LOS PANCHES*
Alfredo
Cardona Tobón
Numerosos
pueblos originarios desaparecieron con su
cultura desde la llegada de los
españoles a tierra americana. Los panches se cuentan entre esos pueblos que vencidos,
vilipendiado y, humillados fueron exterminados por la espada y por la cruz.
Las
huellas de esas comunidades quedaron en
las crónicas de los conquistadores
españoles. Si embargo tales escritos deben aceptarse con reservas de inventario porque son fantasiosas y llenas de prejuicios, en ellas tildan
a los nativos de antropófagos, sodomitas, falsos, mentirosos y
traidores mientras muestran a los conquistadores como dechados de valor y de virtudes a quienes debemos agradecer porque nos trajeron la lengua, como si los
ancestros fueran mudos, y mostraron a
Dios como si los pueblos originarios
no lo
hubieran reverenciado en las nubes, en la tierra y en la naturaleza
toda.
A
los indígenas se les catalogó como seres irracionales y sin alma que había que cruzar con blancos y con negros
para poderlos civilizar y los asesinaron
porque se opusieron a la esclavitud utilizando para ello los métodos más crueles incluyendo la contaminación de sus aguas con
cadáveres y animales descompuestos y talando
sus cultivos para matarlos de inanición .
Es
muy poco lo que se conoce de los panches, se sabe que ocuparon la vasta zona que hoy comprende el Tolima, el Quindío, el oriente caldense y
parte del Magdalena medio, se sabe, también que eran de origen Caribe y limitaban
con los dominios de pijaos,
pantágoras y muiscas con quienes
sostuvieron una larga lucha por el territorio y la supremacía militar y religiosa..
La
existencia de los panches estuvo ligada a los chibchas o muiscas
cuya división entre los zipas y los zaques debilitaron esta comunidad
que cayó fácilmente y quedó bajo el
dominio de los europeos. Los panches no
constituyeron una nación, estaban agrupados en pequeños cacicazgos o señoríos que compartían
lengua y costumbres, pero se gobernaban con independencia y autonomía. No
existía un gran soberano sino síquimas o caciques escogidos por los chamanes,
los ancianos y los acaymas, que era una élite exaltada por su valor y sabiduría.
Los síquimas gobernaban toda su vida, aunque los podían
degradar ante situaciones críticas que exigían un jefe que orientara a su gente.. Los panches
sostuvieron una larga resistencia solos o en alianza con otras tribus , en el
siglo diecisiete se unieron a pijaos,
quimbayas y umbras en un frente común
que pretendió borrar la presencia española y cristiana de sus territorios, pero las divisiones internas lo
impidieron y una por una las tribus fueron dominadas por los invasores europeos
En
agosto de 1537 los españoles apoyados por los muiscas se enfrentaron a los panches
en Tocarema, fue una sangrienta batalla donde los muiscas llenos de pánico
buscaron protección resguardándose bajo los caballos , pero la muerte del síquima
panche marcó la derrota de su gente. La
ocupación de los territorios panches
empezó por Guataquí, donde se reunieron los conquistadores Quesada, Federmán y
Belalcazar para iniciar la campaña en
busca de El Dorado. Posteriormente los
españoles apoyados por los muiscas
atacaron la zona de Zipacón
iniciando una guerra que terminó
con la muerte del cacique Tocaima.
Tras 70 años de lucha los españoles rodearon los asentamientos de los panches con misiones y pueblos de indios sometidos y en una campaña de exterminio el gobernador Juan de Borja debilitó a los panches que mal armados, con garrotes contra espadas de acero, destrozados por perros carniceros y protegidos por mallas de algodón en vez de cotas blindadas retrocedieron acosados por el hambre y por los arcabuces que aunque ineficientes y difíciles de manejar llenaban de terror a los indígenas. Valientes osadas e inteligentes las mujeres tomaron parte en la defensa de las aldeas y ejercieron como diplomáticas las misiones de paz, eran conciliadoras, cosechaban, tejían y fabricaban piezas de cerámica al igual que manejaban el arco y las flechas.
Juan
de Castellanos describe a los panches como gente robusta, diestra y suelta en
el manejo de la lanza, de la maza y las flechas venenosas. Los guerreros insertaban canutillos de oro en las
perforaciones que hacían en sus labios y orejas. Los panches combatían en
silencio sin la algarabía de otros nativos y preferían hacerlo de noche, a la
luz de la luna que consideraban una de
sus más veneradas deidades. Los panches preferían capturar a sus enemigos para esclavizarlos o hacer rituales pero
huían cuando en los combates se quedaban sin
jefes, debilidad que aprovecharon los españoles al dirigir sus ataques
sobre los síquimas para desbandar a los combatientes. No obstante, los panches no fueron en verdad un reto
militar ante la superioridad de los conquistadores
Los guerreros cargaban una especie de mochila de cuero donde llevaban los dardos, la lanza y la maza. Muchos fueron los héroes panches, entre ellos se recuerda a los caciques Ambalema, Yuldama, Leriguá, Ciricua y Colandaima. En la mitología de los panches el dios Nanuco tenía poder sobre lo bueno y lo malo, Eleani representaba el demonio, Lulumoy era el Creador, la luna o Quininí regía en los cielos y la princesa Tulima era la señora de las nieves.
El
lenguaje panche enriqueció el castellano
y ha quedado plasmado en petrogrifos,
dentro de sus vocablos figuran guámbito,
guacharaca, guama, ,guarapo, mamey, tegua, nigua, totuma. Los panches
eran alfareros y orfebres y expertos curanderos. Entre las creencias religiosas
se anota que para ellos la muerte no era el cese de las funciones
vitales sino parte del ciclo de la vida. La existencia panche estaba llena de
simbolismos.
Como
vemos los valores panches representan
una cultura que se aleja con creces del concepto distorsionado que le dieron
los cronistas y los clérigos españoles; en las comunidades no hubo
discriminación sexual, se protegió a viudas
y huérfanos, el canibalismo fue
ritual y no una costumbre y las
guerras no tuvieron las connotaciones de
crueldad y exterminio que caracterizaron a los
europeos,
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