Alfredo Cardona Tobón*
Desde los primeros años como nación independiente un vasto sector de la
población de los Estados Unidos de América soñó con el “Destino Manifiesto” que
le señalaba su expansión desde el océano Atlántico hasta el Pacífico incluidos los territorios hispanoamericanos
poblados por gente que consideraban de razas inferiores.
Las antiguas colonias inglesas compraron La Florida a España, La Luisiana a
Francia, anexaron Texas en 1840 y California en 1845 e invadieron los
territorios de Colorado, Arizona, Nuevo
Méjico, Nevada, Utah y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma; es decir el 55% de
México.
LOS INTERESES DE LOS ESTADOS SUREÑOS DE LA UNIÓN
A mediados del siglo XIX dos grandes
bloques buscaban la supremacía en la Unión Americana: los estados del norte
industrializados y opuestos a la esclavitud y los del sur con economía agrícola
y recalcitrantemente esclavistas.
Para fortalecer sus posiciones, los sureños
urdieron la anexión de otros estados con la táctica empleada en Texas y
en California, donde comunidades
anglosajonas se incrustaron, y una vez fortalecidas con la inmigración,
independizaron los territorios y se unieron a los Estados Unidos. En este
sentido fue notable la acción Los Caballeros del Círculo Dorado, la Asociación
de los Hacendados del Sur y la Liga de los Derechos del Sur con intereses al
sur del río Gila y con ambiciones incontroladas sobre nuevos territorios.
Con el apoyo del Círculo Dorado el 16 de octubre de 1853 el filibustero
William Walker con medio centenar de hombres reclutados en los muelles de
California se embarcó con rumbo a la península de Baja California; el pretexto
era la defensa del puerto de Guaymas amenazado por los indios apaches; pero la realidad era otra: se
buscaba separar la vasta extensión de Sonora y Baja California para agregarlo a
los Estados Unidos como otro estado esclavista.
Walker se internó en el mar de Cortés, desembarcó en la población de La Paz
en la costa este de Baja California y el tres de noviembre de 1853 proclamó una
Baja California libre, soberana e independiente. Poco pudieron hacer los
mejicanos ante los invasores; el comandante Francisco del Castillo se refugió
en San Diego y Antonio María Meléndez inició una guerra de guerrillas que con
el correr de los meses minó la moral de los invasores en medio de una tierra
desértica y solitaria.
La tropa de Walker reforzada por doscientos cincuenta voluntarios llegados
de San Francisco tuvo que moverse de un lado a otro bajo la férrea disciplina
impuesta por Walker; las raciones comenzaron a menguar y al final la tropa solo
vivía de bananos y de pescado. Los merodeos en busca de alimentos se multiplicaron
al igual que los enemigos que no perdían ocasión para asesinar a los invasores.
Sin el aliciente de tierras fértiles, ni el oro ni las riquezas, se fueron
desvaneciendo los sueños de la tropa; en una tórrida noche tres filibusteros
intentan desertar, pero Walker los sorprende
e inmisericordemente los manda fusilar. El 10 de enero de 1854 los norteamericanos retroceden a la ensenada de Todos los Santos y en las ruinas
de la misión de San Vicente se proclama
la república de Sonora que comprende, además, el territorio de Baja California.
Walker persiste en su aventura confiado en el apoyo de los Estados Unidos,
pero la ayuda no llega; pues el
presidente Franklin Pierce interesado en la compra de la extensa zona de La
Mesilla y otros territorios mejicanos, se ha comprometido a controlar el paso
de los apaches por la frontera y a no inmiscuirse en los conflictos del vecino país.
Pierce considera a Walker y a sus filibusteros como transgresores de las leyes
de los Estados Unidos y los
invasores, sin comida y acosados por los habitantes de Baja California
emprenden un largo recorrido por las sierras del Gigante y de San Pedro Mártir,
traspasan la frontera y se entregan a las autoridades norteamericanas, que en
un juicio de ocho minutos declaran inocente a William Walker.
¿QUIEN FUE WILLLIAM WALKER?
Este hombre de modales finos nació en el estado de Tennesse el ocho de mayo
de 1824. De notable inteligencia y gran
ambición, Walker cursó medicina y derecho y complementó sus estudios en Europa donde aprendió varios
idiomas.
Walker se radicó en California donde ejerció el periodismo y se enfrentó a políticos
corruptos. Con el correr de los meses
Walker se convirtió en un héroe local y en un instrumento de la causa sureña;
defendió la esclavitud y creyó ciegamente en el Destino Manifiesto de los Estados
Unidos. No se destacó por su valor, pues nunca combatió directamente, ni por
sus dotes militares: era un oportunista
que soñó con imperios y con integrar a Centroamérica y lo que quedaba de
Méjico a los Estados Unidos.
OTRO INTENTO FALLIDO
Un año después del fracaso de Walker en Baja California, el aventurero
Henry A. Crabb, caballero del Círculo Dorado y amigo íntimo de Walker,
desembarcó en Sonora con cien hombres en otro intento por apoderarse de Sonora y sumarlo a los estados
del sur. En Hermosillo, capital del Estado lo recibieron como libertador del
pueblo y lo invitaron junto con su fuerza a un banquete público. Los confiados filibusteros se sentaron
alrededor de una larga mesa dejando las armas en una pared cercana; apenas
habían principiado a gustar los manjares, una multitud de mejicanos se apoderaron
de las armas, los hicieron prisioneros y la mañana siguiente los fusilaron a
todos, inclusive al coronel Crabb. William Walker, por su parte,
continuó sus aventuras en Nicaragua, donde alcanzó la presidencia de la r, república,sumió al pais en una sangrienta guerra y murió el 12 de septiembre de 1860 a manos de un pelotón de soldados hondureños.
republica, sumió al país en una sangrienta guerra y murió el 12 de septiembre
de 1860 a manos de un pelotón hondureño.
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