Alfredo Cardona Tobón
Estatua del Putas de Aguadas en la Sede de la Parabolica de Aguadas
PATEPERRO
Y EL BERRACO DE GUACAS
Frases
y motes describían de cuerpo entero a la gente de otrora. El “putas
de Aguadas” fue un campesino de la Mermita, que era camorrero,
enamorado, listo, vividor y aprovechado. El “Berraco de Guacas”
fue un labriego de Santa Rosa de Cabal.
Nunca
pude saber el nombre de “Pateperro”, un mono pecoso que un día
cualquiera llegó a Quinchía procedente de algún lejano rincón
antioqueño; era domador de potros, matarife, ayudante de camión,
gallero y buen bebedor de aguardiente. Para mi era como el “
Capitán Maravilla” de las historietas de entonces y para mi
abuelo era el “Berraco de Guacas”, sobre todo después de la
trágica noche del 29 de noviembre de 1949, cuando junto con los
Bernal se enfrentó a los chulavitas que atacaron al pueblo. Además,
aún hoy, cuando alguien habla del “Berraco de Guacas”, me viene
a la memoria “Pateperro”, ese garrido personaje, que según papá
Luis Angel era el mismísimo “ As Barbado”, tan pantalonudo como
el “Putas de Aguadas”
LEYENDAS
QUE SE PIERDEN
“Pateperro”
era un eximio maestro en los lances con barbera y en las fintas con
machete; conocía las treinta y tres paradas y cuando estaba
chispiado, a falta de otro matón que le hiciera frente se contentaba
con rastrillar la peinilla frente a la policia, mientras
“Cristoviejo”, un alma tominona y sastre de profesión se
embelesaba con los chispazos que Pateperro sacaba al empedrado.
La
leyenda de “Pateperro” se perdió por la falta de cronistas en un
pueblo donde Emilio Betancourth y Julio Uribe eran los únicos que
sabían escribir discursos y redactar cartas floridas. Los ancianos
recuerdan los enfrentamientos de “Pateperro” con los policías y
sus correrías con la tropilla de reques y garañones de Julio Martín
Restrepo por el cañón del río Cauca en medio del trago y las
ardientes mulatas.
EL
PUTAS DE AGUADAS y OTROS PUTAS
Según
don Libardo Flórez, cuyo oficio actual es organizar “ festivales del
pasillo” en el cielo, el “Putas” que sacó a Aguadas del anonimato fue un campesino de la vereda de La Mermita, que además de
camorrero, enamorado y listo era vividor y aprovechado. Su fama fue
tal, que con el correr de los años su apodo sirvió para
identificar a los sobrados de lote, a los meros meros, es decir a
los Putas que como el de Aguadas son los que manejan a su antojo el
territorio que pisan..
“El
berraco de Guacas”, por su parte, fue un labriego de la vereda de
Guacas en Santa Rosa de Cabal, que entretuvo con un caldo de
fríjoles al temido Avelino Rosas, llamado el “León del Tolima”,
héroe de mil combates y guerrero sin par en los campos de guerra de
Colombia y de Cuba. Cuando
todo el mundo temblaba ante la presencia del general Avelino, “El
berraco de Guacas” tuvo la suficiente sangre fría para envolatar al
hambriento comensal que había entrado a pedirle comida. El osado montañero sirvió
arroz con tajadas, encimó un tazón de aguapanela con queso y lo entretuvo de mil maneras dando tiempo que llegaran las tropas
del gobierno y capturaran al famoso guerrero .
Además
de los calificativos de “Putas” y “Berracos”, el doctor
Antonio Mejía en la “ Columna del Oso”, que apareció en el
periódico “La Patria” de Manizales, se refiere, tambien al
Tigre de Amalfí y al alcalde de Apía, comparándolos con aquellos
que no se arrugaban ante el peligro y la muerte.
El
“Tigre de Amalfi”, que hasta disco tuvo, fue un felino que no
dejó res con cabeza en el norte antioqueño. Por eso a los matones
más crueles los comparaban con la fiera; en cuanto al burgomaestre
de Apía se aseguraba que no dejaba antisocial sin su castigo; se
decía que “metía a la cárcel de noche y también metía de
día y cuando no tenía a quien meter, metía a la policía.”
El
doctor Mejía también mienta al
“Puto Erizo” a
quien podemos relacionar con ciertos personajes de nuestra política,
no tanto por diabólicos y perniciosos sino por su capacidad de
transformarse, ya que el Erizo se convertía en gallinazo, en un
racimo de plátanos o en pinche afrechero, al igual que aquellos
honorables jefes de partido que como Gaviria
cambian de tarima al olor de un sancocho..
EN
EL VIEJO IDIOMA
Los
que pertenecemos a generaciones añejas comparamos a los desalmados con Mirús o con
Güainás. Por eso afirmamos que fulano o sutano es más maló que
Mirús o más dañado que Guainás. Eso no lo entienden los muchachos
de menos de cincuenta años; habría que aclarar que Mirús fue un
bandolero local que andaba robando muchachas y
cometiendo todo tipo de desafueros y que Guainás fue un indio del
sur, que al frente de bandas criminales participó en las guerras
civiles de mitad del siglo XIX asolando y quemando sin compasión ni
reatos de conciencia.
Al
contrario de Guainás y de Mirús que tenían el alma podrida, los
“Putas de Aguadas”, los “Berracos de Guacas”, el “Puto
Erizo” y los demás de su especie tenían su punto débil. Fue
sensible Pateperro; en mis recuerdos infantiles quedó grabada su
imágen en un frio domingo de 1949, cuando recorría a caballo las
calles del pueblo, entrando de cantina en cantina llorando la muerte
de su amante suicida, que yacía en el barrio de tolerancia, sin cruz
ni los rezos de un cura compasivo..
LOS
GALLOS DE LOS ABUELOS
En
el lenguaje de los abuelos, además de los putas y berracos, el tigre
de Amalfi y el alcalde de Apía que se usaban como indicadores de los machos machos, se hacían comparaciones con los
gallos: Por ejemplo eran gallos finos Jorge Eliecer Gaitán y el
general Uribe Uribe; gallos espolones los individuos experimentados
y calculadores y gallos mileteros , aquellos pobres diablos que viven
puchados como la mayoría de los colombianos, aguantando los
picotazos de los abusivos que se enriquecen con el trabajo y el
esfuerzo ajeno.
QUE BELLEZA, CONOCER, LO QUE NO SE CONOCIA DE LA IDIOSINCRACIA, DE NUESTRO PUEBLO, PUEBLO. BIEN ESA, LOS FELICITO.
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ResponderEliminarpienso que la cronica perdio validez alguna cuando se mezclo con la politica actual dejando de lado el halo de leyenda de los personajes anteriormente mencionados
ResponderEliminarEstoy mas que deacuerdo con ese comentario.
EliminarQue grandeza hay en la Historia.
ResponderEliminarDeberían de haber muchos mas lugares con esta forma de información. Me pareció excelente la forma como el relato iba tomando forma y los puntos de vista de cada uno de los lugares donde se fue registrando cada uno de los hechos que dio origen a esta leyenda
ResponderEliminarLa estatua no se encuentra en la Casa de la Cultura, está en la parabólica del municipio.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi abuelo "Pacho Noreña" de la finca pito en Aguadas, fuè uno de estos personajes muy conocido y respetado en la region. Mi padre Francisco Javier Noreña Martinez fuè muy amigo de la familia Cardona en Aguadas. Felicidades por conservar en la memoria costumbrista a quienes hicieron parte en alguna ocasion de estas tierras y sus costumbres memorables para algunos y para otros no. Doy fe de ello por mi familia. Gracias al amigo por contribuir de buena manera a la historia de nuestra querida tierra natal AGUADAS- CALDAS. NOTA: Mis disculpas, se me fuè el nombre incorrecto. Mi nombre es JORGE IVAN NOREÑA AGUDELO.
ResponderEliminarMi abuelo "Pacho Noreña" de la finca pito en Aguadas, fuè uno de estos personajes muy conocido y respetado en la region. Mi padre Francisco Javier Noreña Martinez fuè muy amigo de la familia Cardona en Aguadas. Felicidades por conservar en la memoria costumbrista a quienes hicieron parte en alguna ocasion de estas tierras y sus costumbres memorables para algunos y para otros no. Doy fe de ello por mi familia. Gracias al amigo por contribuir de buena manera a la historia de nuestra querida tierra natal AGUADAS- CALDAS. NOTA: Mis disculpas por el nombre,me quedò mal, mi nombre es JORGE IVAN NOREÑA AGUDELO.
ResponderEliminarHermosas historias q ojala no pasen al olvido con las futuras generaciones.
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