EL FERROCARRIL DEL RIO ARMA

EL FERROCARRIL  DEL RÍO ARMA

Alfredo Cardona Tobón*



El recuerdo del “ferrocarrilito” de dieciséis kilómetros que se extendió desde el sitio del Oro hasta la desembocadura del río Arma en el Cauca, se perdió, al igual que los silbidos de “Tista”, de “Pacho” y de los otros arrieros que trasegaron los caminos de Caciquilla, de Buenavista  o La Mermita con el café caldense que daba nombre al grano “Medellín Excelso”.
Ese ferrocarril que parecía de juguete no figura en la historia vial de la región y los antioqueños le dedican  tan sólo unos reglones. Fue una obra que se ejecutó y se sostuvo sin alharacas, quizás porque fue una especie de invasión ignorada o tolerada por Manizales y que sirvió por varios años a los intereses cafeteros de Aguadas y Pácora.

EL FERROCARRIL DEL CAUCA

Ese fue el nombre que le dieron los antioqueños a la línea ferroviaria que saliendo de Medellín,  pasó por Itaguí, por Fredonia, venció  los desfiladeros de la quebrada Sinifaná, se detuvo unos meses en Bolombolo y paró en La Pintada mientras el ingeniero Villa construía un puente colgante sobre el Cauca.
A medida que se multiplicaban los durmientes y la carrilera se alargaba hacia el sur, la Junta del Ferrocarril de Antioquia los iba engarzando con carreteras a Bolívar, a Jericó, a Támesis y Valparaíso. El 26 de julio de 1928 se inauguró la Estación Bolombolo y allí confluyó el grano de la zona más cafetera de Antioquia y del norte caldense. En las sesiones de 1933 la Asamblea del vecino departamento aprobó la construcción de la carretera entre Valparaíso y Hojasanchas y  la zona cafetera del Alto Occidente de Caldas tuvo acceso a La Pintada, donde en 1944 el ferrocarril antioqueño empalmó con el tren que venía de Buenaventura por Cartago.

A LA ESTACIÓN DEL ORO

“ Tista”cargó el macho cenizo, apuró un tinto cerrero y con silbido y un madrazo enfiló la pequeña  partida loma abajo con dirección a la tierra caliente. Se alejaron las brumas de Aguadas, se sintió el tropel de la recua en Caciquilla y se oyó una letanía de maldiciones desde Arma hasta el alambrado de la casona- estación del Oro.
En el amplio corredor de la bodega los arrieros empezaron a descargar los bultos de café  y terminado el trabajo, “Tista” se acomodó el carriel, se terció la mulera, prendió un tabaco y entre fumada y fumada se acercó al tambo donde colegas de Pácora y de Aguadas desenjalmaban y organizaban riendas y retrancas. “Tista”desenjalmó las bestias y las llevó al corralón, donde en medio de pedos y relinchos, los animales corrieron como alma que lleva el diablo y sumergieron sus ardientes hocicos en el tanque de agua fresca

EL FERROCARRIL INDUSTRIAL

Mientras se prolongaba la carrilera de Bolombolo a La Pintada, la Junta del Ferrocarril de Antioquia construyó un tren pequeño, como de juguete, con apenas sesenta y cinco centímetros de trocha, para llevar a Bolombolo el café de Aguadas y de Pácora.
Ese tren de poca capacidad, que los ingenieros antioqueños denominaban “el ferrocarrilito”y que los directivos paisas llamaban “tren industrial” llevaba la carga de la Estación del Oro, en territorio aguadeño,  hasta la desembocadura del Arma en el río Cauca; allí se embarcaba en lancha de gasolina hasta el  puente de Jericó y se montaba en el tren que seguía hacia la ciudad de Medellín.
El trayecto en mula, en el tren industrial y en el ferrocarril se cobraba en el mismo paquete. Todo ello se facturaba con tarifas del tren de Antioquia. Era una jugada inteligente, muy propia de los paisas de Medellín, que aseguraban carga para la línea férrea tanto con café como con el carbón de la zona, que servía de combustible en la capital antioqueña y a las máquinas que desde junio de 1929 pasaban por el túnel de la Quiebra directamente hasta Puerto Berrío.
Además de lo anterior, el café del norte de Caldas se trillaba en Medellín, donde más de 3000 obreros vivían de tal actividad y se aprovechaba la excelente calidad del café del norte de Caldas.

DESAPARECE EL FERROCARRILITO

Al entrar en servicio la Troncal de Occidente, el tren industrial dejó de ser útil y competitivo. El café del extremo norte de Caldas continuó fluyendo hacia Antioquia por fletes, comercialización y facilidad de transporte, pero por las estaciones de la banda derecha del Cauca y luego por la carretera entre Aguadas y la Pintada, que en parte se construyó sobre la banca del ferrocarril industrial.
El trencito del Arma operó aproximadamente  entre 1928 y 1944 Cuántas historias se perdieron con sus rieles?- Cuántos recuerdos se volvieron polvo como sus traviesas?-

Un día cualquiera “Tista”  y  “Pacho”  no oyeron más los pitazos del ferrocarrilito y despachador y bodeguero empezaron  a añorar los desayunos con “hogao”y  la leche con natas en la cocina de la Hacienda. El eco se quedó sin madrazos y el río Arma sin los pitazos del trencito  que  pudo haber tenido un maquinista de peluche y una chimenea con copos de algodón como humo.

Comentarios

  1. Excelente. Soy de Arma y no sabía hasta hoy 2014-05-12, que hubo un trencito entre El Oro y la desembocadura del Arma en el río Cauca. De hecho mi abuelo era arriero en esa zona (Emilio o "Milio" como le decían), quien habría de morir en 1970 en Arma.

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  2. Muy interesante el relato. Pero muy triste que hoy en día, ni en colegios se menciona un pedacito de la importancia del tren en esa época para actividad económica y social de las regiones de influencia.

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