Alfredo Cardona Tobón*
Una de las características de Pereira es la capacidad de integrar a su
comunidad el gran caudal de personas oriundas de otras regiones, que se han
establecido en la ciudad.Con la elección popular de alcaldes los recién llegados desplazaron a la
tradicional clase dirigente pereirana, con raíces caldenses, de tal manera que
en la actualidad se tiene un concejo donde la minoría son los raizales
pereiranos y políticos de otros lados
mueven el electorado de la ciudad.
A través de los 150 años de vida de Pereira es notable la participación de
los nuevos miembros de su comunidad; en tal forma que entre ellos están los
líderes cívicos más destacados y los ciudadanos más entregados a la causa pereirana.
Recordemos a unos pocos:
LA FUERZA DE LA LEY
El norte caucano, como zona vecina con el belicoso Estado de Antioquia,
estuvo infestada de rebeldes y antisociales que pasaban de un lado a otro de la
frontera; por los lados de Pereira, la banda de Carlos Arenas sembraba la intranquilidad sin que
hubiera quién lo frenara; se necesitaba un hombre corajudo, un hombre de
pantalones y entonces acudieron a
Valentín Deaza Zamora, el coronel liberal veterano de varias guerras y héroe de
la toma de Salamina y del combate de Guacaica. El coronel organizó una partida
y en la población de La Victoria, Valle, se enfrentó con el bandido a quien hirió,
desmontó del caballo y puso tras las rejas. “Lo que pasa es que estoy muy pobre
y mucho me debe el Estado” fue la disculpa del preso.
Pero Valentín Deaza, natural de Chocontá y avecindado en Pereira, no solo
era guapo sino un hombre generoso, cívico, puntal de la justicia y gran
defensor de los intereses pereiranos. En 1907, siendo Deaza alcalde de la ciudad, la camarilla
Gutiérrez había tomado las riendas de Caldas y miraba con displicencia a los
antiguos municipios caucanos; entonces el veterano militar se alió con Santa
Rosa y Chichiná y consiguió que el gobernador fijara los ojos en la región
caucana y la favoreciera con obras públicas y educacionales.
Valentín Deaza impulsó la construcción de la Catedral de la Pobreza, del
Hospital y del Cementerio y ayudó a consolidar la paz después de la hecatombe
de la guerra de los Mil Días. Avecindado en Pereira luchó por ella como si
fuera su patria chica hasta su muerte el 19 de junio de 1933.
UN GRAN HOMBRE SIN DIPLOMAS
Alfonso Jaramillo Gutiérrez nació en Abejorral en 1876, vivió con su
familia en Pácora y con ella se radicó en Manizales donde trabajó como ayudante
de construcción. En 1895 se trasladó a Pereira donde montó una pequeña tienda y contrajo
matrimonio.
Inquieto y colaborador, buen vecino y buen amigo se interesó por los
asuntos de la comunidad pereirana que pronto depositó en Alfonso Jaramillo toda
su confianza y lo llevó a altos puestos de la administración local. Con el
apoyo de su hermano Esteban, notable antioqueño que fue ministro en varias
administraciones conservadoras, Alfonso
Jaramillo fue pieza clave en la creación de la provincia de Robledo con Pereira
como capital.
Alfonso Jaramillo Gutiérrez estuvo atento a todo lo que representara
progreso para la ciudad; tomó la
iniciativa en la construcción de la Plaza de Mercado, la terminación de la
Planta de Agua, gestionó la instalación de teléfonos automáticos, consiguió que
la carretera que unió a Manizales con Armenia pasara por Pereira, y como
escribe Hugo Ángel, el celo cívico de Alfonso Jaramillo llegó hasta el punto de abandonar casi todos
los negocios particulares para trabajar por Pereira. Este gran ciudadano murió
en la ciudad que lo acogió con cariño y respeto el 29 de agosto de 1951.
EL HOMBRE QUE TRANSFORMÓ A PEREIRA
Manuel Mejía Robledo nació en Villamaría el 13 de mayo de 1891 y en 1909
llegó con su familia a Pereira donde se radicó hasta su muerte acaecida el dos
de julio de 1932.
Manuel Mejía R, al igual que Alfonso Jaramillo G fue autodidacta, no necesitó títulos académicos para
convertirse en empresario, ser concejal de Pereira y diputado en Caldas y
convertirse en el motor del desarrollo
pereirano en la segunda década del siglo XX.
Con Ricardo Sánchez y otros grandes ciudadanos fundó la Sociedad de Mejoras
Públicas que impulsó la construcción de carreteras, caminos, calles, plazas y
parques pereiranos.
Manuel Mejía Robledo fue el gestor de la Cámara de Comercio, del Cuerpo de
Bomberos y de la Policía Cívica; fue
socio de firmas exportadoras de café y de la Compañía Constructora de Pereira
que urbanizó los sectores de San Jorge, San Germán y Santa Teresa. Toda la
infraestructura de la ciudad, escribe Hugo Ángel, la avizoraba Mejía Robledo;
podría decirse que echó a caminar a Pereira con sus ambiciosos proyectos. No
hubo una sola obra en la década de los veinte del siglo pasado en la que no
estuviera vinculado el nombre de Manuel Mejía Robledo.
Pereira tuvo la suerte de acoger personas como Valentín Deaza, Alfonso
Jaramillo y Manuel Mejía en épocas pretéritas y
también en épocas recientes: recordemos al doctor Jorge Roa Martínez, un
boyacense de Guateque que fue alcalde de
la ciudad en 1950, Magistrado del Tribunal Superior, fundador de la Universidad
Tecnológica e impulsor de numerosos proyectos que siguen trayendo progreso a
Pereira. Y como el doctor Roa otros ciudadanos oriundos de otras regiones
colombianas han contribuído al progreso pereirano como Benjamín Maya en el
aeropuerto Matecaña, el padre Antonio José
Valencia con su lucha titánica por la Villa Olímpica y muchos más que agotarían
las cuartillas para mostrar las obras que han
hecho de Pereira la ciudad que admiramos al cumplir sus 150 años de
vida.
*
Leyendo este texto, recuerdo a mi abuelo Toño, quien era de El Retiro(Antioquia) y llegó a Pereira hacia 1920, con su madre, sus hermanos mayores y una recua de mulas, haciendo el trayecto a pie durante semanas enteras y su madre arreando a sus hijos igual que a las mulas. El siempre vivió en Pereira, en donde fue bombero y contador. Me hablaba de Manuel Mejía Robledo con gran admiración y tambien de Benjamín Tejada, padre de Luis Tejada (de éste último no me hablaba, talvez por desconocimiento o porque mi abuelo odiaba al comunismo).
ResponderEliminarMe gustaría una historia de la masonería en Pereira; siempre he escuchado su gran influencia en la ciudad. Un pariente mío, Marceliano Ossa, fue masón, alcalde la ciudad, impulsor de obras como el Parque Olaya Herrera y en su honor la cárcel de menores lleva su nombre. Era educador, estoy hace rato por averiguar mejor sobre él y los masones en la ciudad. De las pocas cosas que conozco de él, es que una hija suya habla con acento ceceado al pronunciar el apellido Ossa, algo típico de ciertas familias caldenses, que causa risa ahora.
jotagé gomezó
La Academia Pereirana de Historia con el diario La Tarde han publicado un libro titulado "Al recio empuje de los titanes" sobre la Historia de Pereira. Allí se habla de la masonería Puede conseguirlo en las oficinas de La Tarde o con la Academia Pereirana.
EliminarGracias Señor, en algún momento cuando esté de nuevo en Colombia, buscaré ese material. Muchas felicitaciones por su blog, es una gran fuente de conocimiento para mí y todo un ejercicio de memoria personal, que estoy desarrollando.
Eliminarquien de ustedes sabe cual es el numero de escritura por la cual el señor pauloe salazar osorio dona un lote para construir la plaza de mercado de pereira en 1923
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