Alfredo Cardona Tobón
Baltazar Velez fue cura de Aranzazu- distrito del antiguo Sur de Antioquia
Luego del triunfo liberal en 1877 y la
ocupación caucana de Manizales y Medellín, los liberales tomaron el control del
gobierno antioqueño. Como la iglesia católica fue la gran instigadora de esa
guerra, los vencedores endurecieron las
leyes de inspección de cultos y de libertad de enseñanza con el propósito de
neutralizar la influencia del clero en las comunidades y en los asuntos del
Estado; algunos sacerdotes se sometieron
a las disposiciones oficiales, pero la mayor parte de los levitas no acataron
las leyes que consideraban lesivas a la Iglesia.
Los conservadores del norte caucano hicieron causa
común con sus copartidarios antioqueños y el clero de la región, igualmente
perseguido por los liberales, se solidarizó con los paisas; en el norte del
Cauca se rebelaron los presbíteros Basilio Baena, Tomás Delgado, Antonio
Rentería y José Dolores Córdoba, y en el departamento del Sur, en territorio
antioqueño, tuvo eco la actitud resuelta del vicario Baltazar Vélez que arrastró gran parte de sus parroquianos
en abierto desafío contra las autoridades impuestas por el Cauca..
EL PADRE
BALTAZAR VÉLEZ
No fue un curita perdido entre las montañas como lo
mostró la prensa liberal: fue un lider notable de recia personalidad que no se
amedrentó ante las medidas restrictivas contra la Iglesia Católica.
El padre Vélez nació en 1848 en Hatoviejo ( Bello), en
el seno de una familia pobre, pero de recia fibra; fue un hombre trabajador y
disciplinado que mientras estudiaba en el liceo, laboraba en la escuela
lugareña, componía versos y se enfrentaba en la prensa, a las ideas alborotadas
del "Tuerto"Echeverri, con el mismo estilo y vehemencia de los
libelistas de la época.
En tiempos de
Pascual Bravo, cuando el catolicismo paisa sufrió los primeros embates de los
liberales radicales, Vélez abrazó la carrera eclesiástica. Su prosa y su
entrega lo acercaron al Obispo que en 1876 le encomendó la tarea de viajar a
Quito a recibir los restos del Monseñor
Riaño, muerto en tierra ajena, cuando fue extrañado de su patria por los enemigos
políticos.
CATÁSTROFES Y DIFICULTADES
En el fatídico1878, se sumó a la invasión caucana la
plaga de langosta, el desgobierno, los temblores, un invierno calamitoso y la
inseguridad y los tambores de guerra como resultado de la resistencia clerical
a lo largo y ancho de Antioquia.
En agosto de ese año el prefecto del Departamento
del Sur acusó al cura Vélez de conspiración
e intentó ponerlo tras las rejas. El sacerdote se internó en las
montañas de Aranzazu ; desde su refugio el belicoso sacerdote concitó a los
parroquianos a la lucha contra "los
demonios encarnados" y dio instrucciones para que aislaran a los
funcionarios liberales de la aldea, privándoles del saludo, la conversación,
los negocios de compra y venta, llegando hasta el extremo de recomendar azotes
y golpizas silos liberales no
abandonaban la población de Aranzazu.
Los aranzacitas apoyaron totalmente a su prelado:
los niños no asistieron a clases en las escuelas públicas y los fieles se
internaron por trochas perdidas en el monte para asistir a misa y a los oficios
religiosos presididos por el sacerdote fugitivo.
El padre Vélez
construyó un altar en la oquedad
de un inmenso y centenario pino que denominó "El Árbol Templo" y
"El Pino Santo". "Desde junio
de 1877- escribió el religioso- y
previa bendición correspondiente, quedó
convertido este árbol en pequeña iglesia o capilla, y en una especie
de santuario o lugar de
peregrinación".
Según narraciones de la época, el árbol era enorme,
dentro del pino cabían dieciocho personas y otras veinte se acomodaban en medio
de las raíces que se desprendían de su tronco.
Pese a la orden de captura, nadie movió un dedo para
apresar a Baltazar Vélez. En vista de esta situación el prefecto Víctor
Cordobés, envió la circular No. 90 del 19 de agosto de 1878 a todos los jefes
municipales del departamento del Sur, recordándoles que seguían vigentes las
normas sobre inspección de cultos y extrañamiento de sacerdotes rebeldes y anotaba que el vicario
foráneo de Salamina, pbro. Baltazar vélez, se estaba aprovechando de la bondad
del gobierno y estaba empujando "a los pueblos ignorantes a la senda tenebrosa del
crimen". Añadía en la circular que para evitar que cundiera la
desmoralización, se perdiera la majestad de la ley y se echaran a pique las
conquistas adquiridas a costa de tanta sangre, se debía proceder, de inmediato,
a la captura de Baltazar Vélez y de todos aquellos que fueran contra las disposiciones
oficiales.
Y CONTINÚA SU MISIÓN….
No tuvo pausa la actividad y militancia del padre
Baltazar, sus actuaciones llenan muchas páginas de la historia antioqueña en
las últimas décadas del siglo XIX: en Medellín redacta el "Liceo
Antioqueño" al lado de Fidel Cano y en la "Revista de Antioquia"
escribe junto al "Tuerto" Echeverri. Al celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento de
América, el presbítero escribe un libro donde sostiene, con argumentos, que la
empresa de Colón no fue original, sino que siguió huellas ajenas. En ese tiempo
y en ese momento el libro agitó un avispero en España y América Latina.
En sus
últimos años el sacerdote recorrió varios países de Europa y en un viaje a Venezuela, "el cielo atajó
sus pasos" según escribió Marco Fidel Suárez, al referirse a su maestro y
bienhechor en la humilde escuelita de
Hatoviejo, donde Suárez vio las primeras
luces del conocimiento..
El padre
Baltazar no es el único cura guapo, arrecho y godo en nuestra historia, pero podría tomarse como la muestra más
representativa de un hombre que hubiera dado hasta la vida por defender sus
creencias y que si no murió en un barbecho atravesado por un tiro de escopeta,
fue porque entre sus enemigos unos daban gracias a Dios por ser ateos y los demás eran tan creyentes, que pese a ser liberales, no se atrevían a tocarle un pelo a un cura.
Aranzazu, "el pueblo más pueblo", como dijo Fernando González en su libro Viaje a pie; me parece que ocupa uno de los tres primeros lugares en el mundo en tener población maniaco-depresiva, además de un alto índice de suicidios. Me comenta un amigo que vive allá que ha hablado con varias personas con intentos suicidas, y que varios coinciden en sentir que algo les "jala las patas", cuando están cerca a ahorcarse, una presencia fría como el clima de este lugar, que al parecer solamente se entibia con aguardiente, el cual da nuevas ganas de suicidarse y asi sucesivamente.
ResponderEliminarjotagé gomezó
Características del padre baltazar velez
ResponderEliminar