Alfredo Cardona Tobón
Belén de Umbría en sus primeros tiempos
En el año de 1730 figuró un
caserío indígena en el sitio del “Embarrao”, en las faldas de la cordillera que
se descuelgan al Valle de Risaralda. Ese nombre desapareció de las crónicas y no volvió a
mentarse en los archivos parroquiales ni en los documentos caucanos.. En cambio apareció reiteradamente el de Tachiguí, correspondiente a una
vieja misión de los religiosos de Anserma, que parece recogió a los vecinos
del “Embarrao”
En la época colonial
Tachiguí fue un punto importante en el camino de las Ansermas, allí
pernoctaban los viajeros con destino al
Arrastradero de San Pablo, en el istmo entre los ríos Atrato y San Juan, y
llegaban los devotos de Santa Rosa de Lima a las famosas fiestas en honor de la
Patrona en las cuales fueron legendarios el derroche de pólvora, la música, los juegos de azar y la chicha.
En la guerra de la
Independencia Tachiguí fue una plaza realista frecuentada por las
guerrillas españolas de Mendiguren que mantenían en jaque a las avanzadas
patriotas estacionadas en Arma y en Quiebralomo y donde se aprovisionaban las bandas realistas de Ansermanuevo.
El 26 de octubre de
1855 el caserío alcanzó la dignidad de
Aldea; cuatro años después aparecía anexada al distrito de Papayal, una
población de origen desconocido, perdida en el misterio y cuya historia nada
tuvo que ver con el moderno Belén de Umbría.
En 1860 el general Tomás
Cipriano de Mosquera desconoció el
gobierno de Mariano Ospina Rodríguez y separó el Estado del Cauca de la
Confederación Granadina; los ciudadanos de Riosucio, Ansermaviejo
se levantaron en armas contra Mosquera y solicitaron su anexión al Estado de
Antioquia. Tropas de Nueva Caramanta se unieron a los rebeldes y tomaron el
camino de las Ansermas con el objetivo de hostigar la retaguardia de Mosquera
cuyo ejército marchaba por el Valle del Cauca con destino a Manizales.
El general Francisco
Madriñán ocupó la aldea de Tachiguí y estableció su cuartel general en
espera de órdenes de sus aliados paisas. La soldadesca de Madriñán fue peor que
un huracán y más devastadora que una manga de langostas; no se salvaron cerdos
ni gallinas, acabaron con el maíz, el fríjol, los plátanos y todo lo que se
pudiera comer o vender. La comunidad aterrada huyó hacia las montañas para salvar lo poco que les quedaba y evitar el reclutamiento. Cuando Madriñán
abandonó a Tachiguí dejó una aldea agonizante que
difícilmente podría recuperarse.
REGRESA JESÚS MARÍA LONDOÑO
Días después de la salida de Madriñán del antiguo caserío indígena, Jesús María Londoño regresó a Tachiguí y emprendió la tarea de animar a los viejos pobladores para que regresaran al rancherío.
Jesús María Londoño era un
extraño personaje oriundo del Resguardo de Tabacal del norte antioqueño; pese a su apellido antioqueño era un nativo sin raíces paisas,
afincado en el resguardo de Tabuyo,
adonde llegó con su familia siendo niño y se convirtió en uno de los líderes de
Tachiguí.
Jesús María escribía bien y conocía de leyes; fue un
leguleyo respetable, juez poblador de Pumia y con muchísima influencia política
en el norte caucano; fue sin lugar a dudas el indígena más importante de la
región en el siglo XIX, cuya trayectoria y méritos jamás se han reconocido. Su
matrimonio con Leonarda Ávila, hija de un gobernador del resguardo de Tabuyo, le
permitió desenvolverse entre Tachiguí, Tabuyo y Ansermaviejo,
A pesar de los esfuerzos de
Jesús María Londoño, Tachiguí no pudo recuperarse, La guerra de 1876 marcó el final del poblado cuando las tropas conservadoras comandadas por Sergio Arboleda
ocuparon la Aldea y la arruinaron definitivamente.
El 23 de agosto de 1877 los
comuneros de la parcialidad de Tachiguí
lotearon el Resguardo; de las 11.644 hectáreas apenas 8,225 quedaron en
poder de los nativos; el gobierno radical del Cauca tomó 2.500 hectáreas que
vendió a precio vil al coronel Felipe Ortiz para pagar sus servicios y su deserción de las toldas conservadoras.Por ley se destinó otro gran
lote para área de una nueva población y allí nació Higueronal, una fundación antioqueña adonde
fueron a parar los vecinos de Tachiguí.
Jesús María Londoño, Victor
Impatá, Patricia Quimbaya y demás indígenas se mezclaron con los antioqueños y
su trabajo conjunto en Higueronal dio vida a la aldea de Arenales, embrión de
Belén de Umbría.
En 1896 el padre Anselmo
Estrada construyó una capilla pajiza en Arenale. Como la imagen de santa Rosa
de Lima permanecía en un rancho alejado
del poblado, Jesús María Londoño la condujo en solemne procesión a la capilla
de Arenales, donde sirvió de consuelo a los vecinos en la pavorosa epidemia de
viruela que a fines del siglo XIX segó la vida de Londoño y casi acaba con la comunidad.
Jesús María Londoño fue el
dique que contuvo los atropellos de los
paisas. Después de la muerte de Londoño la parcialidad
quedó a merced de los abusivos. El riosuceño Francisco Bueno escribió en 1905 a
un alto funcionario bogotano: “ … a estos indígenas pobres e ignorantes del
Resguardo de Tachiguí les han hecho a un lado y se les está arrebatando su
parcialidad denominándola como baldía.”
Al fin, los primitivos dueños
de la tierra quedaron sin un terrón convertidos en peones de los invasores. De Tachiguí solo quedó el nombre de una vereda y del Impatá, Quimbaya y demás
apellidos de la zona ni la
muestra en el directorio telefónico de Belén de Umbría, ocupado por los Mejías,
los Arangos y demás familias
colonizadoras.
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