Alfredo Cardona Tobón
La rebelión del cacique
Ocuzca y la enconada resistencia de los nativos del Chocó hicieron que Jorge
Robledo extendiera sus operaciones por la banda izquierda del río Cauca y
estableciera las avanzadas de Plasencia, Morga y Guntras , como lo relata Juan
de Velasco  en su Historia del Reino de
Quito.
Los españoles identificaron
esos puestos militares con nombres que recordaban a la lejana Patria, fueron fundaciones
efímeras, que apenas se mientan en las crónicas de la conquista,  y que desaparecieron arrasadas por las tribus
del Chocó.
Plasencia aparece en el año
de 1539 y termina tres años más tarde Generen un sitio cercano al  poblado de Arma;  Plasencia tan solo duró tres años, pues al
fundarse la aldea de Arma los vecinos se instalaron en el nuevo poblado.
Generalmente los españoles
replicaban los nombres en sus descubrimientos y fundaciones ; Plasencia, por
ejemplo, llevó  el nombre de una ciudad
de la provincia de Cáceres en España, establecida    en
1186 por el rey Alfonso VIII de Castilla en los límites con los reinos
musulmanes. La Plasencia europea  cuenta
en la actualidad con cuarenta mil habitantes que conservan celosamente su
historia y sus leyendas como el de un  torero salvado milagrosamente por la Virgen
María.
De la Plasencia americana
todo lo ignoramos, quizás haya algún hecho portentoso en los Archivos de
Indias; no tendría nada raro en esa época de la 
conquista, cuando según los cronistas, 
el  apóstol Santiago  cabalgaba en un brioso caballo blanco al
frente de las huestes españolas que hacían frente a los indígenas..
Los vecinos de
Ansermaviejo,  de acuerdo con Juan de
Velasco, establecieron  cerca de la
ciudad el campamento de Morga, en recuerdo de un sitio de ese nombre en el país
vasco En la moderna España se contabilizan unos doscientos morgatarras y de la desaparecida
Morga ansermeña solo quedó un  reglón consignado
en la extensa  Historia de Quito.
LA ALDEA DE GUNTRAS
En  las cabeceras del río Risaralda ,Jorge
Robledo fundó en 1542 la aldea de Guntras; el caserío estaba asentado en el
pequeño valle donde actualmente se levanta 
la cabecera del municipio de Mistrató y constituyó por largo tiempo  la entrada a territorio del Chamí, un vasto
dominio de  selva y humedad, de oro y
eterno abandono..
En 1540 salió de  Guntras  la  expedición
del tenebroso Gómez Fernández, un lugarteniente de Robledo,  en compañía de 50 hombres, perros carniceros y
algunos caballos. Era una campaña punitivo con el  propósito de doblegar a las trilbus chocoes,
pero falló en su intento y hubo de regresar a la ciudad de Anserma sin perros
ni caballos y con  la vergüenza de la
derrota. 
En 1601  se rebelaron los jíbaros de la gobernación de
Quito y varias  tribus de la Nueva
Granada; la gente de Cartago contuvo a los noanamaes en tanto las  comunidades de los tabuyos, los guáticas y
quinchias  les hacían frente creyendo que
el ataque iba dirigido contra ellos.
Los chocoes y los pozos
acosaron a la gente de Arma y los zitaraes destruyeron la ciudad de Toro matando
gran número de vecinos y secuestrando las mujeres mientras los noanamaes sorprendían
a los vecinos de GuntraS y arrasaban  para siempre ese poblado.
OTROS  CASERÍOS
En 1724 los misioneros
franciscanos fundaron en el paraje de Altamira el caserío de Juan del Chamí y en
la vía  al Atrato los nativos levantaron a
San Juan de Tatamá. En el sitio donde los españoles establecieron a Guntras se
fundó el poblado de Arrayanal en territorio del resguardo indígena de ese
mismo  nombre. En 1843 Arrayanal contaba
con 1034 vecinos y era un distrito del Cantón del Atrato con capital en Quibdó,
con pobreza tan extrema  que su humilde
capilla  no contaba siquiera con los
elementos básicos del culto.
En 1907 el  inspector Teófilo Cataño describe a Arrayanal
como un pueblo de miseria con una iglesia  
desvencijada, donde se celebraba misa una vez al mes y por cuyas calles
deambulaban indios desnudos que creían que los “racionales” o cristianos
entraban y salían del cielo a su antojo.
 Arrayanal 
fue un distrito chocoano con el nombre de Chamí, luego quedó bajo la
jurisdicción de Ansermaviejo y de Nazareth, fue corregimiento de  Quinchía y posteriormente hizo parte de Belén
de Umbría, de donde se segregó  para
elevarlo a la categoría de un municipio  denominado Risaralda  que  a
partir de  1925 se conoció como Mistrató.
Al primitivo  Arrayanal llegaron refugiados  de las guerras civiles que azotaron al Estado
de Antioquia a lo largo del siglo  XIX.
En 1864 sus vecinos se unieron a los habitantes de  Riosucio y Anserma en su rebelión contra el
gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera.La guerra de los Mil Días fue
particularmente cruel en Arrayanal y a lo largo del siglo XX su extens curas
fanáticos durante el gobierno de Ospina Pérez.
Mistrató es un pueblo bonito
de historia desconocida, con tierras por explotar y el flagelo de grupos
delincuenciales  en los límites con  el Chocó .Es una tierra por descubrir donde
en tiempos idos tuvieron su territorio los resguardos indígenas de Arrayanal y
del Chamí y donde en tiempos recientes se establecieron comunidades emberas
procedentes del Chocó.

Comentarios
Publicar un comentario