LAUREANO GÓMEZ CASTRO SEGUN CALIBAN


LAUREANO GÓMEZ  SEGÚN  CALIBÁN- Septiembre 7 de  1940-

Alfredo Cardona Tobón
 
                                              Laureano Gómez Castro
 
 
En un articulo  escrito en el periódico "El Tiempo" de Bogotá el periodista Calibán definió así al jefe supremo del partido Conservador colombiano, Laureano Gómez:

“ Esta vida tumultuosa, tan llena de peripecias,  tan agitada y variada,  ha sido en realidad esteril e infecunda,  como el desierto agitado por el  simún. Quizás no presenta la historia colombiana otro ejemplo de hombre público que haya hablado más , provocado mayor alboroto y obtenido menos realizaciones.. Su máxima obra política fue la abstención . Y a poco que hubiera insistido en ella , habría acabado con el conservatismo.

Ni el conservatismo ni su jefe saben  que buscan hoy y para donde van. Atacar, perseguir,  denunciar, vociferar, agitar sin tregua. ¿Para quié?- ¿Para fundar un nuevo orden de cosas?. No.  Porque el caudillo nunca busca resultados positivos. Para destruir, que algo saldrá de las ruinas.

Primero fue la acción intrépida. La amenaza de dar muerte a los candidatos liberales que fueron elegidos por la región de El Guavio... Ahora han lanzado una segunda edición de la intrepidez y nos tiene ofrecidos el atentado personal y la guerra civil y sabe muy bien que esta amenaza no es tan  vana como la de la Acción intrépida porque,  para la época en que le toque cumplirla,  las abominaciones  que estamos presenciando  en todo  el mundo  y las aún peores que nos tocará ver, habrán creado clima propicio a la comisión de los delitos que nos ha profetizado.”

LA ACCIÓN INTRÉPIDA

En enero 16 de 1939 con motivo de los graves sucesos acaecidos el 9 de ese mes en Gachetá, donde murieron violentamente varios ciudadanos de filiación conservadora,  el jefe conservador de Manizales Aquilino Villegas publicó en el periódico El Siglo un editorial que se convirtió  en una proposición de la Asamblea Conservadora de Cundinamarca conocida como “La Acción Intrépida”:

Este es el editorial en mención:

Si la convivencia es imposible porque la chusma liberal logra espantar al gobierno del señor Santos y le obliga a replegarse con sus ideas de respeto por los derechos de los conservadores,  no nos queda más recurso  que el derecho natural de la propia defensa y debemos aconsejar a todos  nuestros copartidarios armarse de medidas elementales,  mostrando que no somos mancos y que donde quiera que podamos ser fuertes,  rescataremos por la fuerza nuestro derecho  y que es peligroso atentar contra nosotros,  más peligroso  para los jefes que para las turbas.

Un ejemplo  de tales medidas sería elemental;  y se hable de organizarse secretamente en cuerpos de autodefensa . Dondequiera que sea saboteada una reunión de los nuestros procurara reunirse con suficiente fuerza para sabotear al adversario.”

LA MASACRE DE GACHETÁ

La masacre de Gachetá, fue un crimen cometido el 8 de enero de 1939 en la población homónima, ubicada en Cundinamarca, Colombia, a aproximadamente 100 km de distancia de la capital, Bogotá. Los hechos tuvieron lugar durante la presidencia de Eduardo Santos, miembro del Partido Liberal Colombiano.

Los detalles del suceso han sido motivo de controversia, pero la versión oficial arrojó un saldo de 9 muertos y 17 heridos, todos afines al Partido Conservador Colombiano.[1]

Aunque éste fue un hecho de orden público y no político, resultó siendo aprovechado por el Partido Conservador que desató un escándalo en el periódico El Siglo, afirmando que todo         este hecho lo había ordenado el gobierno del presidente Eduardo Santos. ​
En las elecciones presidenciales de 1938 ganó el liberal Eduardo Santos. El líder conservador Laureano Gómez, había decretado la abstención de sus partidarios durante los comicios, pero permitió la participación de su partido en las elecciones legislativas y municipales de 1939 (celebradas en marzo y octubre).[1]
                

Finalizando de esta forma cinco años de abstención del partido,[1]​ los votantes se encontraban en medio de un clima de mutua hostilidad entre los dos partidos.[3]​ Es en ese contexto que el domingo 8 de enero de 1939, el directorio departamental conservador, organizó en Gachetá una manifestación preparatoria de las elecciones legislativas.

La Gobernación de Cundinamarca envió un contingente que requisó a los que ingresaban a la plaza central del pueblo, donde había sido convocado el mitin.[4]​ Entonces se fueron realizados varios disparos que acabaron con la vida de 9 conservadores, provocando además alrededor de 17 heridos.

Según el periódico El Liberal, dirigido en ese entonces por Alberto Lleras Camargo, un disparo proveniente del atrio, aunque de origen indeterminado, causó pánico entre los manifestantes conservadores, que respondieron atacando a varios liberales que desde una esquina trataban de sabotear el mitin. Entonces intervinieron los miembros de la Policía, y con ello el caos se generalizó​

Consecuencias

Al enterarse de lo ocurrido, Laureano Gómez regresó a Bogotá desde su finca de Útica (Cundinamarca) y acusó al gobierno del presidente Eduardo Santos haber apoyado a las «turbas izquierdistas[4]

El 16 de enero siguiente, el conservador Aquilino Villegas escribió en periódico El Siglo un editorial exhortando a los seguidores de su partido a hacer valer sus derechos: ​  
     

Si la convivencia es imposible porque la chusma liberal logra espantar al Gobierno y obligarlo a replegarse con sus ideas de respeto por los derechos de los conservadores, no nos queda más recurso que el derecho natural de la propia defensa… mostrando que no somos mancos y que dondequiera que podamos ser fuertes, rescataremos por la fuerza nuestro derecho y que es peligroso atenta contra nosotros, más peligroso  para los jefes que para las turbas… Si lo que quieren los asesinos de Gachetá es apartarnos de las urnas, a las urnas iremos… Y ya sabremos quiénes tendrán que pagarnos hoy o más tarde el montón de cadáveres y los torrentes de sangre inocente con que se mancharán las aras de la patria…

"Normas de defensa": No reunirnos nunca en dondequiera que nos desarmen; y armarnos por todos los caminos posibles; organizarnos secretamente… en grupos que aseguren la mutua defensa…

Gómez por su parte habló por radio, acogiendo la declaración de Villegas, y la ratificación que de la misma realizó la Convención Conservadora (“Debemos armarnos por todos los medios posibles”), en lo que ha sido considerado como la primera justificación de la autodefensa armada que llevó a Colombia a una "guerra civil no declarada".[3]​ Sin embargo, no era la primera vez que Gómez se declaraba en pie de guerra. Así por ejemplo, en octubre de 1936, tras un incidente en Pensilvania (Caldas), que causó la muerte a seis copartidarios, el líder conservador llamó a "constituir fuerzas de choque debidamente armadas que defiendan la integridad personal de los manifestantes".[4]

A raíz de los hechos de Gachetá  y de la denominada Acción Intrépida se intensificó la violencia política en Colombia y se abonó la nefanda era que ensangrentó el país a partir de 1946, cuando los conservadores retomaron el poder y un lumpen manejado por políticos como Gilberto Alzate Avendaño hicieron invivible la república.
En sus últimos años Laureano Gómez apoyó el proceso del Frente Nacional que buscaba frenar la violencia partidista y el baño de sangre que anegaba al país, pero esta acción tardía no alcanzó a compensar la terrible oleada criminal aupada por políticos como Gómez Castro.

El Estado no oyó, ni vio ni se dio cuenta del desastre. Sus funcionarios prohijaron y toleraron o fueron parte de los verdugos y la iglesia católica permaneció también muda, sorda y ciega.

 

Comentarios