CESARIO VALENCIA LEAL

CARTA DE ROGERIO MARÍN VALENCIA A CESAR VALENCIA TREJOS
 
 
 
                           Valencia Trejos con Alvaro Gartner y Eliecer Zapata
 
 
Manizales , agosto 15 de 1.996
 
Señor

César Valencia Trejos

Presidente

Encuentro de la Palabra

Riosucio ( Caldas )

Apreciado pariente:

En varias oportunidades comentamos la necesidad espiritual y mandato de la sangre, por revivir el buen nombre y recuerdo de Cesario Valencia Leal, quien fuera personaje de mucha importancia y dejara historia ejemplar en la tierra del Ingrumá. Fue mi abuelo materno y tu bisabuelo.

Con alma buena y el temperamento generoso que te caracteriza, diriges con devoción y consagración el ¨ Encuentro de la Palabra ¨, donde han manifestado su pensamiento, hombres y mujeres de la cultura nacional. Tu deseo permanente de superación intelectual, han permitido recopilar ensayos, escritos y producciones de gran altura de la inteligencia comarcana; consiguiendo con tus colaboradores y amigos realizar una obra de dimensiones históricas; que reconocerán las generaciones futuras.

Con todas estas consideraciones tienes la autoridad y el deber de hacer justicia histórica a un hombre, que como pocos dio ejemplo de generosidad y desprendimiento, con grandeza de alma; digno heredero de las tradiciones hogareñas de ¨ Casa Valencia ¨; con la nobleza e inteligencia de una raza respetable y querida en el ámbito nacional.

Nació Cesario Valencia Leal, en la noble e hidalga Popayán, la culta y castellana cuna de hombres ilustres, quienes con su sabiduría e inteligencia privilegiada contribuyeron a formar la historia de Colombia.

Llegó a Riosucio a servir y poner en practica sus capacidades profesionales, asistiendo con desprendimiento a los menos favorecidos de la fortuna.

Los descendientes de Cesario, ignoramos la razón, por la cual fue bautizado en la población de Anserma Nuevo, del cual opinan algunos historiadores, es la auténtica Santa Ana de los Caballeros. Nuestra pariente Graciela Valencia García, quien tenía la genealogía de la familia Valencia, inexplicablemente la perdió. La misma estirpe de ¨ Casa Valencia ¨.

De las narraciones, anécdotas, encuentros culturales, amistades con ciudadanos de renombre internacional y de la vida nacional; nuestro abuelo empleando un castellano limpio y castizo hacia referencia, a los personajes y parientes íntimos con quien había sostenido entrevistas recientes; en aquellos tiempos no se pronunciaban palabras descompuestas y groseras, ni comentarios desobligantes contra nadie, ni actitudes de mal gusto.

Los riosuceños recibieron un excelente ejemplo de la tradición caucana, particularmente de Popayán, por su Universidad y establecimientos educativos. De su última entrevista con su pariente, el maestro Guillermo Valencia, a su regreso de Barcelona, España, le refería sus experiencias médicas. El Maestro, quien había viajado anteriormente a Inglaterra y Alemania, a la vez, le hacia referencia de sus estudios e investigaciones comentando el interés que tuvo de conocer al famoso escritor Inglés Oscar Wilde, documentarse sobre la obra la Balada de la Cárcel de Reading 1.898, sobre cuya obra y pormenores de diferente orden, sostuvo mucho tiempo después una interesante polémica con el formidable escritor caldense: Bernardo Arias Trujillo. Su visita con recomendaciones diplomáticas de orden reservado con el Gobierno Alemán, la aprovechó, para conocer y tomar apuntes sobre la vida y la obra del famoso filosofo Nietzsche. A quien su hermana le permitió verlo a través de la habitación de Cristal, donde se encontraba recluido. De aquella visita tomó con suma simpatía una de las famosas frases del filosofo: ¨ La Mujer se hizo para alivio y descanso del guerrero ¨.

El maestro Guillermo Valencia, en aquel tiempo se preparaba para su primera campaña presidencial donde no consiguió el respaldo del Clero intervencionista, descarado y abusivo de aquellos tiempos. Cuando repitió su aspiración presidencial, contra su copartidario y contrincante el General Alfredo Vásquez Cobo; solicitó a Cesario Valencia se documentara y le informara sobre el sonado robo de las minas de Marmato, por parte del General Vásquez Cobo.

Los oradores amigos de la candidatura del maestro Valencia, desde las tribunas de la Plaza de San Sebastián, humillaban con sus palabras incendiarias a los vasquista por el robo a las minas de Marmato. De todo este debate sectario y violento nació la candidatura del doctor Enrique Olaya Herrera, quien triunfó ampliamente a nombre del Partido Liberal.

Las costumbres y tradiciones, gústenle o no, a ciertos historiadores acomodaticios, faltos de seriedad, mal documentados, de mentalidad folklórica; las heredamos de la tradición payanesa. La formación intelectual, la educación pedagógica; las sanas costumbres; el sentido humano de la vida, la tolerancia y las actitudes caballerescas, el amor a las mujeres y el respeto a sus derechos legítimos, el amor al estudio, la superación; la cultura y los respetos a los derechos ajenos, los heredamos de nuestros ancestros caucanos.

Cuando la Guerra del 76, siendo presidente de Colombia Aquileo Parra, gobernaba al gran Cauca, César Conto, quien apreció y estimó a los riosuceños, marmateños y supieños. Cuando la sublevación de los sacerdotes Jesuitas, con los hombres de la caverna conservadora antioqueña; fueron habitantes de estos municipios, quienes se trasladaron a informar al presidente Parra, sublevación contra su Gobierno, de todo esto resultó nada menos que la famosa Batalla de los Chancos, que comandó y ganó el General César Conto. Después de aquella famosa batalla, fueron aniquiladas las aspiraciones de los subversivos de aquellos tiempos en la Batalla del Cerro Batero, al mando del General Emiliano Peña, quien viéndose derrotado, le entregó el mando al Coronel Vicente Marín Abello, quien era conocedor del terreno; y dio el golpe final con lo que se llamó la famosa cortada del Coronel Marín. A Cesario Valencia, le tocó afrontar toda aquella difícil situación de guerra y violencia. En unión de muchos riosueños se refugió en la población de Caramanta ( Antioquia). La familia Palomino, con la intervención de la tía Domitila Palomino, hija de Buenaventura, hermana de Ángel María y Rafael, todos famosos pintores; consiguió que tanto el General Peña, como el Coronel Vicente Marín Abello, quien después fuera su cuñado, impidiera que los liberales triunfadores en el Cerro de Batero, quemaran y destruyeran a Riosucio.

Cesario Valencia, fue heredero de inmensas fortunas, que lo convirtieron en Señor Feudal; con muchas tierras en los municipios de Anserma Nuevo, Popayán, Risaralda (Caldas). En Riosucio en la Vereda del Oro, Las Partidas y el Ojo de Agua. En su casa de habitación, localizada frente a la Iglesia de San Sebastián, por la calle, camino a la vereda del Oro, casa muy amplia, de pura tapia y con acueducto propio, con agua que se tomaba por sequía desde un nacimiento del Cerro de Ingrumá. Esta casa tenía un patio inmenso donde hacían antesala los indígenas y pacientes, que solicitaban sus servicios médicos, para el alivio de sus dolencias. En ésta actividad le acompañaba siempre su hija menor Josefina Valencia Vallejo, quien le ayudaba a la maternidad y a otras actividades de su profesión, con desprendimiento y generosidad. El pago que recibían generalmente de sus pacientes fue el tan traído ¨ Dios se lo pague. En la casa de Cesario Valencia, llamada la ¨Casa de los Valencia¨, se elaboraba una culinaria excelente. El pan de horno, cuyo olor se percibía a más de tres cuadras, llamaba la atención del público, que acudía a comprarlo. Fue un pan elaborado, con harina de trigo, miel de abejorro, o de abeja; mantequilla y huevos. Se envolvía en hojas de plátano y se asaba en horno.

La cocina riosuceña fue famosa; el pan de Temilda García, llamado pan de plato, fue de fama nacional. La fabricante, ciudadana apasionada por su Partido Conservador, decía: ¨ Si sé que liberales consumen mi pan, le pongo veneno para se mueran ¨. La chicha y el pandeyuca de las Palomino, en la Plaza de la Candelaria, fueron de gran prestigio y de obligado consumo. Las empanadas de las Bayer, también fueron de renombre y de obligado consumo. El pandequeso de las Guendicas. Los biscochuelos de Pueblo Viejo y el famoso hogagato, de miel y harina de maíz. La gallina, preparada por la familia Cañaveral, fue conocida nacionalmente. Entre las debilidades del abuelo, están como mandato obligado de su raza, las mujeres, los buenos vinos españoles y los gallos de pelea. La gallera de Riosucio, fue también de prestigio, se disputaban riñas de gallos con apuestas importantes y derroche de dinero; las explotaciones mineras daban oro para todo. Los lugares de tolerancia fueron concurridos, donde se encontraban mujeres hermosas, que hoy en día envidiarían muchos reinados de belleza.

Contribuía al buen genio de los pobladores riosuceños; el humor y la ironía soñadora y abierta, sin complicaciones; la topografía un tanto confusa de sus ariscos y llamativos paisajes de admiración eterna.

La de su cerro Ingrumá, le hacen original y respetable. Los nativos acostumbraban en épocas lejanas, a inclinarse respetuosamente al despuntar el alba, entonando canciones y oraciones al altísimo, implorando al Gran Dios, las bendiciones y privilegios para la buena vida de su pueblo. Gentes sencillas dicen, que al final de la altura del inmenso Ingrumá, está permanentemente el Espíritu Santo; de ahí, la formidable inteligencia de su pueblo. En gran parte el ejemplo Señorial, que imprimió Cesario Valencia, contribuyó enormemente al desenvolvimiento cultural de los riosuceños. Por su cuenta y riesgo, regalaba caballos a estudiantes, hombres y mujeres, comprometidos a graduarse en colegios y en la Universidad del Cauca, en Popayán.

La biblioteca del abuelo Cesario Valencia, después de su muerte, la heredó por legado unánime de la familia Valencia Vallejo, nuestro primo hermano Bernardo Martínez Valencia, quien la organizó y la dotó con libros nuevos de ciencia, literatura, filosofía; tanto de autores internacionales, como de colombianos. Bernardo Martínez Valencia, fue uno de los seres más queridos y apreciados de nuestra familia, orgullo pleno de nuestra estirpe, inteligencia maravillosa, estudioso y actualizado en todas las manifestaciones de la cultura humana. Llegó por mérito y capacidad comprobada a la Dirección de Educación Pública de Caldas. Excelente profesor del cual pueden dar fe sus discípulos; gran parte de su existencia la vivió en la ciudad de Pereira. De sus enseñanzas magnificas, nos beneficiamos positivamente con el Presbítero Lázaro Salas Valencia. Lázaro, por su bondad natural, desinteresado y romántico, fue un enamorado de la filosofía cristiana; tomó el camino señalado por el hijo de Dios y se hizo sacerdote, en el Seminario de Manizales, bajo el mandato y espíritu de monseñor Concha Córdoba. Lázaro, fue hijo de Bárbara Valencia y Joaquín Salas, quien fue prestante jefe del Partido Conservador en Caldas, Senador de la República, primo hermano del doctor Alberto Palomino Salas, quien fue diputado y jefe Liberal. Su vida religiosa y sacerdotal fue digna de un mensajero de Cristo. Le tocó soportar uno de los casos más amargos de su existencia religiosa, en el Municipio de Balboa ( Risaralda ). Enemigo de las injusticias, no aceptó jamás el odio salvaje y la violencia cruel de algunos de sus copartidarios, los conservadores de Balboa y La Celia, donde se desempeñó como Párroco, en los tiempos de la violencia, comandada y orientada por el doctor Montalvo; conocido cono ¨Sangre y Fuego ¨. Dirigía la Policía Chulavita en Balboa, un oficial de los llamados de dedo, como lo distinguían en aquellos tiempos violentos, aquel oficial de mentalidad asesina y perversa. Hizo amarrar, con sogas y lazos a quince liberales, para ser fusilados en la plaza principal de aquel Municipio. El sacristán, de apellido Zuleta, de filiación conservadora y de conducta intachable, se fue de inmediato a la Casa Cural y le informó al padre Salas lo que ocurriría, de inmediato le ordenó al sacristán que tocara las campanas de la Iglesia, con toque de alarma. Se puso los ornamentos sacerdotales. Sacó el Santísimo bajo el Palio hasta la plaza, con los acólitos y pocos feligreses asustados y conmovidos; la policía asesina se arrodilló ante la presencia del Presbítero, portando la Custodia Sagrada; oportunidad que aprovecharon el sacristán y los acólitos para desamarrar los prisioneros políticos y emprender la fuga, hacia el puerto de La Virginia, Pereira y Cartago. De esta manera logró el padre Salas salvar la vida de unos indefensos ciudadanos. Desdichadamente, para dolor y tristeza de nuestros familiares y buenos amigos, el sacerdote Lázaro Salas Valencia, murió joven, víctima de un cáncer en la sangre, en la ciudad de Medellín; dejó una historia digna y de mérito, llena de virtudes, cumpliendo a cabalidad los mandamientos de un verdadero servidor de Dios.

En cambio yo, por mi temperamento revolucionario e inquieto, de amplía libertades espirituales y personales; escogí los caminos ásperos y difíciles con el derecho a disentir contra los opresores y explotadores en defensa de los menos favorecidos de la fortuna. En aquella biblioteca, de la que hablé antes, encontré obras estupendas; biografías, literatura, filosofía e historia entre un sinnúmero de libros. Me apasionó la revolución francesa y la bolchevique. La novelística de autores franceses, clásicos españoles, alemanes e italianos. Los escritores rusos, principalmente Fedor Mijailovich Dostoievski, de quien se decía, que quien no lo ha leído, ha perdido la mitad de su vida. Anote Franz, el novelista de la gran ironía; decía que el sucesor de Dostoievski, sería Panalt Strati, autor polaco de ¨Kira Kiralina ¨ . El Tío Jail. Neransula. Nuestros autores nacionales: José María Vargas Vila, el General Rafael Uribe Uribe, Antonio José Restrepo; Reminiscencias Tudescas de Pérez Triana, Marco Fidel Suárez, Baldomero Sanín Cano, Bernardo Arias Trujillo. A todo esto se sumaba el mandato de la sangre por parte paterna, la de mi abuelo el Coronel Vicente Marín Abello, nacido en Marmato; sobre él escribí en mi libro ¨ El pueblo que yo conocí ¨.

Bernardo Martínez Valencia, siempre nos orientó por las buenas lecturas y nos enseñó sobre los mejores autores de la literatura universal. Inicié mis estudios en el Colegio Oficial de Riosucio , bajo la dirección de don Francisco Duarte, distinguido catedrático bogotano y la Vice- rectoría de don Julio Agudelo, de la población de Aguadas. Aquellos tiempos fueron de estudio, investigación, cultura general y superación permanente.

Otro episodio que recuerdo es que los mayores de mi generación, fundaron en Riosucio, ( inmenso baluarte del Partido Conservador ), la JIR, Juventud Izquierdista Revolucionaria, destacándose Hugo Gartner, Arturo Cañaveral, Blas Cataño Piedrahita, Tobias Merlan, Carlos Arturo Gil , los Pinzón y muchos más. Cuando murió mi abuelo, el coronel Vicente Marín Abello, en 1.933 el pueblo riosuceño, encabezado por don Carlos Gartner Castaño, le brindó un inmenso homenaje de despedida y su féretro fue conducido en hombros de la JIR, hasta el ¨cementerio viejo¨ . La lápida de su tumba, fue elaborada y pintada por su cuñado, el pintor Ángel María Palomino Cataño.

Posteriormente tuve el honor de mi vida, haber sido presidente de la Guardia Roja, fundada por don Gabriel de la Roche, de la cual hicieron parte, el doctor Danilo Cruz Vélez, hijo de ese apreciado y nunca olvidado don Joaquín Cruz Riche y su amable esposa doña Elisa Vélez, también hicieron parte de la Guardia Roja, el doctor Otto Morales Benítez, su hermano William, Jesús González, los Calvo, José Mario Cataño y los hermanos Jaime y Hernán Garcés y otros de difícil recordación.

Por aquellos tiempos se presentó una división liberal; entre los Gartner de la Cuesta, y don Gabriel de la Roche y don Joaquín Cruz para definir quienes eran los jefes mayoritarios del liberalismo en la región. Procedieron a hacer una elección popular de la Junta Liberal Municipal. El debate interno del Partido, por la parte de los Gartner, lo orientó Jorge Santos. Por la fracción de don Gabriel de la Roche, lo hicimos los de la JIR y la Guardia Roja. Los resultados fueron muy disientes. Los Gartner con Jorge Santos sacaron 42 votos y nosotros con don Gabriel de la Roche, sacamos 1.887 votos, la derrota que sufrieron los Gartner fue aplastante. Hasta su pariente don Hugo Gartner, los abandonó.

Se presentaron las elecciones de Concejo Municipal y los liberales de Bonafont, que eran necesarios, se revelaron. No aceptaban que ningún jefe liberal los visitara, tenían exigencias respetables. Aceptaron únicamente recibirnos y hacer concentración política, a Otto Morales Benítez y a mí, por ser nieto del Coronel Marín. Como la casa de don Olimpo Morales, lindaba a continuación de la casa de mi Madre; o mejor de la ¨ Casa de los Valencia¨. Yo salí de la pesebrera de la casa a caballo y ya Otto, lo había hecho y me esperaba frente al depósito de café de don Olimpo, su padre, como era natural nos fuimos a despedir; y él, ni corto ni perezoso, nos dijo: a ustedes quiénes los van acompañar, donde la situación de liberalismo esta difícil. Nadie papá respondió Otto Morales. Pues se me bajan ya de esos caballos, par de mocosos, o los bajo ya. A usted Otto lo mando yo; como el papá de Rogerio, vive en Belalcázar, yo lo represento y le puedo hasta pegar. Olimpo Morales, no tolera ni admite, que a un par de muchachos, los envíen sin compañía a una concentración política tan delicada, para solucionarle problemas políticos a otros. De inmediato cogió el teléfono y llamó a don Gabriel de la Roche; con un sobresalto que daba miedo, le regañó y le pegó una ¨vaciada¨ tremenda en defensa de nuestros derechos y el respeto que merecíamos por nuestra juventud; se canceló de inmediato nuestro viaje a Bonafont. Se armó la grande y las cosas con don Olimpo, eran a otro precio, como la situación política no daba espera, de inmediato nombraron y organizaron una comitiva que nos acompañara. Fueron Gaspar Quebedo, Blas Cataño Piedrahita, Olimpo Morales Benítez ( hermano de Otto) y otros. Así pudimos cumplir nuestro cometido y realizar una labor admirable, conquistando mayoría liberal en el Concejo Municipal. Después de nuestra intervención política en la Plaza de Bonafont, disimuladamente Otto y yo, nos fuimos a una tienda a un lado de la plaza de Bonafont, donde nos ¨pillaron¨ unos aguas fiestas, tomando leche con cucas; nos hicieron tremenda burla, pues en vez de estar tomando aguardiente en una manifestación liberal, nos fuimos a tomar leche.

Después de aquella manifestación, por cierto numerosa y muy interesante para los resultados del Partido en el ámbito local. Se nos solicitó viajar a la vereda de La Iberia, transitando un camino duro y pesado. La reunión se hizo con éxito al toque de tambor, a la entrada del caserío. En cambio el regreso fue duro y amargo, transitando un camino áspero y difícil, con una tempestad terrible, que iluminaba los rayos los senderos de la cordillera, nos mojamos, con hambre y desespero impresionante. Al amanecer ya despuntando la claridad de la aurora llegamos por fin a Riosucio donde parecía que no volviéramos nunca.

Hablaba yo alguna vez con Otto Morales, comentando la dificultad y peligros, que nos tocó soportar defendiendo románticamente nuestro credo político. En cambio nos toca observar ciertos conductores políticos explotando al Partido. Como cierto expresidente, que se fugó a México y le pareció más meritorio ir a conocer a María Felix que estar en las barricadas de combate defendiendo los nobles ideales de Uribe y Herrera. Fue necesario salirme del tema principal de éste informe sobre la personalidad del abuelo Cesario Valencia Leal, pero fue indispensable tomar varios aspectos de nuestra vida riosuceña. Las buenas maneras, los atributos generosos y gallardos los heredó a plenitud tu abuelo paterno Manuel María Valencia Vallejo, quien fue jefe natural y de gran prestigio de su Partido Conservador en Riosucio. Fue Alcalde Municipal de Riosucio durante más de 18 años, es decir casi vitalicio, sólo fue remplazado hasta el año 30 en que llegó el doctor Enrique Olaya Herrera al poder.

Tu abuelo Manuel María Valencia, estaba casado con la admirable dama Julia Cristina Bueno Cock, mujer prudente, noble y desprendida en todos los aspectos de su vida, dueña de una sonrisa natural, que imprimía cariño. Sus hijos fueron tu papá Guillermo, Manuel, Delfina y Olga.

Manuel María Valencia, tanto por su temperamento y manera de ser, como por su aspecto físico, fue ciudadano integro en toda la manifestación de la palabra, hombre de progreso y de orientaciones definidas, de maravillosas condiciones humanas, ya que en aquellos tiempos no existían los odios brutales y salvajes para combatir a los adversarios.

¨ Chuma Valencia ¨ como le decían cariñosamente fue un hombre integro e intachable en todos los aspectos de su vida pública. Entre sus famosas debilidades, se le cuenta el encanto por las mujeres ( nosotros sus sobrinos afortunadamente le heredamos esta preciosa virtud ) cuya competencia en sus tiempos juveniles, se la disputaban con el cura del pueblo, de ahí que tu y yo, tengamos tantos parientes en la amada tierra del Ingrumá. Es elemental manifestar que la vida nos depara infinidad de sorpresas. La herencia de los genes es infinita y sagrada, es la razón del ser humano.

Mi apreciado César Valencia Trejos, con nobleza y temperamento llevas la raza altiva y generosa de nuestros mayores, sin proponértelo.

Eres el heredero de las condiciones magníficas de un ciudadano que con actos desinteresados, una vida ejemplar, con el ejercicio de su profesión, contribuyó notablemente a llevar alivio físico y espiritual a la humanidad necesitada, con estos ejemplos maravillosos colaboró al buen nombre y tradición de la raza riosuceña.

Te abraza,

Rogerio Marín Valencia

Nota: Esta carta fue transcrita de un texto levantado en una máquina de escribir a computadora. Por Lina Patricia Hincapie, Edificio Concha López, Oficina 101 A- El día 15 de Abril de 1.998

Comentarios

  1. Yo soy bisnieto,del coronel Vicente Marín Abello,uno de sus hijos Rogerio Marín Palomino,es mi abuelo y padre de mi madre:Rosalba Marín Bedoya.

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  2. Vienes de la mejor cepa. No olvides a los tuyos, debemos rescatar la memoria de Rogerio y demás riosuceños notables.

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