchísimo para trasladarlo en avión
desde las lejanas selvas amazónicas.
Los peruanos hirieron a Càndido en una de las tantas
escaramuzas de esa guerra, pero no fue en combate por una posición como lo han
mostrado los militares; a Càndido lo hirieron cuando con otros compañeros intentó
robar unos marranos que cuidadaban en el campamento enemigo.
EN LAS
FUNDACIONES
Hasta hace dos generaciones todos los viejitos de los
pueblos se autodenominaban fundadores. Las pesquisas y las indagaciones
documentales han ido decantando su número y poco a poco van quedando los que fueron verdaderamente fundadores.
Vicente Arango, en Manizales, desbarató el mito de los
Veinte, que el padre Fabo y otros reputaron como los gestores de esa ciudad. En
realidad, a mitad del siglo XIX existía una trocha que unía al Cauca con
Antioquia y pasaba muy cerca de la
actual Manizales, por esos loss veinte
de Neira no fueron los primeros exploradores y menos, aún, los primeros pobladores,
porque cerca de la trocha numerosos labriegos anónimos ya habían hecho sus
abiertos en la selva.
Por el lado de Pereira, el historiador Víctor Zuluaga,
mostró que la famosa misa del padre Cañarte no fue en forma alguna el germen de
la ciudad. La aldea ya existía, los labriegos por cuenta propia habían
construido la capilla y gestionado ante las autoridades el reconocimiento
oficial de su fundación.
En época reciente se quiere instaurar el mito de
Guadalupe Zapata. Pero esta negra no fue tan pobre y desvalida como pretenden
pues recibió un solar en el pueblo y un buen lote rural; no fue la única mujer
cabeza de familia, pues en su condición estaban otras 37 mujeres que recibieron
tierra y no era lo única negra, pues es sabido que gran parte de la población
antioqueña tiene sangre africana, y gran número de colonos llegaron de
Girardota y Otrabanda, habitados,
entonces, por gente de la etnia negra.
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