Solamente pude compartir con
Julio César los últimos meses de su vida; a fines del año 2012 lo invité a
regresar a la Academia Pereirana de Historia y de inmediato retornó a las
tertulias, aportó ideas y volvió a esgrimir ese carácter vertical, valiente y
diáfano que a través de toda su vida lo enfrentó con falsos apóstoles, con lo
héroes de pies de barro y los “prohombres” que se han creído dueños de la
verdad y la virtud.
Si el tiempo lo hubiera
permitido, si hubiéramos recorrido juntos otro tramo de nuestras existencias,
hubiera sido uno de mis amigos, pero los arcanos de la Providencia Divina
tienen su hora y esa hora lo llegó de improviso a Julio César, cuya ausencia
sentimos todos los días.
El día de la sesión solemne
en honor a nuestro amigo no hubo caras largas, ni llanto, hubo risas y gratos
recuerdos, porque de eso se trataba. Por esa razón su amigo del alma, Oscar
Jaramillo, honró su memoria con anécdotas, con vivencias y con episodios de ese
Quijote que se estrelló muchas veces contra los molinos de viento.
En la página de este blog se
recoge el escrito de esa sesión solemne
que muestra un hombre que como el poeta pudo confesar que había
vivido.-
Alfredo Cardona Tobón-
PRESENTACIÓN
DE JULIO CESAR JARAMILLO VASQUEZ
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POR OSCAR JARAMILLO O -
Hijo de Teodoro
Jaramillo y Colombia Vásquez, nació en Pereira en 1943.
Hizo sus estudios en
el Liceo Pereira y se graduó de bachiller en el Colegio San Luis de Manizales.
Viajó Italia con el
ánimo de estudiar arquitectura y regresó al país a la muerte de Vicente Jiménez,
quien fuera su padre de adopción y de quien en compañía de su hermano Héctor Manuel,
recibieran una gran herencia representada en múltiples inmuebles y fincas.
Con Julio César
tuvimos una gran amistad de medio siglo. Junto a su hermano Héctor Manuel, sus primos
Diana, Antonieta y Libero Mercuri así como con Hernando Sabogal, Alberto Rahaal,
Bartolomé de la Roche y quien esto escribe hicimos el primer y último festival
del Arte y la Cultura en Pereira en el año de 1965, a dicho festival acudió la
plana mayor del nadaísmo: Gonzalo Arango, Eduardo Escobar, Elmo Valencia, Jota
Mario Arbeláez, retardado sexual como se presentaba y Pablus Gallinazo. Asistió
Santiago García el dramaturgo y pintores como Germán Tessarolo y J.Olabarrieta.
En dicho festival,
como estábamos bajo el estatuto de seguridad del presidente Julio César Turbay,
fuimos interceptados por el ejército sindicados de conspirar contra el régimen.
Gracias a la intermediación de la arquitecta Diana Mercuri quien se identificó
como funcionaria de Planeación Municipal, fuimos liberados.
Julio César incursionó
en muchos quehaceres de la vida, fué ganadero y fabricante de productos lácteos
en su Finca la Aurora en la vía Armenia. También lo hizo en Bogotá en una finca
en la Sabana.
En la finca La
Aurora, instalamos una máquina marca Diábolo para fabricar mantequilla.
Planificando el futuro del negocio le sugerí que el slogan para el producto fuera:”
Mantequilla La Aurora, la mejor por ahora¨”.
En esa finca hicimos
muchas reuniones de gente con inquietudes
intelectuales.
Pablus Gallinazo
andaba con Rosita, quien portaba un collar con una cápsula de cianuro, para
cuando quisiera liberarse de este mundo cruel, como efectivamente lo hizo años
mas tarde.
En una navidad con
deseos de elevar un globo y ante la falta de papel de seda, le propuse a Julio
que hiciéramos uno de papel periódico, según mis cálculos si lo hacíamos lo
suficientemente grande tendría que elevarse. Hicimos uno de 32 hojas, o sea 64 paginas,
el cual elevamos no una, sino dos veces.
Continuó con sus
labores de ganadería en una finca que alquiló en la sabana de Bogotá a orillas
del mismo rio. Una mañana su mayordomo
lo despertó informándole que el rio se había incendiado. Efectivamente los
solventes que las tenerías del Villapinzón depositaban en el rio, se habían
inflamado y bajaban llevados por la corriente.
Se involucraba en las actividades que generaban adrenalina,
así lo vimos en competencias de lucha libre en el coliseo menor.
Fue corredor de Karts
a finales de los años sesentas, posteriormente compitió en varios ralleys en
diferentes sitios del país piloteando su Ford 54 o el Simca 1000.
En un circuito en el
sector de Mercasa Julio compitió con Juan Pablo Montoya quien estaba haciendo
sus primeros pinitos. Como la regla de estos circuitos era que a quien le
cogieran una vuelta de ventaja estaba obligado a hacerse a un lado y dar paso
en este caso a Juan Pablo, pero Julio
quien era terco como una mula se negaba a hacerlo, por lo que al sobrepasarlo
en una arriesgada maniobra, le soltó un madrazo que le quedó vibrando en el
oído por mucho tiempo.
El mantenimiento de
su kart lo hacíamos en la fabrica de mi propiedad.
Con su hermano Héctor
Manuel aportaron los terrenos y parte del capital de la venta del Edificio
Vicente Jiménez, para asociarse con Jaime Ceballos y fundar el cuarto parque
cementerio en Colombia llamado Prados de Paz, en inmediaciones del Aeropuerto
Matecaña.
Después de un largo
litigio con el Obispo Darío Castrillón y el Abogado César Augusto López
perdieron la participación que tenían en dicho parque cementerio.
Con el gran sentido
del humor que siempre mantenía comentó acerca de este fracaso: “Es muy difícil
hacer negocios con gente que se viste por la cabeza”, refiriéndose a los curas
que usaban sotana y a las mujeres que vestían batas en esa época.
Estuvo viviendo un
tiempo en Nueva York de donde regresó para dedicarse a su profesión de piloto
comercial.
Estuvo un tiempo
instalado en Capurganá haciendo turismo con su avión Piper Arrow. Gran conocedor
de la geografía nacional, un viaje con él a cualquier región del País se convertía
en una lección de geografía, pues conocía los nombres de cuanta quebrada, rio,
laguna o montaña sobrevolaba.
Varias veces estuvo a
punto de accidentarse como cuando en búsqueda del avión siniestrado de Gustavo
Gaviria en compañía de mi hermano Ariel estuvieron muy cerca de estrellarse en
la serranía del Baudó, por un extraño fenómeno de nubes que se formaron
alrededor del avión e impidieron la visibilidad por completo, lo que ocasionó
que los coordinadores de la búsqueda los dieran por perdidos.
Fué piloto de
fumigación y con su gran sentido humor comentaba que la aviación era la
profesión mas peligrosa del mundo, pues mucho pilotos se habían muerto de
hambre.
Este sentido del
humor era genético pues su padre Teodoro era considerado una especie de Mark
Twain criollo, sus dos libros, El hombre de la jaula y Un homenaje inesperado, así
lo confirman.
Gran dibujante,
participó en colectivas con sus carboncillos de gran calidad.
Fue periodista
deportivo en La Tarde con sus notas sobre automovilismo.
Trabajó como corrector
de textos en la empresa Cekit, escuela por correspondencia en el aérea electrónica.
Costa Rica desarrolló en este campo una gran industria que complementa sus
ingresos por turismo, gracias a esta compañía.
En la Notaria Quinta
con Beatriz Echeverry, entraron en la era digital sistematizando todo el
proceso notarial.
Buen caminante con el
grupo Cordada 14 recorrimos buena parte de territorio de Risaralda. Hicimos el
tramo Santa Rosa El Manzano en dos etapas, verificando el camino del nivel, que
mencionara Euclides Jaramillo en su libro Terror. Con los académicos Emilio Gutiérrez,
Julián Chica y Álvaro Franco buscamos la posible ubicación de la aldea Condina.
Cuando se le salía el
quijote que casi todos llevamos dentro, le daba por desfacer entuertos, así lo
vimos en la campaña que juntos emprendimos contra la construcción de un hotel
de turismo en la laguna del Otún.
Para tal fin ubicamos
un kiosco en la plaza de Bolívar para recoger firmas contra el proyecto que
considerábamos como un atentado ecológico contra un sistema tan delicado. El
Ministro de ambiente Eduardo Verano de la Rosa se vió obligado a reversar el
mencionado proyecto que la prensa local califico como el monstruo de la laguna.
En uno de los tantos
viajes que hicimos juntos fuimos a parar al Chocó, en compañía de mi hermano
Ariel, buscando un sitio para hacer minería de oro ya que éste había sido
desplazado por la guerrilla y los paramilitares del norte de Antioquia. Viendo
los desastres que la compañía Chocó Pacific había hecho en el rio Atrato convencimos a mi hermano de que
desistiera de ese proyecto.
Fué comunero, cuándo incursionó
en política en la Comuna Universidad, siendo
la mano
derecha de Carlos Alfredo Crosswhite, en la veeduría ciudadana para la
ampliación de carrera novena, donde denunciaron todas las irregularidades en la
compra de predios, así mismo como las
inconsistencias encontradas en las
Autopistas del Café y en el sistema
integrado del Megabús.
En la Academia
Pereirana de la Historia lo vimos denunciar las irregularidades que en su
momento encontró. Dejo para la Academia preparado los temas para el segundo
número de la revista Pindaná de los Zerrillos.
Compartimos con Julio
Cesar la veeduría ciudadana para el Aeropuerto de Matecaña, donde ya en su
precario estado de salud me correspondió informarle los resultados obtenidos
con la fracasada licitación para la construcción de la torre de control y la
ampliación con llenos en ambas cabeceras de la pista, por parte de la firma
contratista Icsa.
Vivió de acuerdo a
sus capacidades y principios, poseedor de un gran sentido del humor, era
frentero y apasionado en las causas en las cuales se involucraba.
“Confieso que he
vivido “
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5 jul.
(Hace 1 día.)
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ALFREDO
Por puro
azar, porque te sigo es a través de tu página en el suplemento de La Patria,
me topo con el blog tuyo en el que se habla de JULIO CÉSAR
JARAMILLO VÁSQUEZ, con motivo de su muerte. No tenía idea y me ha sacudido.
Hacía
años no me veía con él -muchos más de los que no te veo-, pero hizo parte de mi
vida como condiscípulo en San Luis Gonzaga y fue conmigo con quien tuvo el
primer contacto cuando vino a terminar su bachillerato.
Fue todo
un personaje, quedó identificado por los compañeros como "el
pereirano", y en unas fiestas, dado su orgullo, su carácter recio y
francote, pero también, por su aspecto atractivo de "buen mozo" -
tendría 16 o 17 años- y por pura chacota, lo elegimos "rey de los
feos", a lo que después de la sorpresa, con rapidez mental, se amoldó, y
nos siguió la corriente hasta disfrutar como el que más.
Con el
tiempo me hice más amigo de su hermano Héctor Manuel, que frecuentaba a
Manizales visitando sus amigas poetas, a tu parienta Gilma de los Ríos en
primer lugar. Y yo estuve en su casa en una o dos oportunidades. Sí que se fue
pronto, pero de este hecho repentino me informé casi de inmediato. También
vivía la vida con intensidad.
A él le
preguntaba por Julio César, lo mismo a mi familia, la muy extensa que tengo en
Pereira, Alvaro Zuluaga Ramírez entre ellos, porque conocían y eran amigas de
doña Colombia. (Me parece inclusive que emparentaron.- Alvaro sabrá) Y
nunca presumí de amistad pero sí del privilegio de haber conversado con el
maestro Teodoro, de apreciar su gracia, y su distante ironía.
Cuando
trabajé en el Geográfico en esa ciudad, fueron muchas las fichas catastrales a
nombre de don Vicente Jiménez que pasaron por mi mano o que certifiqué con mi
firma.
De modo
que directa o por interpuesta persona -o hecho- Julio César Jaramillo, aunque
más imagen que presencia, pertenece a mis recuerdos. El comentario
afectivo y humanísimo de su amigo Oscar, me ha hecho remover la suya. Muchas de
tus historias, Alfredo, me han tentado, porque merecen ser glosadas, pero ésta,
tardía en mi conocimiento que le cedes al señor Jaramillo, aunque parezca ya
historia, es para mí demasiado actual y por serlo en su sentido auténtico, me
ha hecho agolpar todo un pasado.
Con un
gran abrazo,
Hernando Salazar Patiño
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSr Felipe Preciado quisiera saber mas sobre Miriam Jaramillo de Preciado, La busque en Barinas La capital del Edo en 1998 y 99 sin resultado alguno, Quien le escribe Ricardo Jaramillo B. .. arricardojaramillo@hotmail.com o arricardojaramillo@gmail.com
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